3.2. La escuela de pintura valenciana

A continuación te presentamos algunas de las claves necesarias para entender por dónde se va a mover la estética pictórica de nuestro barroco:

• La pintura barroca española aparece carente de la heroicidad de la pintura italiana y la flamenca.. Frente a esas composiciones magníficas y, por momentos exuberante, la estética hispana contrapone esquemas más calmados, más austeros y más íntimos, algo que podemos entender si lo relacionamos con ese contexto histórico del que hemos hablado de influencia de la Iglesia y de crisis constante. Como ves, el arte es, siempre, reflejo del tiempo en el que se desarrolla.

  Menipo de Velázquez Imagen en Wikimedia Commons.  Dominio público

• La pintura más importante que vamos a ver en el museo corresponde con la primera mitad del siglo XVII, momento en el que en Italia, gracias a Caravaggio, ha triunfado el tenebrismo. Pues bien, este sistema se adecua a la perfección a ese intimismo del que hablábamos antes. El juego de sombras permite la creación de un ambiente de recogimiento muy del gusto de la religiosidad de la época.

• La temática fundamental es la religiosa. Es cierto que también se elaboran interesantísimos retratos para la corte y que Velázquez, por ejemplo, desarrolla temática mitológica, pero lo preeminente y lo que le va a conferir de una característica común a la pintura barroca española es la religión. Esto, ya lo hemos indicado, se debe entre otras cosas a que la Iglesia es el gran mecenas del momento. En cualquier caso, los pintores parece que necesitan mostrar su sensibilidad hacia los temas religiosos, evocando un misticismo y un ascetismo casi único en Europa.

• Con un peso tan importante de la temática religiosa y con una sociedad tan controlada por la moral católica era poco menos que imposible que la sensualidad apareciera como centro de acción de la forma de tratar los personajes. Frente a la sinuosidad flamenca o las formas sensuales de algunos artistas italianos, la pintura española muestra un rigor y una asepsia de todo punto lógico. Solo la figura de Velázquez se va a poder permitir el lujo de acercarse al desnudo y a la sensualidad. Pero claro, él era un genio. Con todas estas características podemos ya entrar de lleno en el análisis de los pintores más importantes del momento. 

Joven espulgándose Imagen en Wikimedia Commons.  Dominio público	San Francisco arrodillado Imagen en Wikimedia Commons.  Dominio público

Sánchez Cotán. Bodegón Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Ya estamos en el hall que nos va a dar acceso a los primeros grandes genios de la pintura española. Murillo, Zurbarán, Valdés Leal y, sobre todo Velázquez van a demostrar hasta qué punto la pintura barroca española es fundamental para entender toda la historia del arte.

A lo largo de las salas que vamos a visitar veremos la magia en el realismo de los detalles de Zurbarán, la cercanía humilde de Murillo, la religiosidad más profunda de Valdez Leal y la genialidad más absoluta del maestro Diego Velázquez.

Prepárate porque vas a conocer los detalles de un momento fundamental para nuestra historia del arte.

Ojo, conforme vayas viendo las obras de cada autor, no olvides cuál es la realidad histórica del momento. Recuerda que hablamos de un momento bajo el reinado de los Austrias menores, de Felipe III y Felipe IV, de Carlos II, de sus validos y, sobre todo hablamos de un periodo de crisis económica y política en el que lo único que queda claro es que la Iglesia es la institución con más peso en la sociedad del momento.

Adelante que, como siempre, vas a disfrutar.

La pintura valenciana del barroco se va a caracterizar por un acercamiento intenso a los modelos italianos, especialmente a la propuesta de, como no, Caravaggio y su tenebrismo. Sin duda, la cercanía geográfica permitió dicho acercamiento que es temático, conceptual y estético. Eso sí, los pintores valencianos expresan su propia sensibilidad religiosa, dotando a sus obras de un misticismo mucho más acusado del expresado en las obras italianas.

José de Ribera

José de Ribera Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Este pintor valenciano (nació en Xátiva) se formó y trabajó gran parte de su vida en Italia, de hecho es conocido como “Il spagnoletto”.

Su pintura muestra esa completa asunción del tenebrismo caravaggesco, un tenebrismo al que lleva a su máxima expresión.

El patizambo Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público

Ribera es el pintor de la humildad y del realismo. Ambas cuestiones le permitían llegar al misticismo más profundo desde su visión de ermitaños y anacoretas tremendamente humildes, en cuyos cuerpos puede mostrar sin rubor alguno el realismo más duro a través de cuerpos extremadamente delgados, con huellas de la vejez, heridas…

En cualquier caso, no reniega de composiciones más potentes y más elaboradas, pero siempre con el poso de la humildad y el misticismo del que hemos hablado.

Además del San Andrés que podemos ver en el mueso también podemos destacar su “Magdalena”, pintada en 1641.

Francisco Ribalta

Cristo abrazando a San Bernardo Imagen en Wikimedia Commons Dominio público

Ribalta es el otro gran pintor valenciano del barroco. Su obra se caracteriza por una mezcla del clasicismo renacentista digerido tras su formación en el Escorial y el tenebrismo caravaggesco propia de toda la pintura barroca española.

De nuevo ese gusto por los claroscuros, por el misticismo, por la humildad y por el realismo, aunque sin llegar al nivel de Ribera