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¿Hice ya algo similar?

 

Cuando te enfrentas a una pregunta es importante que utilices todos tus recursos, es decir, todo aquello que esté a tu alcance y que te pueda ayudar a resolverla. 

Nuestro recurso más importante es la experiencia. Es nuestra mayor fuente de conocimientos y habilidades, es decir, que gracias a las experiencias que vivimos sabemos más y hacemos mejor las cosas, aprendemos más y mejor.

Por ello, a la hora de contestar a una pregunta, lo primero que debes hacer es pensar si alguna vez has respondido a preguntas similares.

Para hacerlo, aquí tienes una serie de pistas en forma de pasos que te ayudarán:

Aprendizajes que se adquieren al haber realizado, vivido o sentido una situación más veces.

Por ejemplo, tienes experiencia en hacer exámenes si has hecho bastantes. Cada vez los haces mejora gracias a tus experiencias.

Lectura facilitada

Todo lo que hacemos o vemos hace que aprendamos cosas, es decir, ganamos experiencia.

La experiencia te ayuda a responder las preguntas mejor.

Ante una pregunta debes recordar preguntas parecidas que ya hayas resuelto.

Sigue estos pasos:

  1. Busca o recuerda y escribe una pregunta parecida a la que tienes que resolver.
  2. Analiza qué tipo de pregunta es, cerrada o abierta.
  3. Recuerda o busca cómo debes contestar a ese tipo de preguntas.

Apoyo visual

1. Recordar.

Buscar o recordar.
Escribir.

¿Recuerdas alguna actividad que hayas resuelto con este tipo de preguntas? ¿Podrías buscarla o, si te acuerdas, escribir su enunciado en un papel?

2. Identificar.

Identificar.

Ahora que la tienes a mano ¿sabrías identificar qué tipo de pregunta es?

3. Cómo responder.

Recordar.
Responder.

Por último, debes recordar qué tipos de respuestas puedes utilizar para ese tipo de pregunta.