1.2. Crecimiento, maduración y desarrollo

Crecimiento

Crecimiento.
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Se hace necesario diferenciar estos tres términos, pues en numerosas ocasiones se consideran sinónimos o se confunde su significado, teniendo por el contrario cada uno significación propia.

El crecimiento se entiende como el aumento progresivo del tamaño del cuerpo, de un organismo y sus partes (Ruiz, 2004: 24). Hace referencia concreta a los cambios que pueden observarse en el cuerpo humano en carácter de cantidad (tamaño de las extremidades, el cuerpo, etc.). Según Granda y Alemany  (2002), el crecimiento está ligado a factores de herencia, pero también está influido por factores ambientales. Y se rige por tres leyes concretas:

  1. Ley de la progresión y el amortiguamiento: se crece más cuando se es más joven, amortiguándose y disminuyendo dicho crecimiento con la edad.
  2. Ley de la disociación: las partes de cuerpo no crecen de manera conjunta ni en las mismas proporciones, sino a distintas velocidades (por ejemplo, en la adolescencia las piernas suelen crecer más rápido que el torso). No obstante, sí se mantiene cierta proporcionalidad en los lados hemilaterales (por ejemplo, brazos).
  3. Ley de la alternancia: se alternan periodos de crecimiento más rápidos con periodos más lentos.

El concepto de maduración supone hacer funcionales las estructuras de los sujetos que en un principio solo existían a nivel potencial (Le Boulch, 1984). Para Granda y Alemany (2002: 21) la maduración supone “un proceso fisiológicamente determinado, por el cual un órgano o conjunto de órganos alcanza su función y la ejerce libremente con el máximo de eficacia”.  La maduración hace referencia a aspectos más cualitativos y menos constatables a simple vista que el crecimiento. Así, una vez que el sujeto alcanza un nivel de madurez suficiente se pondrán en marcha estructuras que le permitirán desarrollar nuevas acciones. Por ejemplo, un bebé de 3 meses es capaz de sostener un sonajero, pero tendremos que esperar en torno a los 5 o 6 meses para que sea capaz de soltar también el sonajero con la misma facilidad.

La maduración se produce en base a dos grandes leyes, la ley céfalo-caudal y la próximo-distal. La primera establece que el niño controla antes la musculatura más cercana a la cabeza y dicho control se extiende hasta las extremidades inferiores. La segunda señala un mayor control en la zona más cerca del tronco que se irá adquiriendo posteriormente en dirección a las extremidades (Le Boulch, 1982; Granda y Alemany, 2002). Igualmente, la maduración se produce antes en los flexores que en los extensores (Ley del desarrollo de flexores-extensores; por ejemplo, un niño adquiere con más facilidad la capacidad de agarrar que la de soltar). Además, se controlarán antes los grupos musculares más grandes, por lo que se controlarán antes los movimientos más generales y amplios que los más precisos y específicos (Ley de lo general a lo específico).

Leyes del desarrollo

Figura 1. Leyes del desarrollo.
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El término desarrollo hace referencia a los diferentes cambios que las personas sufren durante su vida. Se trata de un concepto global, que implicaría también la maduración del organismo y el crecimiento del cuerpo, así como la influencia de otros factores externos a los sujetos propios del ambiente (Ruiz, 2004).

El ambiente es el conjunto de influencias propias del entorno que puede recibir el sujeto desde que nace hasta que muere. Podemos diferenciar distintos tipos de ambientes: físico, cultural y psicológico. A nivel físico, puede influir por ejemplo la alimentación, el clima, la geografía, etc. A nivel cultural, por ejemplo, la organización social, los medios de comunicación, el sistema de valores... Y a nivel psicológico, por ejemplo la educación y el aprendizaje (Granda y Alemany, 2002).

El desarrollo como referencia a la globalidad del sujeto

Figura 2. El desarrollo como referencia a la globalidad del sujeto.
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Debemos considerar que las personas se desarrollan a diferentes ritmos, y aunque se produce de manera más o menos ordenada, es un proceso gradual y diferenciado (Granda y Alemany, 2002).

Para saber más

Si te interesa conocer más acerca de cómo la cultura y otros factores del ambiente influyen sobre el desarrollo, puedes visualizar el documental Bebés (Balmes, 2010) en el siguiente enlace: visualizar documental bebés