Las drogas desde una perspectiva psicosocial
Desde el punto de vista de las motivaciones psíquicas más profundas, las drogas se contemplan como un conjunto de sustancias que pretenden ser una alternativa a los deseos de realización contenidos en dichas motivaciones. En múltiples ocasiones, la realización toxicomanígena no pasa de ser una simple evasión de la realidad o una gratificación hedonista.
En algunos casos, el consumo de sustancias alteradoras de la mente responde a impulsos inconscientes de gratificaciones de naturaleza tanática (pulsiones de muerte), pero en otras circunstancias, la ingesta se realiza con el fin de conseguir una realización de carácter trascendente, realización que deviene de las vivencias místico-religiosas.
La realización de la personalidad se realiza en el contexto del desarrollo en el que intervienen tres instituciones básicas:
La familia o satisfacción de las demandas afectivas
La escuela o satisfacción de las demandas culturales
La iglesia o satisfacción de las demandas espirituales
Estas instituciones han sido instrumentalizadas por los Estados, de tal forma que son ideologizadas para que "formen" a sus miembros y los adapten a la vida social, de tal forma que el funcionamiento de estos sirva a los intereses de las superestructuras sociopolíticas dominantes. En muchos casos, la acción de las instituciones básicas ha servido para favorecer la adicción de los individuos. Al fallar instituciones tan importantes en el proceso de personalización y demandas espirituales del ser humano, como ha podido suceder en términos generales en la sociedad occidental moderna, éste ha optado por conseguir la realización antropológica e incluso metafísica mediante la alteración de la percepción de la realidad y de sí mismo mediante la administración de sustancias psicoactivas, con las cuales consigue una modificación de su conciencia del yo. De esta forma, se vivencia a sí mismo y a la realidad en que está inmerso de forma más gratificante que la verdadera realidad, creándose los llamados paraísos artificiales, que en muchos casos conducen a la autodestrucción progresiva.
Así pues, las drogas han venido a sustituir (satisfacer) las demandas afectivas, culturales y espirituales de los jóvenes por falta de una adecuada oferta por parte de las instituciones tradicionales. Desde esta perspectiva, encontramos tres tipos fundamentales de drogas:
Drogas afectivas que son las que vienen a sustituir las demandas afectivas de carácter familiar. Ejemplos típicos son las derivadas del cannabis.
Drogas psicodélicas que son las que sustituyen las demandas de carácter cultural. Como ejemplos tenemos las anfetaminas.
Drogas místicas o sustancias con las que se intenta conseguir una realización de naturaleza místico-religiosa, como puede ser la mescalina.
En algunos casos, drogas socialmente permitidas, como el alcohol cubren esos niveles de realización.
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