1.1. ¿Por qué y para qué aprovechar el Patrimoino?

Parte de la cordobesa Casa del Bailío es hoy explotada económicamente como hotel.
Imagen de Grahan Stanley en Wikipedia. Lic. CC.

Desde que empezamos con esta asignatura, hemos estado comprobando lo importante que es que conservemos nuestro patrimonio cultural. De este modo, no creemos necesario a estas alturas andar explicando las razones por las que no debemos dejar que desaparezcan los bienes patrimoniales más significativos de nuestra cultura, nuestra historia y nuestro arte. 

No obstante, llegados a este punto, sí que podría resultar conveniente hablar un poco acerca de las ventajas que proporciona a la comunidad el que sepamos aprovechar adecuadamente el riquísimo patrimonio con el que contamos en nuestra comunidad. El patrimonio no es solo algo que haya que conservarse. Si sabemos utilizarlo, puede brindarnos una gran cantidad de beneficios. Así, podríamos resumir esta serie de ventajas en tres tipos:

  • Didácticas y educativas. Parece claro que el conocimiento sobre el Patrimonio ayuda bastante a aprender y comprender la historia y cultura de nuestra tierra. ¿Qué mejor forma de conocer cómo se vivía en época romana que visitar Itálica?. Si lo estamos viendo, lo comprendemos mucho mejor. El hecho de que en un territorio se conserven bienes patrimoniales de las diferentes etapas históricas por las que ha pasado esa comunidad es tremendamente útil a la hora de asimilar los orígenes y las etapas por las que ha pasado. El aprovechamiento del patrimonio es básico, por tanto, para despertar la curiosidad por el pasado. En este sentido, es muy importante facilitar el acceso al patrimonio a la población: flexibilidad de horarios, precios reducidos...
  • Socioculturales. En cierto modo, todos nos reconocemos con lugares, fiestas o músicas que tuvieron su origen en una época diferente a la que nos tocó vivir. Sabemos que forman parte de la esencia de lo que somos hoy día. El patrimonio, si se sabe aprovechar, ayuda a potenciar el sentimiento de identidad y a adquirir consciencia de nuestras raíces e identidad cultural. El patrimonio no solo es pasado, al transmitirse relaciona a las diferentes generaciones. De él podemos aprender y mejorar. 
  • Económicas. El patrimonio cultural posee un potencial económico que debe ser atendido.  Siempre partiendo de los presupuestos de la viabilidad y la sostenibilidad, hay que perseguir la rentabilidad económica. Si os pregunto las ventajas económicas que puede deparar un buen aprovechamiento del patrimonio cultural seguro que lo primero que os viene a la cabeza es un montón de turistas llegando a Andalucía para visitar nuestros monumentos y nuestras fiestas. Realmente esto es así y, como veremos en el siguiente punto, el turismo cultural supone una gran cantidad de ingresos a nuestra comunidad. Pero no solo a esto nos referimos. Siendo fríos, el Patrimonio, sobre todo el material, tiene un valor y unos costes. Un buen aprovechamiento en su uso permite ahorrar mucho dinero, ya sea evitando futuros costosos gastos en rehabilitaciones y nuevas construcciones, o simplemente creando puestos de empleo. 
Antiguo Matadero Municipal de Sevilla.
Imagen tomada de la web del IAPH. Lic.CC.
Fábrica de Azúcar del Tarajal en Málaga.
Imagen de Tyk en wikipedia. Lic. CC.

Tienes arriba tienes dos imágenes. Corresponden a dos complejos arquitectónicos construidos aproximadamente en la misma fecha. Ambos forman parte del patrimonio cultural andaluz. Sin embargo, el primero está bien conservado y el segundo en un estado ruinoso. ¿Cuál es la razón de esto? Pues fundamentalmente porque el primero se usa (como colegio, instituto y conservatorio de música) y el segundo lleva abandonado un montón de años.  Si repasamos la lista de bienes inmuebles de nuestra comunidad que están considerados como patrimoniales, vemos que muchos de ellos hoy en día se usan con una función muy diferente a la que tenían cuando fueron creados. La sede del Parlamento andaluz fue levantada como hospital, la Antigua Fábrica de Tabacos de Sevilla hoy es una universidad, la Aduana de Málaga es ahora un museo y así miles de casos, muchos de los cuales hemos ido viendo a lo largo de la materia. 

El antiguo monasterio de Santa María de las Cuevas de Sevilla hoy es la sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.
Imagn de CarlosVdeHabsburgo en Wikipedia. Lic. CC.

La palabra clave para hablar del aprovechamiento del patrimonio es, sin duda, el uso. Usar el patrimonio es la forma principal de protegerlo. Para entender esto basta con observar la cantidad de iglesias de época medieval y moderna que se conservan en nuestra tierra. La razón principal de esto es porque no han dejado de utilizarse nunca desde su construcción. Los bienes que seguimos usando perviven sin problemas. Esto es aplicable a cualquier tipo de patrimonio, sea material o inmaterial: edificios, fiestas, géneros musicales, actividades económicas... todos se conservan más fácilmente si se usan. En cambio, si se abandonan  o dejan de utilizarse suelen acabar desapareciendo o necesitando una complicada rehabilitación. 

Teniendo en cuenta esto, hay que esforzarse para todo bien patrimonial tenga su su uso. Los monumentos, sitios históricos, grandes yacimientos arqueológicos, así como las grandes piezas artísticas lo tienen fácil. Suponen un gran reclamo para la población y es fácil encontrarle una rentabilidad económica y una función como atracción turística, bien por sí mismos o en museos. Otros edificios, a lo mejor no tan atractivos para el turista, encuentran su utilidad en otros fines, tales como sedes administrativas, centros educativos, hoteles, etc. No obstante, también hay una serie de bienes patrimoniales a los que resulta bastante complicado encontrarles un uso con el que sacarle provecho.

Dentro del patrimonio material, es entristecedor el estado en que se hayan muchos bienes pertenecientes al patrimonio industrial de Andalucía. Son este tipo de lugares unas construcciones que lo tienen casi todo en contra para seguir en pie. Por lo común, y pese a que últimamente esta visión está cambiando, tradicionalmente han estado consideradas como poco atractivas estéticamente. Además, tampoco gozan de una antigüedad lo suficientemente amplia para que la población las considere como edificios históricos y, por la funcionalidad tan específica con la que fueron construidos, también tienen difícil su reciclaje hacia otra utilidad. Ya por último, habría que añadir el factor de que el crecimiento de los espacios urbanos ha revalorizado enormemente el suelo donde se levantaban, haciéndolo muy apetecible para los especuladores inmobiliarios, quienes a toda costa desean hacer fortuna demoliendo y construyendo sobre ellos.

También es bastante delicada la situación de muchos bienes del patrimonio inmaterial. Esto ya lo vimos en la unidad que trataba este tipo de patrimonio. La evolución de las necesidades de la gente, la renovación tecnológica y la globalización cultural ha hecho que muchas de nuestras tradiciones orales, fiestas, músicas o actividades económicas hayan ido sustituyéndose por otras más modernas, y que muchas de nuestras costumbres hayan desaparecido o estén a punto de hacerlo. Lo único que al respecto que podemos hacer es esforzarnos por potenciar las que quedan e intentar recuperar las perdidas. Está claro que no debemos preocuparnos mucho por la Feria de Sevilla o el Carnaval de Cádiz pero sí hay otras muchas fiestas locales que solo se mantienen por el esfuerzo de pequeños ayuntamientos y de algunos reducidos grupos de habitantes. Las técnicas tradicionales agrícolas o artesanas tienen además el hándicap de que son bastantes menos productivas que las que las están sustituyendo, por lo que en algunos casos es una auténtica heroicidad que sigan utilizándose. Lo mismo ocurre con los productos culturales. Con los gustos de la población de hoy en día, la mayoría impuestos por las multinacionales, resulta muy difícil que la población se interese por los bailes, modos de expresión o músicas tradicionales. Hay que luchar entre todos por conservarlos. No podemos dejar que este patrimonio se pierdan, aunque no es nada fácil encontrar soluciones que realmente funcionen, más allá de seguir celebrando fiestas, ritos, festivales y demás acontecimientos que los reivindiquen.  

El antiguo Puente de Hierro de Sevilla lleva más de una década abandonado en un descampado y siendo víctima de expolio.
Imagen de Grez en Wikipedia. Lic. CC.

Para saber más

Pabellón de Hungría.
Imagen de Daniel Villafruela en Wikipedia. Lic. CC.
El patrimonio de la Expo 92.
En el año 2017 se cumple el 25 aniversario de la celebración en Sevilla de la Exposición Universal de 1992 (Expo 92). El evento, que conmemoraba el quinto centenario del descubrimiento de América, se desarrolló durante seis meses de ese año dentro de la Isla de la Cartuja y supuso para toda la ciudad un auténtico revulsivo en lo económico y en lo social, con una serie de inversiones que le proporcionaron importantes infraestructuras y una auténtica revolución arquitectónica. Toda la Cartuja pasó a convertirse durante la muestra en una especie de isla del futuro en la que los 112 países y 23 organismos internacionales que participaron intentaron dar lo mejor de sí mismos a través de pabellones, construcciones y estructuras de lo más vanguardista.
Hoy, tantos años después, la isla ya no luce como entonces. Estaba previsto que, tras la finalización de la exposición, el recinto se convirtiera en un gran parque científico y tecnológico y que absorbiera parte del ocio y la vida cultural de la ciudad a través de teatros, discotecas, museos o parques temáticos pero, a decir verdad, los objetivos no se han cumplido por completo y, por desgracia, existen zonas gravemente deterioradas y en auténtico estado de abandono a lo largo de todo el terreno.
Es una prueba más de lo que se deja de usar se pierde. Para la Expo se levantaron más de 100 pabellones, de los que mayoría serían desmantelados una vez terminara la cita. En el plan inicial solo estaba previsto que sobreviviesen 12, aunque finalmente se han conservado 32. De estos, seis ya han sido inscritos en el  Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. Estos son:
  • Pabellón de Hungría. Obra del arquitecto Imre Makovecz, fue concebido inicialmente como pabellón efímero. Lamentablemente, lleva varios años sin ser usado y en los últimos tiempos ha sufrido actos vandálicos.
  • Pabellón de España. Hoy forma parte del parque de atracciones Isla Mágica
  • Pabellón de Andalucía. Fue encargado al arquitecto Juan Ruesga Navarro. Actualmente alberga las emisoras de radio de la RTVA.
  • Pabellón de la Navegación. Está diseñado por Vázquez Consuegra. Su propietario es EPGASA, una entidad pública dependiente de la consejería de Hacienda y Administración Pública, y se ha convertido en el epicentro de la celebración del 25 aniversario de la Expo.
  • Pabellón de Finlandia. También concebido como pabellón efímero pero tras la exposición pasó a ser la sede de la Fundación para la Investigación y Difusión de la Arquitectura, Sevilla (FIDAS).
  • Pabellón de Francia. Es un buen ejemplo de la denominada como de Alta Tecnología. Desde el 92 ha tenido varios usos, como Centro de Innovación de Moda y el Diseño, Fundación Vitorio & Lucchino,o sede de una empresa aeroespacial.

Todos estos pabellones ya forman parte del patrimonio cultural andaluz. Sin embargo, no son las únicas construcciones relacionadas con la Exposición del 92 que lo hacen. Si queréis saber algo más del tema, pinchad en este enlace que os llevará directamente a una selección temática de la web del IAPH que está dedicada al patrimonio de la exposición.

Pabellón de España.
Imagen de Canaan en Wikipedia. Lic. CC.
El pabellón de Francia.
Imagen de Daniel Villafruela en Wikimedia. Lic. CC.

Reflexiona

Este es un vídeo alojado en Youtube donde se habla de las dificultades de conservación que tiene el patrimonio industrial. Obsévalo atentamente y responde a las siguientes cuestiones:

  1. ¿En qué año tiene su origen el Plan Nacional de Patrimonio Industrial?
  2. ¿Por qué este tipo de patrimonio tiene un difícil reconocimiento?
  3. ¿A qué se ha dedicado el plan en sus primeros años de vigencia?
  4. Pon algún ejemplo de intervencioón que se hayan realizado bajo este plan.

Importante

Si sabemos utilizarlo, el patrimonio puede brindarnos una gran cantidad de beneficios:

  • Didácticos y educativos. El conocimiento sobre el Patrimonio ayuda a aprender y comprender la historia y cultura de nuestra tierra. El hecho de que en un territorio se conserven bienes patrimoniales de las diferentes etapas históricas por las que ha pasado esa comunidad es tremendamente útil a la hora de asimilar los orígenes y las etapas por las que ha pasado. Es muy importante, por ello, facilitar el acceso al patrimonio a la población: flexibilidad de horarios, precios reducidos...
  • Socioculturales. Todos nos reconocemos con lugares, fiestas o músicas que nacieron en una época diferente a la actual. Sabemos que forman parte de la esencia de lo que somos hoy día. El patrimonio ayuda a potenciar el sentimiento de identidad y a adquirir consciencia de nuestras raíces e identidad cultural. El patrimonio no solo es pasado, al transmitirse relaciona a las diferentes generaciones. De él podemos aprender y mejorar. 
  • Económicas. El patrimonio cultural posee un potencial económico que debe ser atendido.  El turismo cultural supone una gran cantidad de ingresos a nuestra comunidad pero cuenta también con otras ventajas económicas. Un buen aprovechamiento en su uso permite ahorrar mucho dinero, ya sea evitando futuros costosos gastos en rehabilitaciones y nuevas construcciones, o simplemente creando puestos de empleo. 

Usar el patrimonio es la forma principal de protegerlo. Los bienes que seguimos usando perviven sin problemas. Esto es aplicable a cualquier tipo de bienes, sea material o inmaterial: edificios, fiestas, géneros musicales, actividades económicas... todos se conservan más fácilmente si se usan. En cambio, si se abandonan  o dejan de utilizarse suelen acabar desapareciendo o necesitando una complicada rehabilitación. En este sentido, es entristecedor el estado en que se hayan muchos bienes del patrimonio industrial  y del patrimonio inmaterial de Andalucía