Frío

El ennegrecimiento de es un claro signo de congelación. Las partes más afectadas son la nariz y orejas, así como los dedos de los pies. Si la ayuda llega demasiado tarde se hace precisa la amputación o excisión.En ocasiones el hombre se encuentra expuesto a un medio ambiente con bajas temperaturas, lo que desencadena la puesta en marcha de mecanismos de compensación termorreguladores, que dependerán de muy variados factores como son el tiempo de exposición, presencia de humedad ambiental, vientos, agua...

Ante la situación, el organismo intenta llevar más oxígeno a los tejidos, dando vasoconstricción periférica, contracciones musculares y aumento del metabolismo, sobre todo anaerobio, con aumento de la acidez.

Clínicamente hay etapas que van desde la palidez con taquipnea y taquicardia e hipertensión arterial, hasta el fallo de los sistemas cardiocirculatorio, respiratorio, nervioso y metabólico, pudiendo llegar hasta la muerte.

En ocasiones el efecto es más local en zonas anatómicas parcialmente más expuestas (nariz, orejas...) y se desnaturalizan ciertas proteínas celulares, sobre todo del endotelio vascular, pudiendo aparecer sabañones y congelaciones de 1º, 2º y 3º grado.

Los CFC (cloro-fluoro-carbonos) y las instalaciones frigoríficas y de aire acondicionado

Con la Revisión del Protocolo de Montreal (25 Noviembre 92) sobre sustancias agresivas con la capa de ozono, se establece la limitación de producción de derivados halogenados de hidrocarburos saturados. Las restricciones en la fabricación de CFCs afecta a las grandes industrias frigoríficas, a las de aire acondicionado, frigoríficos domésticos y aire acondicionado de automóviles. De las instalaciones frigoríficas dependen la práctica totalidad de almacenamiento, distribución y comercialización de los alimentos, así como de productos biológicos esenciales en su red de distribución como son las vacunas y otros medicamentos termosensibles indispensables para el desarrollo de los pueblos.

Para garantizar la continuidad de funcionamiento de una instalación debe darse alguno de estos tres supuestos: a) Que la instalación no tenga ninguna pérdida de fluido frigorígeno; b) Que tenga alguna pérdida y pueda reponerse recuperándolo de otras instalaciones a las que le quede vida activa por su plazo de amortización entre 20-25 años y c) Que la instalación pueda funcionar con un fluido frigorígeno distinto.

Para HCFC en 01.01.96 será 3,1% de los consumos de CFCs y HCFCs en 1989, ponderados en O.D.P. (Potencial de Destrucción de Ozono) y será en 01.01.2030 nivel 0% del paso número uno citado.

Los frigoríficos domésticos utilizan como fluido de trabajo R-12 y como aislamiento poliuretano expandido con R-11. En total cada unidad contiene entre 300 y 400 gramos de CFC que acabarán siendo eliminados a la atmósfera. Si en España hay unos 14 millones de frigoríficos domésticos y su vida media es diez años, estimaremos que cada año de estos frigoríficos unos 375.000 kg. de CFCs contribuyen a la destrucción de la capa de ozono desde el entorno domiciliario.

Los sistemas de aire acondicionado de vehículos contienen entre 1-1,5 kg, de R-12 y deben mantenerse en buenas condiciones.

Los fluidos Halogenados de sustitución de los CFCs son los HCFCs y los HFCs que si bien no agreden a la capa de ozono, sí provocan un calentamiento global de la tierra por efecto invernadero, cuya cuantificación es difícil. Para medirla se puede utilizar el GWP (Potencial de Calentamiento del Planeta), factor adimensional que referido a tiempo debe darse en valores ITH (Horizontes de Tiempo de Integración). Para valorar además el efecto calentamiento hay que valorar otro efecto indirecto derivado del consumo de energía con liberación de CO2, tanto si es de origen térmico como eléctrico. La combinación de ambos efectos directo e indirecto, se conoce como TEWI (Efecto de Calentamiento Total Equivalente).

La industria frigorífica se enfrenta a dos retos: supervivir a medio plazo ante la desaparición de los CFCs y readaptación a largo plazo ante la desaparición de los fluidos frigorígenos halogenados.

Otros agentes nocivos medioambientales para la salud humana