Historia inicial

El comienzo del siglo V supuso un cambio radical para todas las ciudades de Grecia, tanto en el continente como en Asia Menor. Las ansias imperialistas de los persas unieron a todos los griegos en un único frente defensivo, con el objetivo común de preservar su independencia y su libertad. La Liga Helénica no duraría demasiado tiempo, pero sí el suficiente para alejar el peligro de un enemigo mucho más numeroso y más fuertemente armado. La inteligencia de los generales griegos, el valor de sus soldados, a veces rayano en la temeridad, hicieron que las luchas contra los persas adquirieran tintes épicos y entraran de lleno en la historia y la leyenda. Ciudades como Esparta y Atenas fueron sucesivamente aliadas y enemigas: Esparta justificaría plenamente su vocación militar; Atenas lograría la riqueza y la gloria que abrirían su Siglo de Oro. Los nombres de Pausanias, Milcíades, Temístocles o Leónidas resuenan próximos después de más de 2500 años, y el cine se ocupa de contarnos aún sus hazañas.

El final de la película 300, de Zack Snyder, nos resume ese sentimiento de unidad, ese deseo de libertad que en aquel tiempo unió a todos los griegos.

300: discurso final
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