- Pirineos.
- Teide.
- Sierra Nevada.
- Sistema Central.
- Cordillera Cantábrica.
El relieve provoca tanto las lluvias orográficas, que hacen que la precipitación aumente en la zona de barlovento, mientras que disminuye en las de sotavento, lo que se denomina efecto Föhn. La altitud tiene como consecuencia el descenso de las temperaturas, un grado cada 160 metros aproximadamente. Este descenso hace que la precipitación en las cumbres de las montañas sea de nieve, y no de lluvia. Este clima tan particular incide también sobre la vegetación, y así, según la altitud, aparecen los distintos pisos de vegetación denominados cliseries.