2.3. Un mundo de extremos. La sociedad hispánica en los siglos de oro

El mendigo

35. El mendigo. Murillo hacia 1645.

Imagen de Andrea

Grosmman, dominio público.

Infante Baltasar Carlos

34. El infante Baltasar Carlos, pintado

por Velázquez hacia 1640.

Imagen de Gothica, dominio

público.

Como en la mayor parte de la Europa de los siglos XVI y XVII, en los territorios de la Corona de España la sociedad estaba organizada de forma estamental. Ya debes saber lo que es una sociedad estamental, pero por si acaso te recuerdo que se basa en la existencia de categorías jurídicas en las que se encuadra a las personas, que por tanto tienen deberes y privilegios en función del grupo al que pertenecen.

En la sociedad estamental se distinguen dos grupos privilegiados: la nobleza y el clero. Sus miembros están exentos del pago de la mayor parte de los impuestos, tienen el monopolio de los principales puestos de la administración del Estado y del ejército y no pueden ser juzgados por los tribunales ordinarios, entre otros derechos y privilegios. El resto de la población, que soporta todas las cargas y obligaciones fiscales, se encuadra en un estamento que puede denominarse de distinta forma según los países: el pueblo llano, los comunes o el tercer estado, expresión de origen francés que tal vez es la más popular y conocida.

Una de las peculiaridades de la sociedad española de esta época es el gran número de personas que se encuadraban en los estamentos privilegiados, y que por ello adoptaban una mentalidad y comportamiento improductivos y orientados a la ostentación y el cuidado de las apariencias.

Fadrique Álvarez de Toledo

36. Fadrique Álvarez de Toledo,

duque de Alba. Tiziano.

Imagen de

Blacklake, dominio público.

"Los Privilegiados"
Dentro de la nobleza se distinguía un pequeño grupo constituido por las grandes familias que ostentaban los títulos nobiliarios más importantes: marqueses, duques y condes. Este grupo formaba clanes muy cerrados, que establecían alianzas mediante enlaces matrimoniales. Eran habituales las disputas e intrigas palaciegas entre bandos nobiliarios para controlar la voluntad de los monarcas y repartirse las rentas y cargos del reino. Este pequeño grupo era también el que controlaba la mayor parte de la tierra productiva, sobre todo en Castilla, bien por su propiedad directa (latifundios) o por gozar del señorío de amplios territorios cedidos por la monarquía y que eran hereditarios (mayorazgos). En esos señoríos los nobles eran los beneficiarios de los impuestos que pagaban sus habitantes y la máxima autoridad política y judicial.
Pero no todos los nobles eran grandes potentados con título nobiliario. Una rasgo peculiar de la sociedad española es el gran número de personas que gozaba de la consideración de noble pese a no disponer de rentas ni grandes medios económicos. Se trataba de la descendencia de los hijos segundones de las familias nobles, que no heredaban los títulos paternos ni un patrimonio excesivo, y debían ganarse la vida sirviendo a nobles más poderosos, a la monarquía o en el ejército. Son los hidalgos que por ser nobles rechazaban dedicarse al trabajo manual o a actividades comerciales ya que se consideraban propias de villanos o judeoconversos.

Pre-conocimiento

La endogamia (tendencia a casarse entre miembros de una misma familia o grupo), era muy habitual entre la alta nobleza hispana, al igual que entre la familia reinante. Esta estrategia se adoptaba para mantener el poder y la riqueza siempre en manos de la familia, o para establecer alianzas con otras grandes familias. Por esta práctica casi todas los miembros de la gran nobleza estaban emparentados, así que el poder y la riqueza circulaban entre un grupo muy reducido de personas. Esto también provocaba que con el paso del tiempo distintos títulos nobiliarios recayeran sobre un mismo heredero, que iba así aumentando su grandeza. Por citar un caso que tal vez te suene, la casa nobiliaria de Alba fue sumando títulos de esta forma. Por ejemplo, el título de Marqués del Carpio lo obtuvo el Duque de Alba a mediados del siglo XVII, al haberse casado con la única hija y heredera del Marqués del Carpio, por entonces uno de los nobles más poderosos de la Corte.
Al igual que la nobleza, el estamento eclesiástico encerraba realidades sociales muy diversas.
38. Fernando Niño de Guevara, Arzobispo de Sevilla en 1601 e Inquisidor General. Retrato de El Greco. Imagen de Eloquence, dominio públic

37. Fernando de Austria.

Pese

a la indumentaria de

caza, el hermano de

Felipe IV era Cardenal

de Toledo. Imagen

de Betacommand,

dominio público.

 

Los miembros de las grandes familias nobiliarias accedían directamente a las altas jerarquías de la Iglesia: obispos, cardenales o abades de monasterios importantes. Esos cargos iban acompañados de importantes rentas en dinero y propiedades, y además no eran incompatibles con el desempeño de tareas políticas al servicio de la monarquía.

 

Sin embargo el estamento eclesiástico era muy numeroso en España, y a él también pertenecía mucha gente de extracción humilde y que ocupaba puestos mal pagados alejados de todo tipo de lujo.

En cualquier caso, el hecho de ser clérigo convertía a todos estos individuos en personas privilegiadas y que, por ejemplo, no podían ser acusadas de ningún delito ante la justicia ordinaria, ya que sólo podían ser juzgados por tribunales eclesiásticos.

"¿Quién carga con todo?"
La inmensa mayoría de la población pertenecía al pueblo llano, sobre cuyas espaldas cargaban todos los impuestos de los que salían la mayor parte de las rentas de las que disfrutaba la nobleza y el clero, así como el dinero para mantener el costoso aparato estatal de la monarquía.
Niños

39. Niños comiendo uvas. Murillo.

Imagen de Eloquence,

dominio público

Vendedores de fruta

40. Vendedores de fruta. Murillo.

Imagen de Dodo,

dominio público.

Aunque existen diferencias y matices según los territorios de la corona, en general la mayor parte de la población vivía de la agricultura, de escasos rendimientos y sometida a cargas tributarias que, sólo con mucha suerte, dejaban lo suficiente para permitir una subsistencia digna. A lo largo de los siglos XVI y XVII el campesinado hispano, sobre todo el castellano, fue sufriendo un empobrecimiento progresivo, agravado por el aumento de los impuestos para compensar el descenso de la llegada del oro americano. Ante esta dura realidad, no es de extrañar que el trabajo se tuviera en poca estima y muchos miembros de las clases populares optaran por buscarse la vida en los márgenes de la ley: enrolándose en el ejército, vagabundeando, mendigando o dedicándose directamente a actividades delictivas.

En cuanto a la burguesía en Castilla no tuvo el protagonismo que empezaba a cobrar en otros territorios europeos en esa época, mientras que en los territorios de Aragón, especialmente en Cataluña y Valencia, sí tuvo una mayor pujanza y protagonismo.

En general en España faltaron artesanos y comerciantes emprendedores, tal vez porque el sistema económico y social no invitaba especialmente al esfuerzo y a la inversión, sino a buscar formas de enriquecimiento rápido para intentar ascender socialmente (anda, que poco hemos cambiado). Y es que ante las dificultades económicas de la monarquía fue una práctica creciente la venta de títulos de nobleza, así que las personas que prosperaban con los negocios encontraban más atractivo adquirir un título de nobleza e imitar la vida de los nobles que mantener un esfuerzo y riesgo continuo en inversiones de cara al futuro.

Reflexión

Lee con atención los siguientes fragmentos de una obra escrita en 1619 y comprueba que puedes responder a las preguntas que se plantean a continuación.

"Los extranjeros, como más diligentes que los españoles, usan en España casi todos los oficios, de modo que lo poco que ha quedado que trabajar lo trabajan ellos, y con su natural presteza han excluido de todo a los españoles, ocupando los puestos de ganar de comer que tenían los moriscos, antes que los nuestros se pudiesen entablar en ellos, y gastan mejor que los nuestros lo que labran, o por más vistoso y aparente, o por más nuevo, o por más barato. Punto muy de considerar, porque los españoles andan ociosos, y pobres, y se enriquecen ellos, y llevan grandes sumas de España, y así importa vedarles usar artes y oficios.

Comunicando esto con hombres entendidos de estas materias, hacen una cuenta que parece llana, porque la hacen que los extranjeros sacan al año de España más de veinte millones sólo de las mercaderías que venden, y lo hacen por dos vías. La primera es que los extranjeros venden en España, y para las Indias, de seis partes las cinco de cuanto se negocia".


Sancho de Moncada, Restauración política de España, 1619.

 

1. ¿A qué oficios crees que se refiere el texto? ¿Qué oficios no ocupaban los españoles pero los extranjeros aceptaban de buen grado?

2.¿Por qué se dice en el texto que los extranjeros "gastan mejor que los nuestros lo que labran"?

3. ¿Qué solución propone el autor para el problema que describe?

4. Según los cálculos de Sancho de Moncada, ¿qué porcentaje del comercio español estaba en manos de extranjeros? ¿Qué consecuencias tenía esto para la economía española?

En este mapa conceptual puedes ver de una forma esquematizada las características de esta sociedad:
La sociedad española