Proyecto de educación afectiva en infantil y primaria

“El baul de las emociones”

NUESTRAS BASES TEÓRICAS

Basamos bastantes aspectos de nuestra práctica en la aportaciones de la psicología gestáltica pues nos plantea un acercamiento al ser humano con un enfoque humanista, holístico, integrador y fenomenológico. Esto supone un acercamiento activo, una interectuación con las personas, utilizando un lenguaje verbal, simbólico y no verbal. Para esta corriente psicológica, el mundo infantil es un mundo fuerte, lleno de optimismo y esperanza, porque todo está por formarse. Pero también es un mundo muy frágil y sensible que puede quebrarse y crecer de manera inadecuada

En el momento que una persona quiere recordar una situación, evocarla, etc. Es como si la iluminase y le diese un espacio. Entonces sale del fondo (subconsciencia) y se conforma como figura (consciencia), permitiendo a la persona tenerla más al alcance de su realidad. Nos parece interesante observar y analizar qué características la madre y el padre hace figurar de su hijo-a y qué características deja en el fondo. También es interesante manejar datos importantes respecto al desarrollo y hábitos familiares de éstos.

Es nuestro trabajo tratar de encontrar aspectos positivos del niño o la niña cuando en apariencia parece que todo va mal. Debemos brindar un trato lleno de afecto y cariño, de respeto y atención a sus fantasías y juegos. Los límites que lo ayuden en su desarrollo también deben estar claros y beben ir encaminados a cubrir las necesidades infantiles.

Las necesidades humanas son de índole biológico, cognitivo, emocional y social. Lo compartimos como herencia, pero además, pone de relieve lo que casa persona tiene que resolver adecuadamente.

Por otra parte, el niño es un agente activo en muchas decisiones que le afectan y en las relaciones con los demás. De hecho, las características concretas de cada niño influyen en la forma en que las otras personas interactúan con él.

A. Necesidades de carácter físico- biológico.

Alimentación

Temperatura

Higiene

Sueño

Actividad física

Integridad física

B. Necesidades cognitivas

Estimulación sensorial

Exploración física y social

Comprensión de la realidad física y social

Adquisición de un sistema de normas y valores

NECESIDADES INTERVENCIÓN RIESGO

Seguridad emocional

 

 

 

 

Apego incondicional

Contacto íntimo

Capacidad de control

Capacidad de protección

Resolución de conflictos con explicaciones y coherentes exigencias.

Rechazo

Ausencia

Autoritarismo

Respuestas inadecuadas

Amenaza de retirada de amor

Falta de control del niño/a.

Red de relaciones sociales

Amistad y compañerismo entre iguales en el entorno familiar y en la escuela

Continuidad en las relaciones

Incorporación a grupos

Aislamiento social

Separaciones largas

Aburrimiento

Imposibilidad de contacto

Amistades de riesgo

Participación y autonomía progresiva

Participación en decisiones de lo que le afecta y pueda hacer a favor de sí mismo y de los demás.

No ser tenido en cuenta

Dependencia

Necesidades sexuales

Responder a preguntas

Juegos y autoestimulación sexual

Protección de abusos

No atender

Engañar

Castigar manifestaciones infantiles

Abuso sexual

Protección de riesgos imaginarios

Escuchar y responder a sus temores

Posibilidad de expresar el miedo

Evitar conductas que fomenten los miedos: violencia física, verbal, incoherencias...

Inhibición emocional

No tranquilizar ni responder

Violencia física y verbal

Incoherencia en el entorno

Necesidad de juego

Juegos con la familia

Juegos con los iguales

Imposibilidad en el hogar

Tono vital triste en los padres

Ausencia de iguales

Falta o inadecuación de juguetes.

C. NECESIDADES EMOCIONALES Y SOCIALES

Seguridad emocional, identidad personal y autoestima

Relaciones sociales

Participación y autonomía progresiva

Límites al comportamiento.

 

Las necesidades emocionales y sociales son de muy diferente tipo y son ejercidas por padres y madres, docentes, adultos y grupos de iguales, principalmente.

La necesidad de seguridad y estima emocional es sentida de manera subjetiva y supone sentirse querido, aceptado, apoyado, protegido... Su insatisfacción es vivida como abandono, soledad, inseguridad, miedo, ansiedad, etc. Tener al menos una figura de apego es imprescindible para el apropiado desarrollo de la infancia.

Esta seguridad emocional está en la base de la construcción de la identidad personal y la autoestima.

La persona tiene también la necesidad de ampliar su mundo de relaciones con los iguales, especialmente a partir de los tres años. Favorecer las relaciones de amistad y la formación de grupos es fundamental. El riesgo en caso contrario es el aislamiento social del niño, la falta de contacto con su grupo de iguales que favorecen el establecimiento de una red de relaciones sociales.

Las personas son participantes activos en las decisiones y gestiones relacionadas con su vida. Así se fomenta su participación y autonomía, que debe ir acompañada del establecimiento de unos límites coherentes en el comportamiento.

La necesidad de jugar es vital en las personas. Nos proporciona la oportunidad de divertirnos, disfrutar, realizar aprendizajes sociales, a la vez que neutraliza momentos de sufrimiento, trabajo y estrés.

De lo que se trata con la acción educativa es de ofrecer una respuesta adecuada a estas necesidades infantiles para que los niños y niñas sean más felices y más competentes emocional y socialmente. Lógicamente, esta competencia está íntimamente relacionada con determinadas formas de funcionamiento emocional. De hecho, tras varios años de análisis en la práctica, nos encontramos con varias tipologías conductuales (Félix López Sánchez) marcadas aunque no absolutas ni excluyentes:

Niños y niñas con un tono emocional positivo que expresan las emociones de manera socialmente adecuada, las saben regular, se irritan menos y no se frustran demasiado. Suelen ser abiertos y seguros en las relaciones

Niños y niñas aparentemente rechazados por los demás, con mayor tendencia a la ansiedad y a la depresión. Expresan de manera muy intensa las emociones, apenas pueden regularla, se irritan con facilidad y molestan frecuentemente a los demás.

Niños y niñas aislados con un tono emocional negativo con mayor tendencia a la depresión y a la ansiedad que expresan de forma poco intensa las emociones, se irritan poco, regulan las emociones pero tienen miedo o sienten timidez en las relaciones. Molestan poco a los demás pero sufren y son poco competentes socialmente.

 

LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN LA ESCUELA - (Continuación)

 

El contexto escolar, complementario del familiar, es también un lugar ideal para la educación afectiva, emocional y social. Debe centrarse fundamentalmente en ayudar a las personas a:

a) Conseguir dos características emocionales:

Estado emocional en el que predominen los sentimientos de seguridad, estabilidad y bienestar personal.

Capacidad de empatía o capacidad de ponerse en el punto de vista del otro y compartir sus emociones.

b) Aprender a:

Reconocer las emociones propias y las de las demás

Ser capaz de expresar las emociones

Comprender la riqueza y variedad de las emociones

Ser capaz de regular las emociones, usándolas personal y socialmente de manera apropiada.

Ser capaz de compartir las emociones propias y ajenas.

Las emociones son procesos que se desencadenan tras entrar en contacto con un suceso, desencadenan una serie de cambios fisiológicos y nos predisponen a actuar de determinada forma. A lo largo de este proceso, el sujeto tiene la capacidad de actuar sobre sí mismo y sobre las manifestaciones sociales de la emoción.

Podemos mencionar:

1. Emociones positivas:

Alegría en sus diferentes formas

Felicidad y sentimiento de bienestar

Afectos positivos hacia los otros

2. Emociones negativas

Ira y todas sus manifestaciones

Miedo: terror, pánico...

Ansiedad: estrés, nerviosismo,...

Tristeza, depresión, frustración…

Vergüenza, timidez,...

Aversión, desprecio, rechazo,...

3. Emociones ambiguas como la sorpresa

4. Emociones estéticas como el entusiasmo, la admiración,...

No son éstas las únicas emociones, que por el contrario admiten muchos matices pues éstas son interpretadas y etiquetadas socialmente. Así pues no hay una clasificación única ni rígida.

Así pues, a la escuela le corresponde no sólo tener en cuenta la educación emocional que se hace a través del currículum oculto, sino elaborar un proyecto formal de educación emocional. Ello implica:

•  Formulaciones y decisiones consensuadas por la comunidad escolar :

- Análisis breve del grado de bienestar en el centro.

- Aceptación expresa de la conveniencia de la educación emocional

- Asignación de recursos personales, materiales didácticos y tiempos para la educación emocional

•  Inclusión en el currículum, junto a otros temas transversales, de la educación emocional. Análisis del currículum oculto y formulación de objetivos y contenidos.

•  Programaciones específicas sobre los distintos aspectos de la educación emocional. Elaboración de Unidades didácticas.