1.2 - La política agraria y las reformas de los Gracos (133 - 121 a. C.)
Durante las guerras contra los Lusitanos y los Celtíberos en la Península Ibérica, se manifestó la ineficacia del ejército. El ejército romano estaba compuesto en su mayor parte por campesinos; en Roma el servicio militar duraba unos 10 años. De esta forma, durante los largos periodos de guerra, las tierras de los pequeños propietarios quedaban abandonadas, mientras éstos se iban a luchar. Esto provocó que los senadores compraran las tierras a los soldados que no podían cuidarlas; tras abandonar las tierras, se iban a buscar fortuna a la capital, engrosando las filas de la plebe. Tampoco allí podían encontrar trabajo porque les era muy difícil competir con una barata mano de obra esclava, que había aumentado enormemente con las conquistas. Por ello, los senadores se hacían cada vez más ricos: con las tierras compradas a los soldados y con las obtenidas en las conquistas. Al mismo tiempo, con las guerras surgió otra clase importante: los equites o caballeros. Por lo general, eran ciudadanos libres de origen plebeyo que se dedicaban al comercio; se enriquecieron durante las guerras y, poco a poco, empezaron a ocupar importantes puestos de poder en la República.
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Equites, soldados a caballo Imagen de Adsek en Wikimedia. Licencia CC |
Cicerón Miembro ilustre de la clase de los equites Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Esta situación provocó la formación de dos claros partidos políticos en Roma: por un lado los optimates, el partido de los senadores y de los terratenientes, por otro, el partido de los populares, representado por senadores y caballeros reformistas. Estos últimos para llegar al poder se apoyaron en la plebe.
En estos años, en concreto en el 133 a.n.e., Tiberio Sempronio Graco, de antigua familia romana, fue elegido Tribuno de la Plebe. Visto el progresivo abandono de las tierras por parte de los pequeños propietarios que caían en mano de los senadores, tomó la iniciativa de plantear una reforma agraria con esta idea fundamental: que a los ciudadanos más pobres se les repartieran las tierras pertenecientes al ager publicus (suelo público), las tierras que la República asumía bajo su control directo tras haber sometido un territorio nuevo.
La ley fue aprobada con problemas, ya que tenía la oposición de los senadores terratenientes que veían en ella una ley que iba en contra de sus intereses, pues hasta entonces se habían quedado con la mayor parte de ese ager publicus. Por otro lado, la situación política era complicada: los aliados itálicos estaban descontentos, la guerra en Hispania era particularmente complicada y la plebe prefería quedarse en Roma, viviendo de cualquier manera, a tener que ponerse a cultivar las tierras. El resultado fue que Tiberio Graco fue asesinado.
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Campesino con arado romano Imagen en Wikimedia. Dominio público |
Arado romano Imagen en Wikipedia. Dominio público |
Años más tarde Cayo Sempronio Graco, hermano de Tiberio, también fue elegido Tribuno de la Plebe y propuso otra ley agraria más ambiciosa que la de su hermano y otra frumentaria, que aseguraba la distribución de trigo con un precio estable para la plebe. También Cayo Graco acabó asesinado, pues los intereses en contra de los cuales luchaba eran muy grandes.
Los intentos de reforma de los Gracos fueron la demostración de que la República no podía seguir siendo administrada con los criterios y los planteamientos de tres siglos antes. En el siglo siguiente la situación, en lugar de solucionarse, se agravó, ocasionando revueltas ciudadanas, golpes de estado y guerras civiles.

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