4.3. Mariano Fortuny

Suele decirse que se trata de uno de los principales pintores españoles del siglo XIX posteriores a Goya; sin duda, lo es y también es cierto que tiene cierto carácter excepcional dentro de la pintura de la segunda mitad del siglo XIX. Nacido en 1838, comenzó su formación en Barcelona, pero antes de los veinte años se traslada a Roma para continuar. Allí conocerá a alguno de sus compañeros de generación, entre los que destaca Eduardo Rosales, pintor madrileño que se caracterizó por sus obras históricas y por sus retratos galantes. Sin embargo, la visión de Fortuny cambiará profundamente con motivo de su primer viaje a Marruecos, motivado porque la Diputación de Barcelona, que lo había becado en Roma, necesitaba un artista gráfico que recogiese los sucesos de Marruecos. Estamos en 1860 y España está ampliando sus posesiones al otro lado del Estrecho (toma de Tetuán). Podemos decir que tres elementos caracterizan su evolución, muy rápida, en esa etapa: la luz, el color y el movimiento. La luz se hace poderosa y cegadora contribuyendo a que el color se haga el dueño de las escenas que pinta; si a esto sumamos que su pincelada debe hacerse (porque su trabajo de corresponsal lo requiere) más rápida, nerviosa, veremos cómo el movimiento se hace dueño de la expresión captando la vida en momentos muy concretos—todo esto se hace patente en La batalla de Tetuán, pero también en los paisajes que pinta y en los bocetos que realiza en la época. Toma los apuntes directamente, al aire libre; pero, además, su estancia en Marruecos coincide con el éxito de cierto exotismo en la cultura europea: es la época de las odaliscas y los baños. Fortuny está precisamente allí y se sumergirá en el poderoso caudal de una pintura exótica y orientalizante (véase, por ejemplo, El vendedor de tapices).

 El vendedor de tapices, Mariano Fortuny.
Imagen bajo Dominio público en Wikipedia.
 

Todas estas características hacen de él una excepción en la España de la última mitad del siglo XIX. Compartirá con otros autores (Rosales, los hermanos Madrazo…) algunas características, pero Fortuny posee por sus experiencias estéticas en su etapa de formación unas características que hacen inconfundible su estilo. En dos ocasiones más regresará Fortuny a Marruecos, que dejará una huella indeleble en su manera de mirar y de pintar. De hecho, las obras con tema marroquí estarán presentes a lo largo de toda su producción y son, posiblemente, en las que más pasión puso. A la experiencia marroquí le debe Fortuny sin duda su pincelada suelta producto de la observación al natural que lo acerca al impresionismo. De hecho, podemos entender que Fortuny tiene una técnica moderna: el color es el que expresa la realidad, las manchas de sombra, que caracterizan a cierto impresionismo, aparecen también en él como luz ausente capaz de producir emoción. A diferencia de otros pintores españoles de la época, Fortuny no quiere tanto narrar (pintura histórica) cuanto emocionar.

Conoció un éxito inusual en España. De esta manera empezaron a lloverle encargos y la Diputación de Barcelona sufragó sus visitas a París y, nuevamente, a Roma. Conoció también cierto éxito internacional (quizás debido a la pintura de pequeño formato, tableautin, y a la de personajes militares, en las que demostró notable virtuosismo), pero su éxito fundamental se debió a sus clientes españoles, que serán en buena medida la causa de que su estilo se quedase, al menos en apariencia, estancado, pues no deseaban sino que pintase de la misma manera que había hecho siempre. Quizás pudo haber sido un impresionista (es contemporáneo del movimiento francés), pero también es cierto que con los años su orientalismo se hizo más radical y, acorde con una tendencia europea, se interesó profundamente por el arte japonés.

Su estilo fue profundamente personal pueden entenderse también como un anticipo de eso que se ha dado en llamar impresionismo español y, así, podemos entender su influencia sobre por Sorollla. Sin embargo, su éxito fue tal vez la causa de un cierto estancamiento debido, como hemos dicho, a las exigencias de sus clientes. Queda como un hito destacado en la pintura española de la segunda mitad del siglo XIX.

 La batalla de Tetuán, Mariano Fortuny.
Imagen bajo Dominio público en Wikipedia. 

Importante

  • Mariano Fortuny es uno de los principales pintores del siglo XIX.
  • Se forma en Barcelona y pronto viaja a Roma donde continuará con su aprendizaje. 
  • Su visión cambiará con su primer viaje a Marruecos adonde irá en varias ocasiones.
  • Su pintura se caracteriza por la luz, el color y el movimiento.
  • Evoluciona a una pincelada rápida y adoptará una técnica moderna anticipando el impresionismo.
  • Algunas de sus obras como La batalla de Tetuán o La odalisca hablan de sus estancias en Marruecos y de su cercanía una pintura exótica y orientalizante.
  • Su estilo es totalmente personal y podemos aprecias cierta influencia de Sorolla.

Reflexión

¿Qué características de la pintura de Mariano Fortuny nos lleva a pensar en un antecedente del impresionismo?