5.1. Los ríos españoles
5.3 LOS RÍOS ESPAÑOLES
El estudio de las aguas en España ha de centrarse fundamentalmente en la que llevan los ríos y en la que almacenan los lagos. De los primeros es necesario conocer cómo se comporta su caudal, tanto el relativo, como el absoluto. También es importante analizar las partes que los componen: la cuenca de recepción, el canal de desagüe y el cono de deyección. Todo ello está influido por una serie de factores que condicionan la hidrografía española.
Una red hídrica es la forma en la que se dispone el cauce principal de un río junto a todos los afluentes y los cursos de agua que lo configuran. Régimen fluvial es la fluctuación estacional que experimenta el caudal de un río a lo largo de un año. En función de la forma en la que recibe las aportaciones, se puede hablar de régimen nival, nivo pluvial, pluvio nival o pluvial, que es el más frecuente en los cursos medios y bajos. Este último se subdivide en atlántico, mediterráneo, subtropical.
En España existen unos 90 ríos y afluentes que superan los 50 kilómetros de longitud. El más importante de todos es el Tajo, con 1.007 kilómetros, aunque casi 300 de ellos los recorre en Portugal. El más largo de España es el Ebro, con 910, todos ellos en territorio español. Le sigue el Guadiana, de controvertido recorrido en cuanto a su longitud, pero cuyas estimaciones oscilan entre 778 y 987. Le siguen por orden decreciente el Duero, Guadalquivir, Júcar, Genil (que es un afluente del Guadalquivir), Segura, Miño y Turia.