3.2. Curiosidades

Curiosidad

Del Mercado Común a la Comunidad Europea.

Los primeros pasos del Mercado Común fueron lentos. La política de ir reduciendo paulatinamente las aduanas se fue llevando a cabo, pero con ciertas reticencias por ciertos países que la contemplaban como una pérdida progresiva de su autoridad nacional. En cualquier caso, era evidente que esa desaparición de las trabas aduaneras beneficiaba a la economía y creaba un mercado mucho más amplio para todos los productos europeos, de ahí que con el paso del tiempo, fuera ganando cada vez más prestigio entre todos los países del continente, formaran parte de ese mercado común o no estuvieran integrados en él.

El proceso de unión económica dio un salto importante cuando en 1967 se firmó en Bruselas el Tratado de la Unión. Por él, el Mercado Común dejaba de denominarse así y pasaba a llamarse Comunidad Económica Europea, abreviadamente, C.E.E. Con esto finalizaba el proceso de desaparición de las aduanas entre países y se planteaban unos retos de integración económica mucho mayores a los que en principio se habían diseñado.

El éxito de tal acuerdo no se hizo esperar, y pronto empezaron a llamar a las puertas de la C.E.E. diferentes países que solicitaban formar parte de la nueva organización. Los primeros en lograrlo fueron los británicos, así en 1973 el Reino Unido e Irlanda pasaban a formar parte de las nuevas instituciones, viéndose acompañados en esta decisión con la integración de Dinamarca en la Comunidad Económica Europea.

La C.E.E. contemplaba la puesta en marcha de mecanismos no solo económicos, sino también políticos. Y así, en 1979, aparecían el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo. Foros desde los que se pretendía crear una conciencia europeísta mayor entre la población de sus países miembros.

Así, el proceso no se detuvo. A partir de 1982, comenzaron a ser los países mediterráneos los que se integraron en la C.E.E. Primero le tocó el turno a Grecia, y en 1986 a los países ibéricos, ya que tanto España como Portugal pasaron a formar parte de Comunidad Económica Europea.

Y esa integración llegó justo a tiempo antes de que en 1987 se firmara el Acta Única, que supuso un nuevo paso en el proceso de integración. A la C.E.E. se le "cayó" una E. y quedó convertida simplemente en la Comunidad Europea. Desaparecía así el sentido casi exclusivamente económico que tuvo en un principio y pasaba a convertirse también en un ente de carácter político.

Sede del Consejo de la Unión Europea en Bruselas

Sede del Consejo de la Unión Europea en Bruselas
Imagen enWikipedia de Redvers bajo CC

Curiosidad

De Maastricht al Euro.

El proceso tendente a la unidad europea no fue fácil. Hubo problemas que se reflejaron en la denominada ley Bosman, que representaba las dificultades para aceptar que todos los ciudadanos europeos podían trabajar sin trabas en cualquier país. En este caso, la famosa ley estuvo relacionada con los futbolistas europeos y la posibilidad de que jugaran en cualquier país comunitario.

También se aprobó el Tratado de Schengen, que permitía el libre tránsito de las personas por todas las fronteras de la Unión. Esto ya se había puesto en práctica anteriormente, pero Schengen lo ratificó definitivamente.

Durante estos años, la Unión Europea vivió una época de bonanza. Así, en 1996 se integraron en la misma tres países con un nivel económico elevado: Suecia, Finlandia y Austria. Previamente, en 1990, la antigua Alemania del Este se había unido a la Alemania del Oeste.

En 2002 tuvo lugar otro hecho trascendental. La mayor parte de los países de la Unión decidieron aceptar una moneda única, el Euro, que se convirtió así en la unidad de pago entre todos ellos y con el resto del mundo. La peseta, el marco, la lira, el escudo, el franco, etc. dejaron de ser las monedas tradicionales de cada país, y la nueva moneda pasó a ser una garantía de que en cualquier país de la comunidad europea se la aceptaría sin tener que estar cambiando divisas continuamente.

Euro, moneda común europea

Euro, moneda común europea
Imagen en Wikipedia
de Alborzagros bajo CC

Curiosidad

El futuro de la Unión Europea.

Todos los factores anteriormente expuestos han hecho que la Unión atraviese en los últimos años una de las crisis más importantes de toda su Historia. Las economías de los denominados países periféricos, que se han visto fuertemente endeudados, han tenido que ser rescatadas por los países miembros para evitar el desplome del Euro. Grecia es, sin duda, el ejemplo más representativo de todos.

Estos países se han visto también perjudicados porque las ayudas comunitarias se han desviado en los últimos años hacia los países del este, mucho más necesitados de ellas que los que llevan ya varias décadas perteneciendo a la Unión. En el caso de España, por ejemplo, está previsto que estas ayudas finalicen en el año 2013, lo que sin duda aumentará en parte los problemas que nuestro país está viviendo recientemente.

A pesar de ello, Europa sigue planteándose la necesidad de seguir ampliando sus fronteras y, en consecuencia, de ir englobando en su seno a nuevos países.

No faltan candidatos. Turquía es quizás el más consistente de ellos. Desde hace varias décadas, los turcos han solicitado insistentemente su ingreso en la Unión Europea, pero de momento, y a pesar de las promesas, este se ha pospuesto.

También esta es la situación de algunas de las repúblicas procedentes de la desintegración de la antigua Yugoslavia, como es el caso de Croacia. Aunque en el momento actual la Unión no tiene todavía fijada una fecha definitiva para su integración, es muy posible que estos candidatos sean los siguientes que formen parte de la cada vez más amplia Unión Europea.

Protestas en Grecia contra la crisis económica

Protestas en Grecia contra la crisis económica
Imagénes en Wikipedia de Philly boy92 bajo CC

Curiosidad

De recibir a prestar ayuda.

Después de la Guerra Civil y de los duros años de la postguerra, España fue considerado como un país escasamente desarrollado o, como se decía entonces, en vías de desarrollo. De ahí que durante buena parte de la década de los años cuarenta, cincuenta y hasta sesenta, España necesitara ayuda exterior para poder sacar adelante la difícil situación en la que se encontraba.

Pero a partir de esa década de los años sesenta, la situación comenzó a cambiar favorablemente. En los setenta España ya no era un país que recibiese ayuda de ningún otro, y desde los años ochenta, y ya considerado como un país desarrollado, fue un Estado que empezó a colaborar en la ayuda internacional que se presta a los países más necesitados por parte del mundo más avanzado y rico.

El objetivo de que el 0,7 % de su Producto Interior Bruto fuese destinado como ayuda y colaboración con los países más pobres, se fijó como una de las claves de esa solidaridad con los países que menos riqueza tenían.

Durante la década final del siglo pasado, y durante la mayor parte de la primera de este, España ofreció ayuda a muchos países del antiguamente denominado Tercer Mundo. Desgraciadamente, la crisis que ahora mismo atravesamos está haciendo que esta ayuda se vaya acabando y que cada vez nuestro país pueda colaborar menos en esa necesaria solidaridad internacional hacia los pueblos que menos poseen en el mundo.

Cooperación universitaria para el desarrollo

Cooperación universitaria para el desarrollo
Imagen enWikipedia de Jmartinezmateo bajo CC