1.1. Las características
Lógicamente, la época y sus innovaciones nos ayuda a comprender en buena medida el funcionalismo, pues sin los nuevos materiales, que irrumpieron en la arquitectura del siglo XIX (metal, cristal y, además en el siglo XX, el hormigón armado) no podrían haberse llevado a la práctica las ideas de los arquitectos que agrupamos en el nombre de «funcionalistas». De hecho, las cubiertas—ahora más ligeras y con apoyos cada vez menores—no serían pensables sin estos nuevos materiales, como tampoco el ascenso vertical (rascacielos) podría ser llevado a término sin ellos.
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Materiales de una vivienda. Imagen de Marcelahernandezmoreira en Wikipedia. Licencia, Creative Commons |
Las ideas que convenimos en llamar funcionalismo tienden a la simplicidad de las formas, porque parecen adaptarse mejor a la función. Así, las líneas rectas, los ángulos que formen éstas y las superficies simples (lisas) adquirirán protagonismo. Con el tiempo, cuando las nuevas mediaciones técnicas invadan el trabajo arquitectónico, algunos arquitectos se darán cuenta de que estas ideas son cartesianas: ideas claras y distintas, que se expresan mediante el lenguaje matemático y binario (ordenadores).
Como corolario de esta apuesta por la simplicidad tenemos una vuelta a las formas elementales de la geometría: cubo, esfera…, que se combinan en virtud de la función que se pretenda en las edificaciones. Evidentemente, la eliminación de todo lo que sea ornamento se deduce de las dos características anteriores de manera que menos es más. Esto hará que el edificio «se invierta»: el núcleo central—lo que se puede llamar estructura—será cada vez más importantes y los demás elementos (desde las paredes hasta los ascensores) quedarán de alguna manera colgados de esa estructura; de este modo, podría decirse que ahora se empieza la casa por el tejado.
Sin embargo, el funcionalismo es algo más, pues no sería pensable sin tener en cuenta no sólo la creciente industrialización de las sociedades occidentales, sino también el protagonismo que fue adquiriendo la clase obrera: debían hacerse edificios pensando primero en las necesidades de quienes los debían habitar. Esto llevó, al menos parcialmente, a abaratar los costes de la construcción (fabricación en serie; por ejemplo, de las paredes y ventanas) y a la supresión de los elementos decorativos, propios de un arte «burgués» (el modernismo, el art decó). Esto se expresa adecuadamente en la muy citada frase de Le Corbusier: «La casa es una máquina de habitar» haciendo referencia al principio del abaratamiento de la construcción y a su producción industrial.

Importante
- El funcionalismo aparece gracias a la utilización de los nuevos materiales: metal, cristal, hormigón...
- Se caracteriza por una simplicidad de las formas e ideas claras y distintas.
- Se vuelve a las formas elementales: cubo, esfera, línea recta...
- Es importante también la aparición de la clase obrera, se hacen edificios pensando en esta.

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