El ejercicio físico previene las enfermedades:
-
Alivia los dolores de espalda. Las actividades deportivas que
activan los músculos abdominales
y de la columna vertebral
mejoran tu postura y, probablemente, previenen los dolores de espalda.
- Evita la obesidad. El ejercicio regular, en combinación con
una alimentación equilibrada, ayuda a controlar el peso. La
obesidad aumenta el peligro de contraer enfermedades tales como la diabetes,
cálculos en la vesícula biliar
y los trastornos cardíacos.
- Disminuye el riesgo de desarrollar cáncer.
Investigaciones recientes han revelado que una falta de ejercicio físico incrementa el
peligro de desarrollar algunos tipos de enfermedades cancerosas
(cáncer de colon).
- Combate la ansiedad y la depresión. El ejercicio aumenta la autoestima, te hace sentir mejor
y más relajado.
- Fortalece los huesos. Un ejercicio moderado
regular fortalece los huesos,
incrementando su contenido en minerales y, consecuentemente,
reduciendo el riesgo de desarrollar osteoporosis. Los huesos
que sufren osteoporosis se vuelven cada vez más finos y frágiles por lo que poseen una mayor tendencia
a padecer fracturas.
- Reduce el peligro de enfermedades
cardíacas. La actividad física previene la obesidad, los altos niveles de colesterol y una tensión elevada.
- Alivia los dolores menstruales. Algunas mujeres han
confirmado que el ejercicio reduce los síntomas premenstruales y los dolores durante la
menstruación.
- Ayuda a dormir mejor. La actividad física
proporciona un sueño profundo, siempre y cuando se espere un lapso de tiempo
de una hora, desde que se termina el ejercicio hasta al acostarse a dormir.
- Fortalece los músculos. El ejercicio regular
incrementa la capacidad muscular originando el crecimiento de los músculos, debido al mayor
aporte de oxígeno por parte de los vasos sanguíneos cuya
cantidad también se incrementa. Además, aumenta la cantidad y el tamaño de las mitocondrias (pequeñas
unidades productoras de energía) dentro de las células musculares.
- Mejora la sexualidad.