Enfermedades entéricas de origen bacteriano |
El tubo digestivo es el hábitat natural de muchas clases de bacterias, la mayoría de ellas inocuas en las condiciones ordinarias. Un número de habitantes intestinales son, sin embargo, serios patógenos; entre ellos se incluyen los agentes causantes de las fiebres tifoidea y paratífica, la disentería, el cólera, las infecciones causadas por Salmonella, incorrectamente llamadas «intoxicación bacteriana por los alimentos»
Algunas de estas bacterias causan daños localmente, mientras que otras se dispersan desde los tejidos del intestino a otras partes del cuerpo. Todas, sin embargo, tienen dos importantes atributos en común:
Las enfermedades entéricas, tal como son denominadas, se adquieren principalmente al tragar alimentos o bebidas contaminadas con heces.
Antes de la introducción de las condiciones sanitarias modernas, los abastecimientos de agua estaban constantemente sometidos a la contaminación directa a partir de las letrinas o de las alcantarillas defectuosas. Hoy, sin embargo, la contaminación por estos métodos se ha convertido en algo raro y se han hecho relativamente más importantes otros métodos de transmisión. La mosca doméstica común es un eficaz agente de transmisión porque visita indiscriminadamente tanto los alimentos como las heces. Además existen muchísimos más portadores sanos de patógenos entéricos que casos clínicos declarados, por lo que cualquiera que maneje alimentos es una fuente potencial de contaminación. Por lo tanto, solamente la más estricta higiene personal por parte de las personas que manipulan los alimentos puede evitar la dispersión de las enfermedades entéricas.
Muchos animales, incluidos el ganado y las aves de corral, pueden estar infectados naturalmente con miembros del género Salmonella, por lo que es posible quedar infectado al comer carne o huevos contaminados.
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