2. 1975-1985. Transición

Desde 1975, el éxodo rural comenzó a perder importancia. Las causas hay que buscarlas en:

-La demanda de mano de obra de las nuevas actividades económicas ya estaba satisfecha.
-El mundo rural disponía ya de un limitado excedente de mano de obra, dado que ya había sufrido cuantiosas pérdidas y dado su progresivo envejecimiento.
-El comienzo de una etapa de crisis económica (comienza en 1973-75) que supuso un freno en la demanda de mano de obra y un fuerte crecimiento del paro, que desalentó las migraciones, cuando no favoreció algunos retornos.
-Para hacer frente a la crisis económica fueron necesarios cambios estructurales que supusieron lo que hoy llamamos la “tercera” revolución industrial, que supusieron:

-La introducción de nuevas tecnologías en la producción (fundamentalmente las relacionadas con la informática, la robótica, la microelectrónica, el láser, los nuevos materiales, las telecomunicaciones, etc.), que hicieron necesaria menos mano de obra.
-El desarrollo de unas nuevas formas de organizar la producción, que retienen en los países desarrollados las actividades de investigación, comercialización, organización, administración y de producción de las ramas que requieren alta tecnología y una mano de obra muy cualificada, pero que localizan en otras zonas (deslocalizan) las actividades que requieren más mano de obra con una baja formación.
-Las actividades agrarias continuaron instaladas en su falta de competitividad, ahora multiplicada conforme se implantaba el proceso de globalización.

Las consecuencias de estos cambios estructurales en los movimientos migratorios darán lugar a una nueva etapa en los mismos a partir de la segunda mitad de los años ochenta. De 1975 a 1985, tenemos una fase de estancamiento:

-El éxodo rural continuó pero reduciendo drásticamente sus cifras.
-La salida de población y localizaciones productivas desde la ciudad hacia localidades próximas y bien comunicadas se acentuó progresivamente, dando lugar a la formación de densas áreas metropolitanas en Madrid, Barcelona y Bilbao, y a incipientes áreas en las otras grandes ciudades.
-Paralelamente comenzó una tibia búsqueda de nuevas localizaciones en el interior peninsular para algunas actividades económicas que antes se daban en las grandes urbes desarrolladas, que una mano de obra más barata y dócil. En ocasiones, fueron empresas locales las que se establecieron para aprovechar esas ventajas.
-El antiguo y potente eje cantábrico entró en una profunda crisis, que se prolongó hasta la segunda mitad de los noventa, y que supuso la aparición de tasas de crecimiento real negativas.

El mundo rural de interior sigue perdiendo población pero a un ritmo mucho menor, mientras que las grandes ciudades se estabilizan o pierden ligeramente, y las localidades rurales de la periferia de esas grandes ciudades comienzan a aumentar su población de forma progresiva, a la par que les llegan las actividades urbanas desde esas urbes.
Imagen 6. Tabla de elaboración propia

Analiza la tabla de datos:

  • Observa que se representa el Saldo Migratorio y la Tasa de Crecimiento Real
  • Señala que zonas tuvieron saldo migratorio negativo y como evolucionó entre 1975-79 y 1980-85
  • ¿Cómo evolucionó la TCR en el interior español?
  • ¿Qué cambios observas con respecto al período 1960-70?