ENTRO EN PARVULITOS

Parece mentira cómo después de tanto tiempo, todavía recuerdo de una forma tan clara, mi primer día de colegio, con cuatro años.

¡Resulta tan entrañable!. Me pasé todo el día llorando, desde que vi que mi madre se iba y a mí no me dejaban salir de la clase.

Recuerdo la sensación de desconcierto, pues éramos muchas niñas dentro de una habitación con muchas mesas y sillas y, todas las madres estaban fuera, mirándonos con cara de preocupación y no terminaban de irse.

La profesora era maravillosa, Cecilia, muy joven y con mucha dulzura en su cara. Se pasó toda la mañana enseñándonos canciones y juegos, pero yo no paré de llorar en todo el día. La pobre trataba de consolarme, pero no había forma. Yo le decía que quería irme con mi madre porque tenía hambre (cosa que no era, pues yo era muy mala para comer), pensando que era un motivo bastante importante y me dejaría salir para irme con mi madre.

Recuerdo hasta cómo era el pañuelo con el que me secaba las lágrimas.
¡Fue un día horrible!, pero el resto del curso lo recuerdo con mucho cariño y alegría.

También recuerdo perfectamente cómo era el aula, la luz, el olor, los puzzles de madera y muchos momentos concretos y sobre todos sensaciones. De hecho, conservo mis trabajos y mis boletines de esos dos años de infantil y me encanta mirarlos de vez en cuando.

Al año siguiente, con cinco años, volví muy contenta al colegio, esperando con ilu8sión volver a encontrarme con mi señorita Cecilia; pero cuál fue mi sorpresa y desilusión a la vez, que mi señorita había cambiado ( años más tarde supe el motivo). Mi profesora era otra y con el tiempo iba comprobando que era muy distinta en todos los sentidos. Su mal genio e impaciencia me hicieron sentirme menos a gusto que el año anterior, y descubrí que no recibíamos el cariño que nos habían dado el año anterior.

Todo esto me hacer reflexionar y preguntarme cómo me ven mis alumnos, qué concepto tienen de mí, con qué imagen se quedarán el día de mañana sobre mí y mi relación con ellos. ¿Les transmito realmente los valores que me propongo?. Simplemente, ¿Me recordarán?.

Concepción Lainez González. Maestra de Infantil.