1. Tiempos largos

Como bien sabes, el hombre siempre ha tenido necesidad de medir la duración de los acontecimientos, de las cosas que pasan. Medir el tiempo nos permite entender el transcurso del día y la noche, el cambio de
estaciones, el crecimiento de plantas, lo que dura la clase de mates, etc. En la antigüedad se necesitaba saber la mejor época para cultivar y recoger la cosecha.
Fueron los egipcios y los pueblos mesopotámicos los que determinaron las grandes unidades de tiempo observando la Luna y las estrellas: el año, el mes y la semana.

1.1 Los años.
Observaron que cada cierto tiempo, siempre aproximadamente el mismo, las plantas florecían, que los días eran mas largos que las noches, que el tiempo era más frío, que algunos animales tenían crías, … Observaron que había cuatro momentos en la naturaleza con unas condiciones diferentes y que cada momento se volvía a repetir en el mismo orden. Así aparecieron las estaciones del año. Cada cuatro momentos, se consideró como un año y vuelta a empezar.
Hoy en día sabemos que un año es el tiempo que tarda la Tierra en dar una vuelta completa al Sol: cada 365 días (y un poco más) y vuelta a empezar. Hay cuatro estaciones y cada una tiene una duración de 3 meses.
1.2 Los meses
Los antiguos egipcios sabían que cada cierto tiempo, siempre el mismo, la Luna aparecía completa (Luna nueva). El tiempo entre una Luna nueva y la siguiente era aproximadamente de 30 días. A este periodo lo conocemos como mes. Se sabe que es Luna nueva porque es poco o nada visible, tapada por el resplandor del Sol.
1.3 Las semanas
Entre una Luna nueva y otra, podemos ver la Luna con diferentes formas: creciente, menguante y llena (cuando se ve completamente). El tiempo en que está en cada de una de esas formas es de 7 días aproximadamente. Al tiempo en que la Luna tiene cada una de esas formas lo conocemos como semana. Hoy en día se denominan fases lunares y cada fase, según la estación del año tiene una duración de aproximadamente 7 días.

2. Tiempos cortos
2.1 Los días
Desde la antigüedad el hombre comprobó que en cualquier punto de la Tierra, el Sol se ve en lo más alto cada cierto tiempo; así determinaron que el tiempo entre que estaba el Sol en lo más alto y volvía a estarlo era un día. Hoy en día sabemos que la Tierra gira sobre sí misma (movimiento de rotación). El tiempo que tarda en dar una vuelta sobre si misma, es un día. Este movimiento provoca el día y la noche.

2.2 Las horas
Comenzaron a contar las estrellas que iban saliendo sucesivamente desde que se ponía el sol hasta que volvía a salir. Eran 12. Así que dividieron la noche en 12 partes iguales y lo mismo hicieron para los momentos del día. Cada una de esas partes, como puedes imaginar, son las horas.
Se ha dividido la tierra en 24 zonas de forma que en cada una de esas partes está el sol en lo más alto. Cada una de esas partes se llama uso horario. Esa es la razón de eso de “en Canarias una hora menos”. Es decir, dentro de una hora el sol estará en Canarias en la misma posición que está ahora mismo aquí.

2.3 Los minutos y segundos

Hace varios miles de años algunos pueblos ya usaban las matemáticas para medir distancias, el peso de las cosas y necesitaban medir el tiempo de forma más precisa que solamente con días completos. Parece ser que como usaban un sistema de contar de 60 en 60, dividieron cada hora del día en 60 partes iguales dando origen a los minutos y estos a su vez también los dividieron en 60 partes dando lugar a los segundos. El tiempo que tardas en decir “un misisipi” es aproximadamente un segundo.
Hoy en día usamos los minutos para saber la duración de una canción o el tiempo que podemos estar bajo el agua sin respirar. Los segundos los podemos usar para contar la duración de un anuncio en la televisión, o el tiempo en recorrer una distancia corta.