Propuesta didáctica

RINCONES

 

El rincón de la alegría y la tristeza.

Este rincón pretende en principio, que los niños y niñas del aula de infantil puedan expresar sus sentimientos libremente, pero sus posibilidades son mucho más amplias, ya que la capacidad de comprensión de esos mismos sentimientos influye positivamente en su aceptación así como en la resolución de conflictos. El aula de E.I. es un lugar donde los sentimientos y las emociones están a flor de piel. Por supuesto no solo los sentimientos positivos, sino también los negativos y por ello nos pareció necesario darles un espacio e incluirlos en la actividad diaria.

La vida cotidiana es bastante motivación para ir construyendo el rincón, así las reacciones típicas como el llanto, el rechazo a la escuela, la inadaptación... o los momentos de risa, diversión, sorpresas... constituyen la base del mismo. Actividades como la asamblea diaria, la expresión corporal y gestual, la observación en el espejo de nuestro aspecto cuando reímos o lloramos en clase, son fundamentales para descubrir que todos y todas tenemos sentimiento alegres o tristes y para aceptar que necesitamos un lugar y un tiempo para expresarlos, y nada mejor que un rincón .

Debe ser un lugar agradable, cálido y que permita realizar actividades diversas, tanto individuales, como de pequeño y gran grupo, por ello lo mejor es que sea transformable. Para ello nos basta con algunas telas de distintos colores con los que además trabajar el tacto, y la percepción visual, alfombra, cojines... Un mural elaborado entre toda la clase, con fotografías de revista por ejemplo, en el que aparezcan a un lado situaciones alegres y en otras tristes, va llenando el rincón y permite además la evaluación del mismo. Las visualizaciones, los masajes, así como las audiciones son actividades a realizar en este rincón. Los títeres también son una ayuda, ya que no solo representan cuentos , también pueden establecer diálogos con los niños y solucionar conflictos.

Incluso un taller de flores secas puede participar de este rincón , la recolección con la colaboración de la familia, alguna salida para reconocerlas y buscar otras nuevas que nos gusten especialmente por su color, aroma, o que nos llamen la atención por todo lo contrario, la clasificación en clase, y el proceso de secado sobre hojas de periódico con algún peso encima, el cuidado del lugar durante el proceso etc. Son actividades altamente gratificantes y ricas, que pueden nutrirse de técnicas constuctivistas sobre lecto-escritura, mediante la creación de libros o cuadros con estas flores, leyendo o escribiendo incluso los nombres de algunas, investigando sobre su floración, época, cuidados, ciclo… Por otra parte también da lugar al plantado y cuidado de macetas, un verdadero jardín de vida en clase.

Como se verá la integración de este rincón en la programación es muy flexible y puede utilizarse según nuestras necesidades, tanto en un momento del día determinado como en un momento de necesidad de cada niño/a.

Igualmente la evaluación se incardina en la evaluación habitual, aunque por supuesto van a prevalecer los aspectos actitudinales, por lo cual es necesario darles un lugar relevante en los distintos instrumentos de evaluación.

El rincón de la clase más alegre

Esta actividad surgió en la Asamblea, en la que pregunté a los niños si la clase les parecía alegre. Les propuse que pensaran los cambios qué les gustaría hacer en el aula para que sintieran mejor. La mayoría de le los niños se mostraban satisfechos y se sentían muy contentos.

En realidad, era yo la que no estaba muy contenta con la organización y decoración de la clase y quería saber si ellos sentían lo mismo. A raíz del diálogo realizado con ellos en la asamblea, les propuse que dibujaran el rincón de la clase en el que se sentían más contentos. Las respuestas fueron muy variadas: el patio, la cocinita, la peluquería, los tacos de construcción, el radiocassette…

Estos son fueron los rincones más dibujados y en consecuencia, eran los más visitados. Este grupo estaba formado por alumnos de cinco años y los dos años anteriores habían estado con otra tutora y el cambio para ellos fue importante. Eran niños muy inquietos que disfrutaban mucho disfrazándose, pintándose y bailando.

La respuesta a esta actividad fue muy satisfactoria, pues comprobé que los niños se sentían muy a gusto en el aula y, por tanto, sus necesidades e intereses estaban cubiertos.

Pienso que es muy interesante realizar esta actividad para sacar el máximo partido al aula, escuchando las posibles aportaciones que puedan darnos los alumnos. De esta forma, el aula siempre será un espacio en constante cambio, adecuándose a las necesidades educativas de cada momento y evitar, por tanto, caer en la monotonía o el estancamiento en el proceso educativo.