2.1. Economías domésticas
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Las economías domésticas están compuestas por las personas, solas o agrupadas en familias, que realizan, desde el punto de vista económico, dos funciones principales:
- Demandar bienes y servicios: los consumidores compran bienes y servicios para satisfacer sus necesidades en función, básicamente, de sus preferencias y de sus ingresos.
- Ofrecer factores productivos: las familias ofrecen a las empresas su trabajo a cambio de unos ingresos (salario), lo que les permitirá hacer frente al consumo de los mencionados bienes y servicios. No obstante, las economías domésticas también pueden ofrecer a las empresas los otros dos factores productivos: recursos naturales (por ejemplo, pueden alquilar a una empresa un terreno) y capital procedente de sus ahorros.
Importante
Aunque generalmente la gente piensa que la economía es algo que atañe a los empresarios, los banqueros y a los gobiernos, hay que tener en cuenta que todos tenemos un papel activo en la misma, ya que todos desarrollamos, al menos, una función económica: consumimos bienes y servicios.
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Solución
¿Y cómo es el comportamiento de las economías domésticas en relación a sus funciones económicas? Las personas y las familias, a diferencia de las empresas, no tienen un comportamiento definido exclusivamente en relación a la economía aunque sí toman, en su día a día, numerosas decisiones que tienen que ver con ella.
Estas decisiones son tan cotidianas como por ejemplo: "¿Dónde me conviene más hacer la compra?", "¿Me interesaría hacer horas extras en mi trabajo?" "¿En qué entidad abro una cuenta corriente"?. Todas estas decisiones se suelen tomar en función de las necesidades que queremos cubrir, de los ingresos que tenemos a nuestra disposición o de la elección que creemos que nos reportará mayor bienestar, en definitiva, mayor felicidad.
Así, en general, se puede afirmar que todas las personas toman decisiones sobre el consumo de bienes y servicios y la oferta de factores productivos en base a una racionalidad económica que busca maximizar el bienestar del consumidor.
No obstante, desde muchos colectivos se critica que ese comportamiento, en una sociedad desarrollada como la nuestra, se basa más que en el bienestar del ciudadano en la continua generación de nuevas necesidades, deseos y adicciones que alimentan la imparable maquinaria de producción y consumo.
¿Podemos confiar en la racionalidad económica? Vídeo de Xavier Sala-i-Martin alojado en Youtube |
Caso práctico
¿Aparece algún personaje en la Historia Inicial que realice las funciones de una economía doméstica?
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Retroalimentación
Falso
Falso porque también ofrecen su trabajo a las empresas a cambio de un salario.Para saber más
"En el curso de unos decenios, la sociedad opulenta ha trastocado los estilos de vida y las costumbres, ha puesto en marcha una nueva jerarquía de objetivos y una nueva forma de relacionarse con las cosas y con el tiempo, con uno mismo y con los demás". La felicidad paradójica. Ensayo sobre la sociedad de hiperconsumo. Gilles Lipovetsky. Ed. Anagrama, 2007.