4. La racionalidad del proyecto empresarial
Si la filosofía se caracteriza por el ejercicio de la reflexión teórica y su interés se centra en el puro conocimiento, la económica se basa en la actividad (producción, distribución, comercio y consumo de bienes) y es por definición interesada, siendo la creación de riqueza y la satisfacciones humanas pilares fundamentales de la misma. Sin embargo, ambos saberes se encuentran íntimamente conectados. Así, la aplicación de criterios filosóficos a la actividad económica implica el control racional de los fines y el empleo de criterios para el análisis del proceso y la corrección de errores.
Es ciertos que los desafíos más importantes con los que se encuentra el emprendedor no pueden ser resueltos apelando a autoridades o libros de texto, sino a su propio juicio, ya que el desarrollo de la actividad conlleva la necesidad de aportar soluciones originales ante dificultades imprevistas. En este sentido, sin embargo, los métodos filosóficos de análisis sirven como instrumento de apoyo al estudio de los diversos aspectos implicados en un proyecto empresarial.
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Imagen de Kaboompics//Karolina en Pexel. Dominio público |
Importante
El ejercicio de la racionalidad es aplicable a cada uno de los aspectos comprendidos en la actividad económica:
- Finalidad personal: como hemos visto, la actividad económica se encuentra ligada a la necesidad del sustento económico. No obstante, en la medida en que dicha actividad ocupa una gran parte de nuestro tiempo y que su desarrollo está vinculado a nuestra propia realización, se impone la necesidad de una reflexión personal en torno a nuestra propia actividad y su sentido. Así, una ponderación del valor concedido al beneficio derivado de la actividad y la importancia que en el ejercicio de la misma tienen otros aspectos vinculados a la propia realización: hacer lo que a uno le apasiona, tener la oportunidad de aprender y aplicar lo aprendido, etc.
- Finalidad social: una reflexión sobre nuestra propia actividad y el valor social o medioambiental de la misma: si nuestra actividad añade o genera elementos de valor colectivo.
- Procedimientos racionales de análisis, síntesis, planificación, resolución de problemas etc., en la en la elaboración de estrategias, la toma de decisiones, el manejo del diálogo, etc.
Comprueba lo aprendido
Retroalimentación
Falso
A pesar de las diferencias, existen nexos entre ambos saberes. La filosofía se ocupa de la racionalidad, una de cuyas vertientes se refiere a la de la praxis humana, núcleo de la actividad económica.
El ejercicio de la racionalidad es aplicable a cada uno de los aspectos comprendidos en la actividad económica: la finalidad personal de la misma, su finalidad social y los distintos procedimientos racionales aplicables al desarrollo mismo del ejercicio económico.