Para aprender hazlo tú
El mundo no se circunscribe a Europa. No ocurre ahora y no ocurría entonces. Es cierto que lo que solemos estudiar en cuanto a la Edad Media es siempre europeo, pero eso no significa que más allá de nuestras fronteras no existieran sociedades importantes y desarrolladas.
Por ejemplo, en la Plena Edad Media el Imperio de Mali, con capital en Tomubctú, llegó a tener más de 40 millones de habitantes y controlaba un enorme territorio al sur del desierto del Sahara. En el siglo XIII el mayor imperio del mundo era el Imperio mongol, que ocupaba toda la franja central de Asia desde la costa china hasta las fronteras de Europa. Instituido por Gengis Kan a partir del año 1206, el imperio llegó a tener una extensión máxima de unos 36 millones de kilómetros cuadrados, incluyendo a algunas de las naciones más avanzadas y pobladas de la época, como China, Irak, Irán y los países de Asia Central y Asia Menor.
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Expansión del Imperio Mongol Imagen de Astrokey44 en Wikimedia Commons (modificada). Licencia CC BY-SA. |
Actividad de lectura
Lee el texto detenidamente y luego responde a la pregunta que se plantea.
Los hermanos Polo como emisarios de Kublai Khan ante Roma:
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Retrato de Kublai Khan (Museo Nacional del Palacio, Taiwan). Imagen en Wikimedia Commons. Dominio público. |
Cuando el Gran Señor, rey de reyes, que tenía por nombre Kublai Khan y era amo y señor de todos los tártaros del mundo y de todas las provincias, reinos y regiones de la mayor parte de Oriente, que viene a ser por sí solo la mayor parte de la tierra, tuvo conocimiento de todos los hechos y gestas de los latinos, tal y como los dos hermanos se los expusieron con gran arte y sabiduría, se complació fuera de toda medida. Y comunicando un día consigo mismo en la profundidad de su corazón, pensó en enviarlos como mensajeros ante el Apóstol; mas quiso primero tomar consejo sobre este particular con sus barones. Y reuniéndolos en consejo les expuso su deseo de enviar mensajeros al Papa, Señor de los Cristianos; y los susodichos barones proclamaron a una su conformidad. Llamando entonces a los hermanos a su presencia, con suaves palabras les rogó que partieran en embajada ante el Papa en compañía de uno de los suyos. Sabiamente le respondieron que estabn dispuestos a realizar su encargo, como si proviniera de su Señor natural.
Más es lo cierto, añadieron, que hace largo tiempo que abandonamos aquellos países, y nada sabemos de cuanto allí pueda haber ocurrido, o de cuántas cosas habrán cambiado, variando el estado de aquellas tierras; y mucho tememos no poder cumplir con vuestra encomienda; pero aún así estamos decididos a esforzarnos al máximo, para llevar a cabo cuanto nos ordenáis, prometiendoos volver ante vuestra presencia, con la ayuda de Dios, tan pronto como nos sea posible.
Entonces rubricó con su sello unas cartas de presentación, para que los príncipes, sus vasallos, pudiesen ver y honrar a sus embajadores; y a continuación hizo redactar sus mensajes y credenciales en lengua turca, para enviarlos ante el Apóstol. Y entregándoselos, les confió cuanto quería que le dijesen de palabra.
Cuantos extremos contenía la carta y la embajada ahora los conocéreis: pues en ella solicitaba del Apóstol que le enviase cien hombres sabios, para que predicasen la religión y la doctrina cristianas; y quería que fuesen expertos en las siete vías del conocimiento divino, y capaces de enseñar a su pueblo, de argumentar habilmente y de mostrarle con claridad a él mismo, a los idólatras y a los restantes súbditos de diferentes confesiones, la falsedad de su religión y la confesión diabólica de los ídolos que tienen y adoran en sus viviendas y talleres; y que pudiesen demostrar con claro razonamiento que la religión cristiana es mejor y más verdadera que todas las otras; y que si lo lograban, se someterían a la Iglesia tanto él como toda su Corte.
Cuando terminó de escribir esta carta, encargó el Gran Señor a los hermanos, con piadosas palabras, que le trajesen aceite de la lámpara que arde ante el Santo Sepulcro de Jerusalén, por la que sentía la mayor devoción. Pues consideraba el Cristo como uno de los dioses santos, y lo tenía en la mayor veneración (...)
MARCO POLO, "Viajes. Libro de las cosas maravillosas del Oriente". Trad. J. Barja de Quiroga, Madrid, 1983, pp. 27-29.
1) Kublai Khan fue uno de los grandes emperadores del Imperio Mongol durante la Edad Media ¿De qué territorio dice el autor que es señor Kublai Khan?