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El mapa cambia.

A veces, los informativos nos muestran imágenes impactantes sobre terremotos, volcanes, maremotos o tsunamis, etc. Afortunadamente, casi todos los que son destructivos ocurren fuera del ámbito español, pero a veces la naturaleza también afecta a España.

Entre octubre y noviembre de 1971, el volcán Teneguía entró en erupción en la isla Canaria de La Palma. Este fenómeno pudo ser seguido por los científicos y por los medios de comunicación, como puedes ver en este reportaje.


La erupción del volcán Teneguía en las islas Canarias.

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El paisaje granítico y las rocas caballeras.

El granito, al igual que la roca caliza, al ser sometido a la acción erosiva de la lluvia y del hielo, termina por fracturarse dando lugar a unos paisajes caracterizados por unas formas muy curiosas. El granito es una roca de carácter cristalino que al erosionarse genera unos bloques o bolos que en ocasiones adoptan un modelado típico.

El caso más conocido de todos es el de las denominadas rocas caballeras, es decir, grandes bloques monolíticos que al fracturarse permanecen en el lugar en el que originalmente se encontraban pero de una forma un tanto sorprendente. Estas rocas aparentan tener una gran inestabilidad y da la sensación de que se encuentran cabalgando sobre la que las sostiene, de ahí que el nombre de "rocas caballeras" se haya generalizado para hacer referencia a ellas.

En la Pedriza del Manzanares, en la sierra de Madrid, se encuentran excelentes ejemplos de este fenómeno tal y como se muestra en la imagen.

Piedra caballera en la Paramera de Ávila
Piedra caballera en la Paramera de Ávila
Imagen de Xemenendura de Wikipedia. Licencia CC

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Los nombres de las cordilleras y sistemas montañosos

El origen de alguno de los nombres que utilizamos para denominar a los grandes conjuntos montañosos de España es, en ocasiones, muy curioso.

Así por ejemplo Sierra Morena debe su nombre al color oscuro de los materiales que la componen. La cordillera Cantábrica está en relación con los pueblos que habitaban este territorio a la llegada de los romanos, que fueron quienes le dieron esta denominación. El sistema Ibérico se llama así porque era el lugar donde buena parte de los pueblos ibéricos tenían su asentamiento. Los sistemas Béticos están relacionados con la depresión del río Guadalquivir, llamado Baetis, o simplemente Betis, por los romanos. Finalmente, los Pirineos tienen un nombre cuyo origen etimológico no está claro.

Por una parte parece que se derivan del nombre de una de las hijas de Atlas llamada Pirene, que según la mitología griega fue traída a este lugar por Hércules y al morir allí, fue enterrada por el héroe legendario bajo numerosas piedras que este mismo acumuló y que dieron lugar a la gran cadena montañosa.

Por otra parte, hay quien dice que su origen es vasco, pues en euskera hay una palabra similar que significa "Montes de la Luna". Otras teorías defienden que vienen de la palabra griega pyros, que significa fuego, pues según determinadas leyendas recogidas por Estrabón, fueron unos pastores quienes prendieron fuego a la vegetación existente para así poder roturar mejor la tierra y de este modo cultivar en ella.

Hércules
Según una antigua leyenda, Hércules fue el creador de los Pirineos al acumular numerosas piedras sobre el cuerpo de la princesa Pirene, que había fallecido en aquel lugar
Imagen de Tetraktys en Wikipedia. Licencia CC

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Los terremotos y su influencia sobre el relieve.

Quizás alguna vez te has preguntado por qué, mientras existen zonas que son completamente llanas, aparecen otras que poseen una elevada altitud y unos relieves de gran complejidad. Es obvio que aquellos sitios que no presentan grandes diferencias en el relieve corresponden a lugares que, por regla general, suelen ser tranquilos desde un punto de vista tectónico. En ellos, las fuerzas internas de la Tierra apenas si han actuado y el resultado de tal "tranquilidad" es el que contemplamos hoy día, un paisaje sin grandes alteraciones.

Sin embargo, existen zonas montañosas en las que el relieve presenta una gran variedad. Altas montañas coexisten con valles, grandes plegamientos con estructuras falladas... Esto es debido a que se encuentran situados en zonas donde las fuerzas tectónicas han ejercido una gran influencia.

A escala humana estos grandes cambios en el relieve son imposibles de observar. Se necesitan millones de años para modelar esas altas cimas y todas las cordilleras y sierras en las que se hallan.

Sin embargo, a pesar de que nuestra escala temporal en la vida de la Tierra es muy breve, de vez en cuando podemos comprobar cómo esta se mueve y cómo ese movimiento modela el relieve aunque sea, por fortuna para nosotros, a muy pequeña escala.

A estos movimientos les llamamos terremotos o seísmos. Hoy día, los movimientos sismicos pese a su intensidad, no son comparables con los que hubo en tiempos anteriores. No obstante, a veces es posible que tengan unos efectos destructores. Eso es lo que pasó con el que tuvo lugar en Alhama de Granada el día de Navidad de 1884 o en Lisboa en 1755. Si quieres conocer algo más sobre el terremoto de Alhama, visita este enlace que te proponemos. Para conocer más sobre el de Lisboa, accede a este otro.

Imagen del terremoto de Lisboa de 1755
Imagen del terremoto de Lisboa de 1755. Quizás le costó la vida a cerca de 100.000 personas, muchas de ellas en España
Imagen de Jan Kozak Collection en Wikipedia. Licencia CC