1.1. Características básicas de las principales discapacidades

El término discapacidades definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1982) como un término dinámico: resultado de un déficit, ya que las discapacidades pueden ser distintas según cada individuo y contexto inmediato, y según su desarrollo. Tal y como diferencian los términos déficit, discapacidad y minusvalía, según la OMS, determinan una serie de características y afectaciones concretas en relación a la vida diaria.

 

Discapacidad física-funcional

La discapacidad física también es conocida como discapacidad motriz o diversidad funcional física. La afectación de las personas con diversidad funcional física es la alteración de alguno de los elementos del aparato locomotor que afecta en mayor o menor medida a las habilidades y destrezas motrices y al desplazamiento de estas personas. El origen de la situación de discapacidad puede ser un origen patológico de enfermedades degenerativas o patologías sobrevenidas del sistema nervioso o músculo esquelético; o situaciones traumáticas causadas por accidentes de diferente tipo e índole. Entre las discapacidades motrices permanentes más comunes se encuentran las siguientes (Ríos, 2005): parálisis cerebrales, espina bífida, enfermedades neuromusculares (distrofia muscular de Duchenne, poliomielitis, atrofia espinal infantil), lesiones medulares y amputaciones del tren superior o inferior.

Tomando diferentes clasificaciones (Ríos 2005, Sanz y Reina, 2012), en la tabla I se propone la siguiente clasificación.

 

Tabla I. Clasificación discapacidad motriz.

Discapacidades motrices Subtipos
Espina bífida Espina bífida oculta
Espina bífida mielomeningocele
Parálisis cerebral infantil Prenatal
Perinatal
Postnatal
Enfermedades neuromusculares Distrofia muscular de Duchenne
Síndrome de Rett
Poliomielitis
Atrofia espinal infantil
Lesiones medulares Zona alta
Zona media
Zona baja
Amputaciones Miembros superiores
Miembros inferiores

 

Tanto en las lesiones medulares como en otras afectaciones de tipo degenerativo del sistema neuromuscular, debemos tener en cuenta que la afectación puede dar como resultado diferentes afectaciones según el nivel de movilidad de la persona afectada: monoplejia, diparesia, paraplejia, triparesia, tetraplejia y hemiplejia.

 

Discapacidades sensoriales

La discapacidad sensorial, también denominada diversidad funcional sensorial, viene definida por la limitación de la capacidad y del funcionamiento del sentido de la vista, del sentido del oído o ambos.

Personas con discapacidad visual es el término que integra a personas con diferentes grados de afectación como las personas con ceguera total (no perciben la luz o en el caso de percibirla no reconocen la procedencia de la misma), que a nivel deportivo se clasifican como B1, y las personas que mantienen un resto visual temporal o permanente que a nivel deportivo se clasifican como B2, B3 y B4. Tanto en la ceguera como en los diferentes grados de déficit visual, el origen puede ser prenatal, perinatal, en la infancia o adquirida, bien por una patología hereditaria o por una situación traumática.

La visión independientemente de la patología que afecte a la persona se ve modificada en su campo de visión y en la nitidez del mismo, tal como se puede observar en la figura 1.

Tipos de visión

Figura 1. Tipos de visión.
Imagen de elaboración propia

La discapacidad auditiva afecta al nivel de audición que, igual que la visual, puede ser de origen neonatal o por una patología concreta. El nivel de afectación de una persona se valora a través de pruebas de oído y va en la unidad de medición del sonido: decibelios (dB). Las pérdidas auditivas se clasifican según la OMS en la siguiente tabla:

 

Tabla II. Grados de pérdida auditiva

Niveles Pérdida auditiva en dB Grado de déficit auditivo
I 10-19 dB Normal
II 20-40 dB Leve
III 41-55 dB Moderado
IV 56-70 dB Moderadamente severo
V 71-90 dB Severo
VI 90 dB Profundo
VII Ausencia total de audición Total cofosis

 

Discapacidad psíquica

En la discapacidad psíquica es importante distinguir entre los conceptos de discapacidad intelectual, enfermedad mental y trastornos psico-sociales.

La discapacidad intelectual se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa, tal y como se ha manifestado en habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Esta discapacidad se origina antes de los 18 años (American Association on Intellectual and Developmental Disabilities, 2010). 

El test de Stanford-Binet gradúa la discapacidad intelectual en cinco niveles según el coeficiente intelectual (Sanz y Reina, 2012; Ríos, 2005):

Grados de discapacidad intelectual según el CI

Figura 2. Grados de discapacidad intelectual según el CI.
Imagen de elaboración propia

 

Una enfermedad mental es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o comportamental, en la que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje, el lenguaje, etc., lo que dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en el que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo. 

No es fácil establecer una causa-efecto en la aparición de la enfermedad mental, que pueden ser múltiples, y en ella confluyen factores biológicos (alteraciones bioquímicas, metabólicas, etc.), psicológicos (vivencias del sujeto, aprendizaje, etc.) y sociales (cultura, ámbito social y familiar, etc.) que pueden influir en su aparición. Una enfermedad de tipo mental es aquella que se produce a raíz de una alteración que repercute sobre los procedimientos afectivos y cognitivos del desarrollo, que se traduce en dificultades para razonar, alteraciones del comportamiento, impedimentos para comprender la realidad y para adaptarse a diversas situaciones.

Los trastornos psico-sociales, entre los que destacan diferentes síndromes comportamentales como el síndrome de Tourette y las personas con trastornos del espectro autista entre otras, son patologías que, igual que otras, afectan al individuo desde la infancia manifestándose en mayor o menor medida según el grado de afectación.

La discapacidad es la ausencia, debida a una deficiencia, de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para un ser humano.
El déficit o deficiencia, tal y como la define la OMS, es toda pérdida o anormalidad de una estructura o función psicológica, fisiológica o anatómica. Puede ser de origen innato o adquirida, y en el caso de adquirida, temporal o permanente.
La minusvalía, menos utilizada actualmente, se define como una situación de desventaja para una persona, consecuencia social de una deficiencia o de una discapacidad, que limita o impide el desempeño de un rol que es normal en su grupo.
La monoplejía o monoparesia es la afectación de una sola extremidad.
La diplejía o diparesia es la afectación de dos extremidades, generalmente las inferiores, o afectación de tres o más predominando la afectación del tren inferior.
Paraplejia o paraparesia es la afectación de ambos miembros inferiores.
Triparesia o triplesia es la afectación de las extremidades inferiores y de una superior, o de la musculatura de la cara y el cuello.
Tetraplejia o tetraparesia es la afectación de los miembros superiores e inferiores y generalmente de parte de la cara y el cuello.
La hemiplejia o hemiparesia es la afectación de la pierna y el brazo del mismo lado.
Patología o situación cuyo origen está en la gestación.
Patología o situación cuyo origen se sitúa en los primeros meses de vida.
Situación cuyo origen es una enfermedad o traumatismo.
Pérdida de la capacidad auditiva total, comúnmente conocida como sordera profunda.
Afecta a la comprensión y nivel intelectual de la persona, puede ir asociada a otras patologías.
Puede afectar a la conducta, la comprensión de la información y tratamiento de la misma.
Son situaciones incapacitantes debido a una modificación de la conducta involuntaria, a la capacidad de socialización y en ocasiones a la capacidad cognitiva.