Orientaciones
Este bloque se supone de iniciación para el alumno. Por ello está organizado en torno a tres ejes:
Tranquilizar al alumno. Una nueva materia siempre es motivo de preocupación. Debemos pues mostrar que, si bien no va a ser fácil, sí se pueden alcanzar los objetivos propuestos con un poco de dedicación y de esfuerzo.
Tratar temas introductorias. Los saludos, la presentación propia o ajena y algún vocabulario básico forman la columna del bloque.
Completar la lengua con la cultura. Se abordan temas culturales para conseguir dos propósitos. Por un lado se apoya la idea inicial de que aprender idiomas sirve para comunicarse con otras personas de culturas diferentes. Por otro lado se ameniza así la enseñanza, yendo más allá del mero léxico o de la pura gramática.
El perfil del alumno (con honrosas excepciones) va a quedar bastante definido: una persona con escaso interés general por las lenguas extranjeras. Deberemos por tanto centrar nuestra comunicación con él en la corrección de los errores, por supuesto, pero también en unos mensajes permanentes de ánimos. La motivación debe ser nuestra preocupación permanente.
Es importante que el alumno sea consciente de que no tiene por qué saberse ya cada palabra que aparezca en los contenidos. En este sentido, insistimos siempre en distinguir lo importante (lo que debe saberse una vez acabado el contenido) de lo superficial (aquello que sólo sirve de complemento o que se estudiará más adelante).