Productos químicos
Los productos químicos responsables de enfermedades en el hombre son vehiculados hasta el cuerpo humano a través del aire, del agua o de los alimentos.
Esto significa que ingresan en el cuerpo humano y desde el medio ambiente, por la inhalación respiratoria, por la piel o por las mucosas, pasando posteriormente si no son neutralizados, a la circulación sanguínea y posteriormente al resto del organismo, manifestando muchos de ellos especial tropismo tisular, por lo que suelen caracterizarse así los signos y síntomas de la enfermedad que pudieran producir. Su ciclo completo abarca las fases de absorción, circulación, distribución, fijación y eliminación. Algunos actúan sin penetrar en el organismo y sólo en las superficies.
A los tóxicos ambientales están en mayor o menor proporción expuestos, los habitantes de los asentamientos y si los habitantes urbanos están expuestos preferentemente a unos tóxicos, los rurales están expuestos a otros, derivando ello sencillamente, de sus entornos sociales y laborales.
Los efectos originados pueden clasificarse en:
1. Efectos tóxicos, en directa relación con la dosis recibida y con cierta especificidad de actuación nosológica. Cuando deriva el daño a la salud de una exposición única, hablamos de "intoxicación aguda" y de toxicidad con efectos no diferidos. Cuando deriva de una exposición repetida, hablamos de "intoxicación crónica" por acumulación de efectos o por acumulación de dosis.
2. Efectos asfixiantes, cuando hubo fisiopatológicamente desplazamiento del oxígeno molecular o competencia metabólica con éste, con acción de tipo inmediata al contacto y manteniendo relación dosis-efecto.
3. Efectos sobre el aparato respiratorio, cuando existe reacción del aparato respiratorio ante partículas sólidas, dando cuadros clínicos de Neumoconiosis, o alteración pulmonar, por sensibilización o reacción inmune o cáncer a nivel pulmonar, si la historia natural del cáncer llega a su último estadio y en presencia de cofactores facilitadores del proceso de oncogénesis.
4. Efectos de Genopatías, Embriopatías o Fetopatías, con traducción sobre el producto de la concepción, llegando desde la inviabilidad, a la prematuridad o daño congénito.
5. Efectos irritantes, cuando hay alteraciones en las estructuras superficiales, como piel y mucosas.
6. Cuadros de base inmunológica (véase Sistema Inmunológico), como expresiones reaccionales de la inmunidad humoral o celular, traduciendo clínicamente procesos morbosos de tipo de hipersensibilidad. Juega un papel notable el estado básico del paciente respecto de la especial predisposición, así como sus antecedentes alérgicos o atópicos en la familia (véase Alergia). Debe valorarse especialmente la reactividad cruzada entre productos químicos medio- ambientales alergógenos. Recientemente ha sido descubierta la molécula responsable de los cuadros alérgicos producidos por alimentos y productos químicos y ha sido llamada Gi-3.
Algunos tóxicos son rechazados en base a su aspecto, olor o sabor desagradables, por la defensa sensorial y psíquica, y aparecen vómitos y diarreas por irritación del aparato digestivo, como expresión de una función de eliminación de forma inespecífica. Un mecanismo fundamental es la biotransformación a nivel del hígado, que lleva a un producto químico hasta sus metabolitos, generalmente más hidrosolubles y más fácilmente eliminables.
La presencia en el organismo de ciertas sustancias químicas, como pueden ser otros fármacos si el paciente se medicaba, puede definir fenómenos inductores de efecto.
Las muy diferentes sustancias químicas, que pueden llegar desde el medio ambiente al cuerpo humano, tienen naturaleza química diferente y en base a ella influencian el cuadro clínico, siendo las de tipo liposoluble más activas, dada la constitución lipídica de las membranas de las células.
Otros factores como la dosis, la concentración y ritmo de incorporación al cuerpo humano, junto con los factores del individuo como tipo, nivel de salud, edad, tolerancia, susceptibilidad... pueden definir el por qué de la gravedad y evolución clínica, o respuesta al tratamiento en cada caso.
En determinadas circunstancias de daño a la salud por sustancias químicas de origen medio ambiental, debe tenerse presente el valorar la simultánea aparición del mismo cuadro en algunos o múltiples individuos de una comunidad concreta, en la que epidemiológicamente es de interés, la exposición al factor de riesgo común.
Un comentario especial, merecen las afecciones para la salud humana derivadas del contacto laboral o profesional de ciertos trabajadores con determinadas sustancias químicas (que al igual que otros agentes físicos o biológicos3, pueden llegar a tener consideración de "enfermedad profesional",. por haber sido contraídas en su medio ambiente laboral.
El Decreto 1995/78 de 12 de Mayo, recoge el Cuadro de Enfermedades Profesionales asumibles por el sistema de la Seguridad Social. Este Decreto clasifica a los "agentes químicos" y también a las "enfermedades de la piel" causadas por sustancias. También quedan incluidas las "enfermedades sistémicas" , muchas de origen laboral, entre las que se recogen ciertos tipos de enfermedades cancerosas de pulmón, pleural, nasal, hepático, del sistema hematopoyético, de la piel, del sistema urinario, hueso, laringe... siempre que se demuestre la "relación causa-efecto" en el lugar de trabajo.
La Ordenanza General de Seguridad e Higiene en el Trabajo (O.M. de 9 Marzo 1971), recoge entre sus artículos 133 y 151, lo relativo a medidas de prevención y protección personal para minimizar el riesgo medioambiental en el ámbito laboral.
En nuestro Estado, se ha tenido la trágica experiencia de uno de los casos complejos de una enfermedad que ha afectado a varios trabajadores de la Comunidad del País Valenciano (Alicante), por una sustancia química desconocida en su relación con cuadro clínico de severa Fibrosis Pulmonar (Neumonía Intersticial Difusa), que llevó a la muerte a varias trabajadoras por la no adecuada protección medioambiental laboral, en el sector de la aerografía textil, en el manejo de productos químicos con toxicidad desconocida. La investigación llevada a cabo permite fijar que al día de hoy, se está en una fase en la que existe un presunto agente causal: el "Acramin FWN", procedente de la transformación de una poliurea, es una poliaminamida nociva.
El 10 de Marzo de 1993, fue aprobada una Proposición no de ley, en el Congreso de los Diputados, por la que "hasta que se descubra el agente causal de la enfermedad, se deben realizar todos los esfuerzos para la cobertura económica y social de los afectados, así como que el I.N.S,S., de acuerdo con la legalidad vigente, anticipe las cuantías correspondientes en caso de invalidez permanente o muerte".
Así mismo la Comisión de Política Social y Empleo, ha instado en igual fecha al Gobierno, a la modificación del D.1995/78, y en ella queda incluido el Síndrome de Ardystil como Enfermedad Profesional. Ha sido aprobado en Consejo de Ministros de Diciembre 1993.
Es ello exponente, de cómo el contacto del ser humano con agentes químicos, que contaminan el medio ambiente en que se desenvuelve de una u otra forma la vida de las personas, puede conllevar efectos nocivos para la salud inconscientemente y deben realizarse esfuerzos para su prevención por parte de la comunidad.
Un apartado especial vamos a dedicar dada la estructura socioeconómica de Andalucía con gran componente agrícola, a los fenómenos adversos para la salud que presentan en nuestro medio ambiente, los "PLAGUICIDAS", sobre todo en la agricultura forzada de cultivos, aunque puede tener interés en el control de vectores como agentes transmisores también de enfermedades.
Existen casi un millar de enfermedades de las plantas, casi 2.000 especies de cizaña y alrededor de 10.000 especies de insectos que devastan las cosechas en el mundo.
Cada año en función del medio ambiente de cada área geográfica hay millones de seres humanos amenazados por enfermedades transmitidas por artrópodos vectores. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO), ha estimado que pese al empleo de plaguicidas la tercera o cuarta parte de los cultivos cosechados se pierden por la acción de los roedores, insectos y pájaros y por otras condiciones que llevan a su deterioro. Se necesitan pues plaguicidas para evitar estas pérdidas y para proteger a las plantas en las fases de cultivo, recolección, almacenamiento y transporte.
Por otro lado el control de las muy variadas enfermedades que el hombre contrae por vectores, hace que este sea objetivo principal del Comité de Expertos en Biología de Vectores y Lucha Antivectorial de la OMS y depende ello en gran medida del empleo racional de plaguicidas, con la condición de asegurar su uso sin peligros, desde un asesoramiento de manejo inocuo a partir del conocimiento de la toxicología de los plaguicidas utilizados.
Es tal la preocupación que suscitan los miembros de las poblaciones afectadas, que hoy los Organismos Internacionales han adecuado Programas para garantizar el empleo inocuo:
La OMS ha incluido ello en el "Programa Internacional de Seguridad de las Sustancias Químicas (IPCS)" y en él colaboran OIT, PNUMA y OMS.
La FAO adoptó en 1985 el "Código Internacional de Conducta Sobre la Distribución y el Empleo de Plaguicidas" y una extensa serie de normas técnicas convenidas son base para tal Código. Se requerirá una evaluación para comprobar la validez de las razones aducidas para prohibir o restringir el uso de cualquier plaguicida.
PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente). El "Registro Internacional de Sustancias Químicas Potencialmente Tóxicas" que forma parte del PNUMA, está ligado con la FAO en el procedimiento de consentimiento informal (CIP) como parte de la labor que desarrolla en aplicación de las Normas de Londres (London Guidelines for the Exchange of information on chemicals in International Trade. 1989), para intercambio de información sobre sustancias químicas prohibidas o rigurosamente restringidas en el comercio internacional.
OIT (Organización Internacional del Trabajo). Tiene actualmente en fase de preparación los criterios para la "Clasificación de Productos Químicos Peligrosos" entre los que se incluyen los plaguicidas.
GIFAP (Grupo Internacional de Asociaciones Nacionales de Fabricantes de Productos Agroquímicos). Este ha acordado respetar y hacer divulgar las disposiciones pertinentes del Código Internacional de Conducta de la FAO.
WHOPES (Plan de la OMS de Evaluación de Plaguicidas).
Desde 1960 se inició un Programa de Evaluación de Plaguicidas, que fue reorganizado en 1982 para mantener el interés de la industria química y para utilización racional de plaguicidas ante plagas perjudiciales y en programas de eliminación o control de vectores en enfermedades por ellos transmitidas. Persigue el objetivo de difundir que se pueden producir y comercializar plaguicidas inocuos y eficaces observando las normas de transporte, almacenamiento y utilización especificadas en las instrucciones de uso. Esta experiencia WHOPES en evaluación de inocuidad podría también aplicarse en nuevos plaguicidas con destino a la agricultura y hacerse nuevas especificaciones con revisiones periódicas (Specifications for Pesticides used in Public Health. 1985).
La Clasificación de los Plaguicidas, ha sido adoptada por numerosos países ya sea en forma original o adaptada a las respectivas necesidades y forma parte del Código Internacional de Conducta de la FAO sobre Distribución y Empleo de Plaguicidas. La función primordial de la Clasificación es prevenir la intoxicación aguda por plaguicidas en seres humanos y está en permanente revisión, de ahí el nombre de "Clasificación de los Plaguicidas según su Peligrosidad" (The Recommended Classification of Pesticides by hazard and Guidelines to Classification. 1990-91).
Por otro lado la OMS está preparando pautas sobre control toxicológico y está llevando a cabo un proyecto para fortalecer la capacidad de los Estados Miembros para abordar todos los tipos de intoxicaciones mediante el Programa INTOX en forma impresa y computerizada, conteniendo información sobre las propiedades físicas, químicas y toxicológicas de los plaguicidas; cómo analizarlos; y como diagnosticar, tratar y prevenir las intoxicaciones.
Todos los envases de plaguicidas deberán estar rotulados (o mejor grabados) en forma indeleble, con la siguiente leyenda: "NO DEBE USARSE PARA GUARDAR ALIMENTOS, BEBIDAS, NI ALIMENTOS PARA LOS ANIMALES". En otras ocasiones y en función de su contenido contendrán la leyenda: "UNA VEZ VACIADO Y ESCURRIDO, ESTE RECIPIENTE DEBE DESTRUIRSE". Se describirá el método recomendado para eliminarlo en condiciones de seguridad.
Respecto de algunos reutilizables se pretende que la industria diseñe sencillos métodos de descontaminación.
En todo Programa de Control de Vectores a nivel de medio ambiente y para valorar su eficacia, deben incluirse actividades de evaluación entomológica, serológica si procede y clínica, para fijar la periodicidad de las medidas específicas. Las actividades educacionales son muy importantes y ellas son expresión de un manejo medioambiental desde bases racionales para abordar problemas de salud.
Por otro lado respecto de los plaguicidas utilizados con fines de mejora agrícola de cosechas, el empleo de plaguicidas organofosforados, cada vez más potentes, generará problemas ya que pese a tener menor efecto acumulable en el medio, presentan una toxicidad intrínseca mayor que los organoclorados.
La alta toxicidad de los plaguicidas, resulta potenciada cuando se emplean en cultivos bajo plástico, al tratarse de espacios semicerrados con altas temperaturas. El calor junto a la elevada humedad relativa y a la escasa renovación del aire, hacen que la piel sea fácil puerta de entrada al organismo, con absorción de importantes cantidades de producto químico. La vía respiratoria también es muy importante.
Las mezclas de productos, pueden aumentar el riesgo de intoxicación por potenciación de efectos.
Suelen verse afectados individuos varones jóvenes de edad media, que suelen presentar en los casos agudos, síntomas al atardecer y después de su jornada laboral, pues es preciso un tiempo de exposición y latencia.
Existe en ocasiones enorme dificultad para disponer realmente de la composición química de los plaguicidas utilizados y a veces comercializados por redes de venta no controladas oficialmente e incluso importados clandestinamente, y que intoxican tras su uso a los individuos expuestos. Llama la atención el que casi el 50% de establecimientos de venta de plaguicidas, carecen del preceptivo "Libro Oficial de movimientos para productos tóxicos y muy tóxicos" y el 10% son establecimientos mixtos, en los que se almacenan productos tóxicos junto con piensos y alimentos.
Son de destacar su daño agudo o crónico sobre el manipulador, pero al tiempo, debemos también destacar la bioacumulación en las cadenas tróficas, la ecotoxicidad, y la acción residual en las aguas y en los alimentos vegetales y animales.
Es necesaria una formación de los agricultores, para un uso racional de estos plaguicidas y un análisis intersectorial, para fomentar el uso de alternativas a los plaguicidas y hasta tanto, propiciar la observación de la legislación, en la aplicación de plaguicidas y en el abandono de envases originales y en los métodos y medidas de protección durante las aplicaciones.
Las disposiciones legales del Ministerio de Agricultura restringen el uso de plaguicidas de elevada persistencia, contaminantes del medio y de los alimentos y que crean riesgo para el hombre, los animales domésticos y la fauna. La Reglamentación Técnico-Sanitaria, para la fabricación, comercialización y utilización de plaguicidas está promulgada en nuestro Estado, en el B.O.E. de 24-Enero-1984.