Narrador en tercera persona
Narrador omnisciente:
“El señor y la señora Dursley, que vivían en el número 4 de Privet Drive, estaban orgullosos de decir que eran muy normales, afortunadamente. Eran las últimas personas que se esperaría encontrar relacionadas con algo extraño o misterioso, porque no estaban para tales tonterías. El señor Dursley era el director de una empresa llamada Grunnings, que fabricaba taladros. Era un hombre corpulento y rollizo, casi sin cuello, aunque con un bigote inmenso. La señora Dursley era delgada, rubia y tenía un cuello casi el doble de largo de lo habitual, lo que le resultaba muy útil, ya que pasaba la mayor parte del tiempo estirándolo por encima de la valla de los jardines para espiar a sus vecinos. Los Dursley tenían un hijo pequeño llamado Dudley, y para ellos no había un niño mejor que él. Los Dursley tenían todo lo que querían, pero también tenían un secreto, y su mayor temor era que lo descubriesen: no habrían soportado que se supiera lo de los Potter". J. K. Rowling, Harry Potter y la piedra filosofal
Narrador observador externo:
"Un modesto joven se dirigía en pleno verano desde Hamburgo, su ciudad natal, a Davos Platz, en el cantón de los Grisones. Iba allí a hacer una visita de tres semanas. [...] Hans Castorp —éste es el nombre del joven— se encontraba solo, con su maletín de piel de cocodrilo, regalo de su tío y tutor, el cónsul Tienappel —para llamar por su nombre ya también a éste—, su capa de invierno, que se balanceaba colgada de un gancho, y su manta de viaje enrollada, en un pequeño departamento tapizado de gris. Estaba sentado junto a la ventanilla abierta y, como en aquella tarde el frío era cada vez más intenso, y él era un joven delicado y consentido, se había subido el cuello de su sobre todo de verano, de corte amplio y forrado de seda, según la moda". Thomas Mann, La montaña mágica
Narrador en primera persona
Protagonista:
“Me echo hacia adelante, me abrazo las piernas y apoyo la frente sobre las rodillas. Recuerdo estar sentada durante la segunda clase la mañana en la que apareció tu lista. Era evidente que la señorita Strumm había pasado un fin de semana increíble, porque no tenía la clase preparada en absoluto. Nos hizo mirar uno de sus famosos documentales aburridos. No recuerdo de qué trataba, pero el narrador tenía mucho acento británico. Y recuerdo que me dediqué a arrancar un trozo de celo que se había quedado pegado a mi mesa para evitar quedarme dormida. Para mí, la voz del narrador no era más que un sonido de fondo". Jay Asher, Por trece razones
Narrador personaje secundario:
"Si se piensa en que Holmes permaneció ejerciendo activamente su profesión por espacio de veinte años, y que durante diecisiete de ellos, me permitió cooperar con él y llevar el registro de sus hazañas, se comprenderá fácilmente que dispongo de una gran masa de material. Aquí tengo la larga hilera de agendas anuales que ocupan un estante, y ahí tengo también las cajas llenas de documentos que constituyen una verdadera cantera para quien quiera dedicarse a estudiar no solo hechos criminosos, sino los escándalos sociales y gubernamentales de la última etapa de la era victoriana. A propósito de estos últimos, quiero decir a los que me escriben cartas angustiosas, suplicándome que no toque el honor de sus familias o el buen nombre de sus célebres antepasados, que no tienen nada que temer". Arthur Conan Doyle, La aventura de la inquilina del velo