1.5. Procedimientos psicológicos para mantener la motivación de deportistas de alto nivel a lo largo de la temporada

La motivación del deportista es uno de los aspectos que debemos trabajar continuamente a lo largo de toda su carrera deportiva y para ello alguno de los procedimientos que podemos tener en cuenta son: atender las necesidades individuales de cada uno, variar las condiciones de entrenamiento, implicarlos en la toma de decisiones que afectan a su preparación como deportistas, premiar todas aquellas conductas relacionadas con el compromiso deportivo, y establecer objetivos a corto, medio y largo plazo.

 

1.5.1. Atender a sus necesidades individuales

Uno de los aspectos que destacamos en el trabajo de la motivación es que cada deportista tiene unas características psicológicas diferentes y, por lo tanto, unas necesidades individuales, tanto en el plan de trabajo y establecimiento de objetivos como en el desarrollo de su motivación. En este sentido, debemos conocer a nuestros deportistas para enfocar adecuadamente el trabajo acorde a sus necesidades, provocando en éste una mayor motivación hacia el mismo.

 

1.5.2. Variar las condiciones de entrenamiento

Es interesante que el trabajo diseñado para nuestros deportistas se realice atendiendo a algunos factores para aumentar la motivación de los mismos. Entre dichos factores debemos destacar que las condiciones del entrenamiento en relación al nivel de dificultad de las tareas deben ir variando progresivamente, planteando situaciones de juego que ganen en complejidad y que supongan un reto a alcanzar (Moreno, Jiménez y Claver, 2014). Por otro lado, el entrenamiento debe estar diseñado para representar contextos reales de práctica deportiva, sometiendo al deportista a situaciones que acontecen durante la competición deportiva (Davids, Araújo, Vilar, Renshaw, & Pinder, 2013). Este tipo de diseño prepara al deportista para solventar óptimamente cualquier situación de juego, aumentando su competencia en tales situaciones y, por lo tanto, su motivación hacia el trabajo (Davids, Button, & Bennett, 2008).

 

1.5.3. Implicar a los deportistas en la toma de decisiones que afecten a su preparación

Otro de los aspectos que tenemos que tener en cuenta es que, con el objetivo de mejorar la motivación de nuestros deportistas, debemos favorecer el bienestar de los mismos y para ello recordemos cómo la citada la Teoría de la Autodeterminación (Deci y Ryan, 1985) explica que el comportamiento humano es motivado fundamentalmente por tres necesidades psicológicas básicas (competencia, relaciones sociales y autonomía). Concretamente, en este apartado destacamos que, para aumentar la motivación de nuestros deportistas en relación con la necesidad de autonomía, es necesario que el entrenador implique a los mismos en la elaboración del entrenamiento (elección de tareas y/o objetivos), propiciando que aumente su participación en la toma de decisiones. Esto incrementará la implicación y motivación de nuestros deportistas durante el entrenamiento (Moreno et al., 2014).

 

1.5.4. Premiar las conductas de los deportistas asociadas al compromiso

Como ya hemos comentado es esencial que nuestros deportistas adquieran unos altos niveles de compromiso que les permitirán seguir realizando con ilusión el deporte elegido. Sin embargo, no debemos olvidar que estas conductas asociadas al compromiso deben ser reforzadas y por ello el entrenador debe proporcionar un feedback constante y positivo y apoyo social que ayude a los deportistas a seguir con una práctica deportiva continua (Balaguer, Duda, Atienza, y Mayo, 2002; Smith, Fry, Ethington, y Li, 2005). Concretamente, este refuerzo positivo fomenta una disminución en el abandono deportivo (Balaguer, Duda, y Crespo, 1999).

 

1.5.5. Establecimiento de objetivos a corto, medio y largo plazo

Una carrera deportiva exige un esfuerzo diario a los deportistas, siendo necesario el establecimiento de unos objetivos o retos a alcanzar. Concretamente, estos objetivos o metas deben fijarse con claridad y ser alcanzables y comprensibles para los atletas, ya que no garantizan el éxito por sí mismos, sino que deben incorporarse de manera sistemática en la planificación deportiva dirigiendo y evaluando las conductas y pensamientos de nuestros deportistas (Gano-Overway, 2008). Conceptualmente, el establecimiento de metas es definido por algunos autores (Locke, Shaw, Saari y Latham, 1981) como “El logro de un nivel específico de dominio de una tarea, generalmente dentro de un tiempo especificado” (p. 145). Esta definición incorpora uno de los elementos más importantes en el establecimiento de objetivos y es la variable temporal, estableciendo metas a corto, medio y largo plazo (Díaz-Ocejo, y Mora-Mérida, 2013). Esto permite que la consecución de pequeñas metas individuales o colectivas ayuden a alcanzar grandes objetivos deportivos. En la figura 3 presentamos algunos supuestos específicos sobre cómo pueden funcionar las metas en el contexto deportivo (adaptado de Locke y Latham, 1985).

 

  1. Las metas específicas regularán la acción con más precisión que las metas generales.
  1. Utilizar metas a corto y a largo plazo produce mejores resultados que utilizar solamente metas a largo plazo.
  1. Las metas afectan a la ejecución, movilizando el esfuerzo, incrementando la persistencia y motivando la búsqueda de estrategias adecuadas.
  1. El establecimiento de metas será más efectivo cuando se da una retroalimentación que muestre el progreso en relación con la meta.
  1. Con metas difíciles, cuanto mayor es el compromiso, mejor es el rendimiento.
  1. El compromiso puede estimularse pidiendo al individuo que acepte la meta, mostrando apoyo, permitiendo la participación en el establecimiento de la meta, en el entrenamiento, en la selección de los incentivos y recompensas.
  1. La ejecución de la meta se verá facilitada mediante un plan de acción o estrategia convergente, especialmente cuando la tarea es compleja o a largo.
  1. La competición mejorará la ejecución pues conduce a establecer objetivos más altos y a aumentar el grado de compromiso.

Figura 3. Aplicaciones del establecimiento de objetivos en el deporte.
Adaptado de Locke y Latham (1985, p. 212)