1.1. Procesos de motivación propios de deportistas de alto nivel

En la preparación del deportista, uno de los aspectos que debemos conocer y controlar es la motivación. Para ello, es relevante considerar los motivos que llevan a un sujeto a realizar actividad física y en el contexto de la alta competición, el motivo que tienen nuestros deportistas para realizar el deporte en cuestión. En este sentido, existen macroteorías motivacionales que tratan de responder a estas cuestiones, explicando las razones que llevan a una persona a dedicar su tiempo a una actividad deportiva. Entre dichas teorías destacamos la Teoría de la Autodeterminación (TAD: Deci y Ryan, 1985; 2000) y la Teoría de las Metas de Logro (Nicholls, 1989).

La TAD (Deci y Ryan, 1985; 2000) es una de las teorías más desarrolladas para explicar la motivación de una persona hacia el desarrollo de una actividad, estableciendo un continuo motivacional, integrado por diferentes niveles de autodeterminación. En el pico de más a menos autodeterminada se encuentra la motivación intrínseca, definida por el compromiso del sujeto con una actividad por el mero placer, satisfacción y disfrute de realizarla y, por tanto, la actividad se convierte en un fin en sí misma (Deci y Ryan, 1985).

En el segundo nivel de motivación se encuentra la motivación extrínseca, definida por los motivos de práctica ajenos a la propia tarea, donde encontramos un conjunto de regulaciones (Pulido, Leo, Chamorro, y García-Calvo, 2015; Pulido, Sánchez-Oliva, Sánchez-Miguel, Leo, y García-Calvo, 2016). En primer lugar, se encuentra la regulación integrada, presente cuando la actividad que desarrolla un individuo se encuentra inmersa en su estilo de vida (Deci y Ryan, 2000). Seguidamente, la regulación identificada, presente cuando el individuo percibe la actividad como un medio de desarrollo favorable para su persona. Posteriormente, la regulación introyectada, presente cuando un individuo desarrolla una actividad con el objetivo de evitar el sentimiento de culpa y ansiedad derivado de no realizarla, el deportista realiza la actividad por el sentimiento de obligatoriedad de asistencia a los entrenamientos (por el compromiso adquirido o recompensa externa). Por último, la regulación externa se define como el desarrollo de una actividad por obtener algún premio a cambio, por reconocimiento externo o por la penalización consecuente de no desarrollarlo (Deci y Ryan, 2000), el deportista realiza la actividad motivado por el alcance de victorias, títulos, dinero, prestigio o gustar a los demás.

Finalmente, en el tercer nivel, encontramos la desmotivación, definida por la falta de motivación para desarrollar una tarea o actividad, con una total ausencia de regulaciones intrínsecas y extrínsecas de una persona para realizar una actividad (Deci y Ryan, 1985).

Además, la TAD (Deci y Ryan, 1985) se basa en que el comportamiento humano es motivado fundamentalmente por tres necesidades psicológicas básicas: la necesidad de competencia, donde el individuo necesita sentirse competente en el entorno que le rodea (Harter, 1978); las relaciones sociales, para sentirse considerado por el grupo y valorado por los otros significativos, como pueden ser sus entrenadores o familiares; y la autonomía, referida a que sea el propio deportista quien tome su propia iniciativa.

Necesidades Psicológicas básicas

Figura 1. Necesidades psicológicas básicas según la Teoría de la Autodeterminación de Deci y Ryan (1985).
Imagen de elaboración propia

En este apartado creemos necesario explicar una de las teorías que examina la motivación desde la perspectiva de metas individuales perseguidas en contextos de logros, la Teoría de las Metas de Logro (Nicholls, 1989). Esta teoría establece que la meta principal de un individuo en contextos de logro es demostrar habilidad, existiendo dos concepciones de la misma que se crean por influencia social (Moreno, Cervello, y González-Cutre, 2007). Por lo que, cada individuo tendrá una orientación motivacional: orientación al ego (o rendimiento) u orientación a la tarea (o maestría).

La orientación a la tarea determina que el éxito se define como el dominio de la tarea y el progreso personal, mientras que la orientación al ego, el éxito se define como superación a los rivales y demostración de mayor capacidad (Moreno y Cervelló, 2010; Nicholls, 1984).