Cirugía
La principal estrategia para
el tratamiento curativo del cáncer es la excisión de todas las células malignas
mediante una intervención quirúrgica. En el pasado, esto implicaba la excisión
de todo el tejido afectado y de la mayor cantidad posible de tejido potencialmente
afectado, incluidos los tejidos vecinos y los ganglios linfáticos. Para algunos tumores,
y en especial el cáncer de mama, no es precisa una cirugía tan ablativa (mastectomía)
en la mayor parte de los casos. Las mejoras en las técnicas quirúrgicas, los
conocimientos en fisiología, en anestesia y la disponibilidad de potentes antibióticos y
hemoderivados, han permitido realizar cirugías más limitadas, con menos secuelas y más
pronta recuperación. Sin embargo, muchos cánceres están demasiado extendidos en
el momento del diagnóstico para que la cirugía curativa sea posible. Si la extensión
local del tumor afecta a tejidos vecinos que no pueden ser resecados, o si existen
metástasis a distancia, la cirugía no será un tratamiento curativo. Sin
embargo, puede ser beneficiosa para el alivio sintomático de ciertas situaciones como la
obstrucción, o puede tener el objetivo de disminuir la masa tumoral para permitir una
mejor respuesta al tratamiento quimioterapéutico o radioterapéutico sucesivo.
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