La toma de decisiones y la intervención del sector público en la economía: Historia inicial
El verano estaba siendo largo y caluroso. Como consecuencia de ello se declararon numerosos incendios forestales por toda la península. La Comunidad Autónoma también se vio afectada, y en concreto la comarca del pueblo de Sandra sufrió uno de los peores incendios que se recuerdan.
La riqueza forestal quedó seriamente dañada. También las tierras de cultivo y las explotaciones agrícolas soportaron las consecuencias que, en algunos casos, implicaron la desaparición, al menos por un largo periodo, de las producciones.
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Imagen 1. Autor: Michelangelo-36. Creative commons ShareAlike 3.0 Licence. Imagen 2. Autor: Sorruno. Creative commons ShareAlike 2.0 Licence. |
A Sandra, de hecho, el incendio le afectó al antiguo campo de viñas que, como sabemos, entraba dentro de sus posibles planes empresariales.
Para apagar el incendio el Gobierno del Estado tuvo que intervenir enviando medios y dotaciones. En concreto se movilizó la Unidad Militar de Emergencias (UME) del Ministerio de Defensa y la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF-A) del Ministerio de Medio Ambiente. Varios helicópteros y aviones, procedentes de distintos lugares de España, estuvieron luchando contra el fuego.
El Gobierno de la Comunidad Autónoma también intervino, movilizando los recursos que tenía disponibles en esos momentos (Protección Civil, Bomberos, Guardabosque, etcétera) y participando directamente en la dirección de los trabajos de extinción.
Por supuesto, los vecinos del pueblo, entre ellos Sandra, colaboraron en todo lo que pudieron, siempre coordinados por el alcalde y los miembros de Protección Civil de la zona.
Unos días después llegó el momento del balance, de ayudar a las víctimas, de valorar daños, de rescatar y reparar lo posible. Pero también fue la ocasión de analizar causas y consecuencias que permitieran planificar un futuro con menos riesgo de que casos parecidos se repitieran.
Los ayuntamientos de la comarca se dirigieron a la Comunidad Autónoma para pedir la declaración de zona catastrófica. Esto supondría la concesión por parte del gobierno autónomo y central de subvenciones y ayudas, tanto a las familias afectadas como a las explotaciones, empresas y corporaciones locales.
En seguida en el pueblo comenzaron los comentarios y las opiniones sobre lo que se había hecho bien o mal en relación con la prevención y la lucha contra el fuego.
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Imagen 3. Autor: Ancalagon. Creative commons Attribution Sharealike 3.0 Licence. |
-Antes llevábamos el ganado al monte y quieras que no eso servía para limpiar de maleza el bosque -le decía a Sandra un pastor ya jubilado-, y la maleza en verano es como la yesca. Ahora, -continuaba el pastor- ya apenas quedan pastores y los ganaderos prefieren mantener los animales en los establos y las granjas.
Para subrayar su argumento se frotaba los dedos de una mano mientras decía:
-Menos aire libre, menos trabajo, más carne... más dinero.
Al hilo de esta conversación, Sandra reflexionaba sobre el proceso, a veces poco claro y evidente, por el que la búsqueda del beneficio de unos puede terminar siendo un perjuicio para muchos.
El origen del incendio había tenido lugar en el término municipal vecino. El fuego surgió cerca de unos terrenos que hacía poco habían sido recalificados y en los que ahora había una urbanización de chalés. El problema fue que hubo que emplear mucha mano de obra, recursos y sobre todo agua para evitar que el fuego afectara a las casas.
Aquella recalificación siempre tuvo su polémica y algunos vecinos de Sandra estaban indignados:
-¡Deberían pagar ellos todo lo que ha costado esto! -decía un vecino-. Luego vendrán con que si el Estado tiene o no tiene o que si da a unos o a otros.
Y Sandra le daba en parte la razón:
-Si no hubieran venido las brigadas, los aviones y los soldados aquí no quedaría nada.
El alcalde reunió a la corporación municipal y a un numeroso grupo de vecinos para informarles de las conversaciones que había mantenido con el Gobierno de la Comunidad:
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Imagen 4. Autor: Pantera. Creative commons Attribution Sharealike 3.0 Licence. |
-Nos van a conceder casi todo lo que hemos pedido, pero también nos piden que asumamos parte del coste. Esto quiere decir que podremos reconstruir y poner de nuevo en funcionamiento las explotaciones, pero que parte del esfuerzo será nuestro. En resumen, tendremos que pensar en "ajustar" los impuestos.
-Es decir -le interrumpió un vecino- en subirlos.
-O por lo menos en cobrar por todo y a todos los que tenemos derecho a cobrar, -esta última frase la remató el alcalde con un "¿me explico?" que dejó callados a todos los presentes-.
Sandra preguntó si la alcaldía o la Comunidad tenían la posibilidad de pedir prestado a alguna entidad financiera mediante la emisión de algún tipo de deuda pública.
-Sé que la Diputación y la Comunidad Autónoma lo pueden hacer -le contestó el alcalde- y de hecho lo hacen. Me temo que nosotros somos una entidad demasiado pequeña.
-El problema de pedir prestado -intervino el director de la Caja, es que luego hay que devolver el dinero con intereses-. Si el Estado necesita endeudarse puede hacerlo porque ofrece inmejorables garantías, pero este pueblo.... Y ahí dejó la frase colgando, aun a sabiendas de que más de uno lo tomaría como ofensa.
Meditando sobre todos estos acontecimientos, Sandra se daba cuenta de que estaba aprendiendo sobre el papel del Estado en la Economía y sobre sus políticas más que si lo hubiera estudiado en un libro.