Modelos de asistencia sanitaria: público/privado
La organización de la atención de
salud bajo una única modalidad de dispositivo asistencial, sometido directamente al poder
del Estado y gestionado por autoridades y organismos que representan a dicho poder y
en mayor o menor grado- a la población objeto de la asistencia, es lo que
denominamos servicio nacional de salud.
En este sistema sanitario no existe más que una modalidad de
ordenación de los servicios de salud, servicios que generalmente se estructuran dentro
del esquema de asistencia integrada una total planificación estatal,
tanto en el aspecto de la distribución geográfica del dispositivo asistencial como en la
definición de las prestaciones y en las modalidades de actuación del personal
de salud, que quedan reguladas mediante detalladas reglamentaciones. La acción
gubernamental comprende la definición de los puestos de trabajo necesarios en el campo
sanitario y la creación de los centros de salud y sus niveles de equipamiento, y tiene
como objetivo la extensión de las prestaciones a toda la población. Los
países socialistas adoptaron este esquema con carácter general para sus
dispositivos de salud, pero también algunos de los no socialistas han
estructurado esquemas hasta cierto punto similares. Entre los primeros podría citarse a
la ex Unión Soviética, y Cuba, y entre los segundos, a Nueva Zelanda (1939), Gran
Bretaña (1948) y Chile (1952).
La experiencia del Reino Unido es
particularmente interesante. Su actual sistema sanitario de salud tuvo un éxito
inmediato, hasta el punto de ser señalado como uno de los sistemas sanitarios prototipo
para una solución correcta de los problemas de salud de las poblaciones. La red
hospitalaria del Reino Unido es una de las más complejas que se han establecido en los
países desarrollados y su dispositivo de salud era, ya desde el siglo pasado, uno de los de mayor capacidad
técnica. Sin embargo, tras varias décadas de funcionamiento este sistema no ha podido
resolver los problemas que afectan a otros planteamientos asistenciales, como son el constante incremento del costo de la salud, la demanda masiva de asistencia que supera las
posibilidades del sistema y los defectos inherentes a la burocratización
del dispositivo estatalizado. Las medidas de racionalización económica,
con la correspondiente limitación de los recursos empleados, han obligado al
establecimiento de diversas prioridades en los distintos niveles de atención, y gran
parte de las previsiones de construcción de centros sanitarios se han dilatado en el
tiempo o no han llegado a realizarse. Aunque la tendencia a la supresión de la asistencia
privada a los pacientes ha quedado modificada y ahora se autoriza, en determinadas
condiciones, la construcción de hospitales privados, la masificación
asistencial ha llegado a ser, con todo, muy notable, hasta el punto de que alguna
exploración o intervención quirúrgica ha llegado, en ocasiones, a demorarse hasta dos
años. Esta evolución de la asistencia ha permitido que, en los últimos años, parte de
la población se oriente hacia la atención médica ofertada por centros
sanitarios privados, habiéndose creado clínicas privadas estructuradas al
amparo de una ordenación legislativa que modifica las primitivas normas del Servicio
Nacional de Salud. Los seguros médicos libres han adquirido un desarrollo importante.