El ser
humano es hospedador de una gran variedad de bacterias, protozoos y virus patógenos. Además,
ciertos miembros de la flora microbiana normal pueden convertirse en invasores y producir
enfermedades cuando los mecanismos de defensa del hospedador están
suprimidos.
Las propiedades del parásito que causa un
daño al hospedador varían dentro de los principales grupos. Las toxinas,
responsables de las consecuencias patológicas de muchas infecciones
bacterianas, están ausentes o son raras en las
infecciones por hongos
o protozoos, la mayoría de los cuales deben su patogeneidad a la inducción de reacciones de hipersensibilidad. La hipersensibilidad también desempeña un
papel en muchas enfermedades víricas, junto con el daño causado directamente a la célula a causa del crecimiento
intracelular del virus. También se observan diferencias en los
mecanismos inducibles de resistencia del hospedador mediante los cuales se mantienen bajo
control los diferentes grupos microbianos. Los anticuerpos
tienen una función destacada en la defensa frente a muchos patógenos bacterianos, pero
probablemente poco significativa en otros tipos de infecciones.