Luz
La radiación solar abarca un amplio espectro y así tenemos que la longitud de onda en micrones 0,3 0,4 es la ultravioleta; entre 0,4 0,7 es la visible y entre 0,7 10 es la infrarroja.
La luz tanto por defecto como por exceso en el medio ambiente del hombre, genera manifestaciones clínicas.
Por defecto la luz, dada su influencia sobre el crecimiento del cuerpo humano, genera una pérdida del tono metabólico, así como dos enfermedades relacionadas con la estructura ósea, como son la osteomalacia en el adulto y el raquitismo en el niño por falta de vitamina D. Esto es expresión de un trastorno cualitativo, en el que falta una mineralización suficiente de la sustancia osteoide. Ello es debido a una disminución de la concentración plasmática de calcio y fósforo, puesto que es preciso se mantengan unas cifras por encima de cierto nivel, para el depósito de minerales en la sustancia osteoide. La causa de los déficits de calcio y fósforo, es la falta del "metabolito de la vitamina D", favorecedor de la absorción intestinal de calcio y fósforo, denominado 1-25 (OH)~D (metabolito activo 1-25-dihidroxicolecalciferol en el que no se puede transformar la vitamina D (que no se sintetizó en la piel), por falta de exposición a la luz solar del individuo. Estamos en presencia de un "raquitismo vitamina D-dependiente tipo I".
El exceso de luz en el medio ambiente, puede dañar el cuerpo humano por la acción calorífica de los rayos infrarrojos o por la acción de las radiaciones ultravioletas sobre la piel. La radiación ultravioleta se extiende desde el límite de la visible hasta los 100 nanómetros de longitud de onda. Las radiaciones ultravioletas, pueden dañar por combinación de mecanismos como son: daño al ADN celular; formación de moléculas con electrón impar muy reactivas y que son los "radicales libres"; o por reaccionar con proteínas de la piel, dando ciertos antígenos inmunoreactivos.
Aumenta su poder de penetración con la longitud de onda, pero en ningún caso rebasa la dermis. Puede producir efectos:
Inmediatos:
Sobre la piel puede producir eritema o aumento de la pigmentación melánica.
Sobre el globo ocular puede producir querato-conjuntivitis.
Latentes:
Estocásticos, pudiendo producir cáncer de piel y lesión corneal
No estocásticos, pudiendo producir queratosis actínica y cataratas.
La radiación solar en el espectro UV-A, produce frecuentemente erupciones cutáneas polimorfas, la mayor parte de las reacciones de fotosensibilidad provocada por fármacos y contribuye a las lesiones crónicas y quemaduras solares. A las UV-A se debe principalmente el bronceado.
La radiación solar en el espectro UV-B, produce quemaduras y lesiones cutáneas crónicas, envejecimiento cutáneo y cáncer de piel, contribuyendo a las reacciones de fotosensibilidad.
Diferentes productos químicos han sido estudiados para aplicar sobre la piel de la persona que se va a exponer a la radiación solar, por razones laborales, de estética...
Las acciones de la luz, pueden ser de lesiones de aparición precoz, hasta lesiones de aparición tardía, por efecto dañino a largo plazo, sobre todo por exposiciones prolongadas y en ciertas constituciones de la piel.
Desde el cáncer cutáneo hoy aceptado como patología por la luz en exposiciones prolongadas en ciertas zonas de exposición y más especialmente en poblaciones nórdicas de piel más blanca, hasta las, dermatosis fotoalérgica, dermatosis por fotosensibilización o la quemadura solar en sus diferentes grados lesionales, son exponentes de este daño medio ambiental, que guarda especial relación con áreas geográficas, altitud, estaciones climáticas, hora solar, nubosidad, presencia de nieve, capa de ozono...