1.6. Procesos de afrontamiento de la competición implicados en el alto rendimiento deportivo

En este apartado vamos a exponer cómo los deportistas de alto rendimiento pueden afrontar la competición, controlando la presión de la misma, evitando, controlando y tolerando la ansiedad que les puede generar, llegando incluso a disfrutar de la misma bajo unos niveles adecuados de ansiedad que les permita trabajar con intensidad y motivación.

 

1.6.1. Formas de afrontar la presión de la competición

La competición deportiva es uno de los contextos donde el deportista, en su búsqueda de rendimiento deportivo con el objetivo de superarse a sí mismo o al rival, puede padecer el fenómeno “presión psicológica”. Este concepto es definido en la literatura científica como “choking under pressure” o “asfixia bajo presión” que, según autores como Baumeister (1984), se utiliza para describir una reducción del rendimiento deportivo a pesar de los esfuerzos del individuo por conseguir un rendimiento superior. Por ello, es indispensable que los deportistas tengan en cuenta que en su rendimiento deportivo pueden influir diferentes tipos de variables que no son sólo de carácter físico, tales como la motivación, la atención, el estrés, la ansiedad, o la autoconfianza (García, Rodríguez, Andrade y Arce, 2006; Molina, Sandín,y Chorot, 2014). En este sentido, el conocimiento y control de estas variables ayudará a los deportistas a afrontar adecuadamente la competición y conseguir mejores resultados deportivos.

 

1.6.2. Evitar la ansiedad

En el proceso de afrontamiento de la competición, uno de los aspectos a tener en cuenta es la ansiedad del deportista. En este sentido, para definir adecuadamente la ansiedad es necesario saber diferenciar entre la ansiedad como estado emocional y la ansiedad como rasgo de personalidad (Spielberger, 1972). Concretamente, la ansiedad-estado (A/E), según Spielberger (1972), es un “estado o condición emocional inmediato, modificable en el tiempo, caracterizado por una combinación única de sentimientos subjetivos de tensión, aprensión y nerviosismo, pensamientos molestos y preocupaciones, junto a cambios fisiológicos”. Sin embargo, la ansiedad-rasgo (A/R) hace referencia a las diferencias individuales de ansiedad relativamente estables, siendo éstas una disposición, tendencia o rasgo.

Además, podemos hablar de dos dimensiones de ansiedad en función de su sintomatología (Cheng, Hardy, y Markland, 2009): la dimensión somática, la cual hace referencia a la percepción de los síntomas corporales que son provocados por la activación del sistema nervioso autónomo (vinculados con la actividad simpática como puede ser una aceleración del ritmo cardíaco, presión arterial, sudoración, etc.), y la dimensión cognitiva, la cual hace referencia a la dificultad e incapacidad para mantener la atención y concentración (Martens, Vealey y Burton, 1990).

Autores como Navarro, Amar, y González, (1995) indican que un estado de ansiedad agudo puede interferir sobre el rendimiento deportivo, ya que puede causar al deportista reacciones de miedo, preocupación, enfado o culpabilidad. En este sentido, debemos evitar estados elevados de ansiedad conociendo aquellos factores que pueden provocarlo y evitando todas aquellas situaciones que puedan generar estos estados. Por ello, es recomendable que tanto técnicos como jugadores dispongan de diversos recursos para controlar y/o neutralizar las situaciones estresantes que se presenten en el entorno competitivo (Anshel, Sutarso, y Jubenville, 2009), como veremos a continuación.

Evitar la ansiedad

Evitar la ansiedad.
Imagen alojada en Pxfuel. Licencia (CC0)

 

1.6.3. Controlar la ansiedad

Como hemos visto, el control de la ansiedad en situaciones estresantes por parte de los deportistas es esencial para evitar una disminución del rendimiento deportivo. Sin embargo, debemos tener en cuenta que durante una competición deportiva los deportistas realizan tareas constantes con un cierto grado de incertidumbre, por lo que diversos autores (Núñez y García-Mas, 2017) plantean que siempre hay un nivel mínimo de ansiedad en tareas psicomotoras de rendimiento y/o competición, y que la clave reside en tener un nivel óptimo de ansiedad competitiva. Concretamente, Hanin (1978) propuso lo que él denomina la «Teoría de la Zona de Funcionamiento Óptimo», conocida también como «Zona Individual de Funcionamiento Óptimo» (ZOF o IZOF). Dicha teoría propone que el rendimiento se ve optimizado cuando la ansiedad se sitúa en un rango estrecho o zona óptima. Además, expone que depende de cada sujeto, es decir, que cada individuo tiene una zona óptima de rendimiento.

En este sentido, para controlar el nivel de ansiedad, es evidente que los deportistas que participan en deportes competitivos necesitan conocer y emplear habilidades psicológicas y estrategias o técnicas de afrontamiento efectivas para lograr satisfacer sus expectativas y mejorar su rendimiento (Márquez, 2006). Entre estas estrategias o técnicas de autocontrol emocional figuran: el enfoque adecuado de la atención (Nideffer, 1976), el autoconvecimiento del éxito (Bandura, 1977), la imaginería mental o visualización (Vadocz, May y Moritz, 1997), y la relajación tanto somática, destacando la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson (1938) como cognitiva, destacando la técnica de meditación de Benson (1975).

Si quieres llevar a cabo la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson visita:

La relajación muscular de Jacobson y Oncoming Way.
Video publicado por patri_psicologa alojado en Youtube

 

1.6.4. Tolerar y disfrutar de la ansiedad

Es necesario que los deportistas de alto nivel, en situaciones de ansiedad, tengan un conocimiento sobre el funcionamiento de su propio cuerpo y puedan canalizarla. Concretamente, deben ser conscientes de que sufrirán estados elevados de ansiedad a lo largo de su carrera deportiva, y más concretamente durante la competición, que deberán soportar, evitando en la medida de lo posible que afecte a su rendimiento deportivo. Para ello es muy interesante que el entrenador cree situaciones en el entrenamiento que fomenten un aumento de la ansiedad en los deportistas con el objetivo de que aprendan a tolerarla. Por ejemplo, el entrenador puede plantear situaciones de juego finales con marcadores muy igualados, donde el rendimiento del deportista suponga la victoria o derrota del partido.

Finalmente, debemos aclarar que la ansiedad en el deportista de alto nivel no debe ser un impedimento en su carrera deportiva, teniendo como objetivo alcanzar unos niveles óptimos de ansiedad que le ayuden a trabajar con una cierta tensión positiva, evitando posibles situaciones de estrés o desconcentración que provoquen un descenso en el rendimiento deportivo.

Convicción que una persona tiene de que puede llevar a cabo unas habilidades necesarias para ejecutar con éxito la conducta requerida y producir un determinado resultado (Nicolás, 2009).
Capacidad de establecer contacto con los estímulos relevantes del juego, discriminando los no relevantes.
Mantenimiento de la atención durante un período de tiempo más o menos duradero.
Llamada también práctica en imaginación o ensayo mental, es una técnica psicológica que consiste en reproducir mentalmente una experiencia en ausencia de estímulos externos.