1.4. Estadios de evolución de los patrones motrices básicos
Inicialmente, autores como Mc Clenaghan y Gallahue (1985) o Wickstrom (1990), y posteriormente otros como Ruiz Pérez (1994) o Rigal (2006), han señalado que estos patrones fundamentales de movimiento pasan por tres fases o estadios de desarrollo: fase inicial, fase elemental y fase madura, a medida que la conducta motriz va progresando hacia niveles más elevados de complejidad y eficiencia.
- Inicial: en este primer estadio se puede observar una motricidad globalizada, con dificultades a la hora de ejecutar los movimientos de manera coordinada y con sincinesias o tensiones involuntarias de todo el cuerpo o de uno o más segmentos durante la ejecución de la habilidad.
- Elemental: en este segundo estadio el niño consigue mayor control en la ejecución motriz que en la etapa anterior, pero se mantienen en ocasiones las sincinesias, lo que supone lo que resta economía a la ejecución y la consistencia en el logro del objetivo motor se ve dificultada.
- Maduro: en este último estadio las acciones ya son coordinadas y existe un control corporal. La ejecución se acerca al modelo de movimiento esperado y presenta características cualitativas de precisión, dominio, fluidez y seguridad.

Figura 5. Estadios de evolución de los patrones motores básicos.
Imagen de elaboración propia
Respecto a las edades de cada estadio o etapa en cada uno de los patrones de movimiento señalados, no están exactamente definidas, pero sí existen algunas orientaciones acerca de cómo se van desarrollando estos procesos. Así, entre los 3 y 4 años estos los patrones suelen estar en sus estadios elementales de desarrollo, mientras que en torno a los 7 u 8 años, los patrones suelen ejecutarse según el estadio maduro (Ruíz Pérez, 1994).
En la siguiente tabla se describen las principales características de la evolución de algunos de los patrones motrices básicos señalados previamente.
Tabla I. Evolución de patrones motores básicos.
CARRERA |
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Pasos rígidos y desparejos con base de sustentación aumentada para mantener equilibrio. Planta del pie apoya en su totalidad. Extensión de la pierna de apoyo incompleta y no hay pérdida de contacto con el suelo. Los brazos rígidos con poca flexión del codo. |
Aumento en la longitud de zancada y carrera más veloz. La pierna de apoyo se extiende y hay pequeña fase aérea. Los brazos se balancean desde los codos en oposición a las piernas. |
Pierna de apoyo se extiende completamente y pequeña flexión al entrar en contacto con el suelo para amortiguar. Menor tiempo de apoyo y más fase aérea. Balanceo correcto de brazos flexionados en el codo aprox. 90º |
SALTOS |
Menores de 2 años: al comienzo del salto, dejan uno de los dos pies en contacto con el suelo. |
2 años: se impulsan con los dos pies, de manera rígida, retracción de brazos hacia atrás abriéndolos lateralmente para mantener equilibrio. |
Entre 3 y 4 años: mejora notablemente la habilidad del salto, pudiendo llegar a saltar un niño de 4 años 20-25 cm de largo. |
5 años: 90 cm. Ya tiene equilibrio, resistencia y fuerza para mejorar el salto vertical y horizontal, así como de ser capaz de combinarlo con otras habilidades. |
6-7 años: se gana coordinación en el salto por un mejor uso de los brazos en la ejecución. |
Entre 6 y 11 años: en esta edad se evidencian las mejoras más significativas. |
GIROS |
0-2 años: rodamientos básicos por cambios posturales. Carácter funcional. Por ejemplo, sobre el eje vertical. |
3-6 años: volteos sencillos sobre el eje vertical y transversal. No domina adecuadamente los giros en suspensión. |
7-9 años: aumenta variedad y complejidad de giros, siendo los ajustes posturales en las caídas y final de los volteos más eficientes. Giros sobre el eje antero-posterior. |
LANZAMIENTOS |
2-3 años: consiste prácticamente en mover el brazo en el plano antero-posterior. Balanceo del brazo hacia delante y hacia abajo, sin cambio de posición de los pies. El tronco no gira hasta que no se suelta el objeto. |
3-5 años: en la fase previa al lanzamiento hay rotación del tronco en bloque. Los pies siguen sin moverse del suelo. |
5-6 años: adelantamiento de la pierna correspondiente al brazo ejecutor para dar más fuerza al lanzamiento acompañando al lanzamiento. |
RECEPCIONES |
Al final del primer año es capaz de coger un objeto parado. Sentado en el suelo con las piernas abiertas, es capaz de parar una pelota que le llegue rodando. Al principio con las piernas y después con las manos. |
2 años: espera que la pelota le golpee en el pecho antes de intentar cogerla. |
3 años: capaz de coger un objeto lanzado al aire y sometido a ley de la gravedad. |
4 años: aparecen las primeras reacciones de miedo en la recepción (desviar la mirada, girar la cabeza…) |
5 años: el 56% de los niños tienen un patrón de recepcionar bastante bueno. |
6 años: patrón bastante maduro con una correcta posición del cuerpo de cara al móvil, percepción visual del objeto y absorción de la fuerza por parte de brazos y manos. |
No obstante, como señalan Ruiz Pérez y otros (2001), este desarrollo dependerá mucho del crecimiento y maduración de cada sujeto, de la estimulación y de las oportunidades de práctica del individuo.