Mecanismos de daño celular: efectos citopáticos
Los síntomas de la enfermedad vírica reflejan, en muchos casos, los cambios patológicos sufridos por las propias células infectadas. Tales cambios, que con frecuencia terminan en la muerte de la célula, son de dos tipos: morfológicos, en los que la membrana y las estructuras internas de la célula se rompen de una manera visible, y bioquímicos, en los que se alteran los procesos sintéticos y otras actividades fisiológicas celulares.
La naturaleza precisa de las lesiones bioquímicas inducidas por productos víricos es desconocida en la mayoría de los casos. En las células fagocitarias, gran parte del daño parece ser el resultado de la rotura de lisosomas que descargan sus enzimas líticos dentro del citoplasma, de otro modo protegido, de la célula. En otros tipos de células, las proteínas inducidas por el virus parecen bloquear el metabolismo de la célula hospedadora en diversos puntos, conduciendo a la detención de la síntesis normal de macromoléculas y encaminando los precursores metabólicos hacia las rutas de síntesis vírica. En algunas infecciones víricas se acumulan en el núcleo o en el citoplasma grandes masas de viriones o de subunidades víricas; estos cuerpos de inclusión, como son denominados, pueden llegar a ser tan grandes que causan daños mecánicos en la célula.