Curiosidades

Curiosidad

Hasta finales del siglo XVIII, no se supo con certeza que el interior de la península, aunque bastante llano (La Mancha, la meseta del Duero, etc.), se encontraba situado, sin embargo, a una altura considerable y no, por el contrario, poco más elevado que el nivel del mar, como se pensaba hasta entonces. Tuvo que ser un joven geógrafo alemán llamado Alexander Von Humboldt, el que tras una serie de cálculos y de investigaciones, demostró que la meseta central se halla situada a una elevada altitud. Humboldt, que con el tiempo sería considerado uno de los mayores geógrafos de todos los tiempos, no permaneció mucho tiempo en la península, pues viajó a las islas Canarias, donde entre otros logros estimó (quizás con exceso) la enorme antigüedad del Drago milenario, el árbol más característico de las islas. Finalmente, Humboldt continuó su viaje a las regiones tropicales de América, después del cual escribiría una de las obras más importantes para el conocimiento científico de su tiempo a la que denominó ""Cosmos".".

Alexander Von Humboldt
Alexander Von Humboldt
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Anteriormente comentábamos que, debido a nuestra corta existencia temporal sobre el planeta, no nos resulta posible apreciar los cambios que se desarrollan a gran escala, pero muy lentamente, sobre la superficie de la Tierra. Sin embargo, los investigadores han hallado pruebas evidentes de estos grandes cataclismos.

Hace unos cinco millones y medio de años se produjo una de estas grandes modificaciones en la superficie terrestre. En aquella época, el estrecho de Gibraltar no existía tal y como lo conocemos actualmente. Por el contrario, Europa y África estaban unidos por una lengua de tierra, mientras que el mar Mediterráneo era una amplia depresión interior con unas características muy distintas de las actuales.

Sin embargo, por aquel tiempo, se produjo una gigantesca fractura en este lugar. El agua del Atlántico penetró en el Mediterráneo, y al estar este probablemente a una altitud más baja que el anterior, se rellenó con los aportes del Atlántico hasta que ambos quedaron unidos. En ese momento se configuró lo que hoy denominamos estrecho de Gibraltar.

El estrecho de Gibraltar
El estrecho de Gibraltar se formó hace más de cinco millones de años.
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El vulcanismo en España

En general, la presencia de los materiales de tipo volcánico no es muy habitual en España. Hay que hacer una excepción importante, como es la de las islas Canarias, pues la formación de las mismas se debe en gran medida a fenómenos de estas características.

En la España peninsular hay algunos lugares puntuales en los que es posible apreciar la presencia de fenómenos relacionados con el vulcanismo. Es lo que sucede en la localidad gerundense de Olot (zona volcánica de la Garrocha), en el manchego Campo de Calatrava o en la zona almeriense del cabo de Gata.

Salvo en el caso de las Islas Canarias, todos los demás fenómenos de vulcanismo que hay en España se consideran inactivos, aunque esta palabra no significa necesariamente que se trate de zonas volcánicas completamente extinguidas.

Playa de Mónsul, Cabo de Gata
Playa de Mónsul, Cabo de Gata (Almería)
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El paisaje kárstico

Aunque anteriormente hemos comentado que existen muchos tipos de paisajes, vamos a seleccionar uno de ellos para analizarlo en mayor profundidad. Se trata del modelado kárstico. Karst es el nombre que recibe una región de Eslovenia donde se dan estos fenómenos con mayor espectacularidad.

El paisaje kárstico es la consecuencia de la acción erosiva del agua de lluvia sobre la roca caliza, desgastándola y dando lugar, en función de sus diferentes características, a una serie de formas muy llamativas y en ocasiones de gran espectacularidad.

El karst es un paisaje relativamente frecuente en nuestro país. En ocasiones, y debido a lo caprichoso de sus formas, se convierte en un espacio de un gran atractivo turístico, como es el caso de la Ciudad Encantada de Cuenca, del Torcal de Antequera en Málaga, de la sierra de Montserrat en Barcelona, o de la Subbética en el sureste de Córdoba.

En él es posible apreciar formas muy propias como poljes, o llanos de fondo muy plano y paredes escarpadas, dolinas, o depresiones del terreno de forma circular, uvalas, o unión de varias dolinas, lapiaces o lenares, cuando la superficie de la roca ha sido erosionada creando surcos o estrías, hoces o barrancos muy estrechos, etc.

El karst ha servido tradicionalmente como lugar de refugio, dado que por la complejidad de sus formas permite con mayor facilidad el cobijo de quienes huyen por alguna razón. Fue el caso de los bandoleros en siglos pasados o del maquis en los años posteriores a nuestra Guerra Civil.

También es una especie de lugar mágico, en el que abundan las ermitas y acontecimientos relacionados con lo religioso y con lo místico. Sus extrañas formas, hacen que la imaginación vuele y que las personas que las contemplan establezcan curiosas comparaciones con objetos que son perfectamente reconocibles.

El karst es un paisaje interesantísimo digno de ser contemplado y visitado por quienes aman la naturaleza o les gusta conocer el medio en el que vivimos.

El Tormo Alto en la Ciudad Encantada, Cuenca
El Tormo Alto en la Ciudad Encantada (Cuenca), paisaje kárstico
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