4.2. Luz
La insolación directa y la temperatura suelen estar asociados, y muchas adaptaciones de seres vivos responden a ambos factores, pero hay que considerar que la luz es limitante como “nutriente”, ya que determina el crecimiento de los organismos autótrofos, que para su nutrición dependen de la fotosíntesis. Por tanto, las plantas y algas dependen de las horas diarias y cantidad de insolación más que los animales.
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Lianas, plantas trepadoras buscando la luz Imagen en Flickr de J.Abroad bajo CC |
Pez abisal presentando órgano luminiscente Imagen en Wikimedia Commons de Brauer bajo Dominio Público |
Planta epifita viviendo sobre otra para alcanzar la luz Imagen en Wikimedia Commons de Graichen bajo CC |
Medio acuático
En este medio la disponibilidad de luz puede hacer que se establezcan dos zonas bien diferenciadas. En la zona fótica o iluminada es donde se encuentra mayor biodiversidad, ya que los animales desarrollan su vida en torno al fitoplancton (organismos fotosintéticos). En la zona afótica, donde no hay productores fotosintéticos, se pueden encontrar extraños seres vivos con adaptaciones muy particulares, como emitir luminiscencia.
Medio terrestre
En el caso de los organismos autótrofos, la luz es un factor de vital importancia. Las plantas desarrollan todo tipo de estructuras y adaptaciones para poder captar la luz. Por ejemplo, aumentando la superficie de sus hojas y orientándolas en la dirección adecuada.
Sin embargo, algunos animales se han adaptado a vivir en la oscuridad como estrategia de supervivencia para pasar inadvertidos frente a sus depredadores.