Veamos tres ejemplos reales de delitos informáticos:
Caso 1: fue sonada la paralización de cientos de empresas por el ataque de un virus informático llamado WannaCry, que se autoinstalaba en los ordenadores de trabajadores de distintas compañías y producía la encriptación de los archivos almacenados en los ordenadores conectados a la misma red.
Caso 2: en los medios de prensa gallegos, el curioso método que tenían un grupo de chavales de un instituto de A Estrada (Ayuntamiento de Pontevedra) para asegurarse el aprobado sin necesidad de hincar los codos.
El método consistía en instalar en los ordenadores del centro un software que monitorizaba cada una de las pulsaciones del teclado, y así permitía descifrar las contraseñas necesarias para autenticarse en distintas cuentas. Con este software un grupo de alumnos del centro pudieron acceder a varias cuentas de correo electrónico de sus profesores y obtener así los exámenes que posteriormente tendrían que realizar.
Caso 3: los delincuentes pegan un código QR malicioso encima de uno real en museos, restaurantes, anuncios, etc., o que los sitúen en lugares públicos, de forma independiente y con cualquier excusa, como un sorteo'. Al escanear el código con el móvil, el usuario no ve cuál es la URL o dirección web a la que accede, sino que entra en ella antes de poder darse cuenta y pueden inmediatamente descargar un virus que podría infectar el teléfono al ejecutar archivos a través del enlace.
Actividad: Clasifica cada uno de los casos anteriores según los ciberdelitos más comunes.
Indica donde los encuadrarías según su denominación, definición y consecuencias legales.