Historia Inicial
En el alto rendimiento se dice y se escucha con frecuencia que lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Tanto un proceso, el camino hasta llegar a la elite, como el otro, permanecer en esa meta que tanto costó alcanzar, requieren una serie de características y habilidades psicológicas y tienen una serie de condicionantes que los deportistas deben poseer y gestionar de manera eficiente para poder estar a la altura de un mundo tan sumamente competitivo e igualado. A lo largo de este tema veremos cuáles son estos condicionantes y características.
Formar a un deportista de alto nivel es un largo proceso que requiere una serie de pasos y actos. Tan cierto es que los deportistas y equipos que llegan a la elite deben reunir unas características psicológicas muy determinadas para poder permanecer allí en las alturas del rendimiento de manera estable durante el mayor tiempo posible, como que realmente, para poder acceder a ella, durante ese largo proceso de formación y escalada a la cima hay que dominar y reunir una serie de características y habilidades psicológicas muy concretas y estables, sin las cuales es misión casi imposible “llegar” a lo más alto.
Por otro lado, es cada vez más incipiente la llegada de deportistas con discapacidad y del género femenino al alto rendimiento.
A la hora de buscar características específicas a nivel psicológico de los deportistas de alto rendimiento que presentan discapacidad, observamos que dependen de manera específica del tipo y grado de discapacidad.
La incorporación de la mujer al deporte de alto nivel en nuestros días es un hecho normalizado, de tal forma que incluso en el ámbito del deporte espectáculo, existen modalidades deportivas que alcanzan mayores cuotas de interés en el género femenino que en el masculino. Es más, la evolución del deporte y su carácter coeducativo hace que disciplinas tradicionalmente sin género, la sociedad las esté etiquetando como exclusivamente femeninas; es el caso del voleibol femenino en Andalucía, en el que el número de licencias federadas masculinas se ha reducido en la base, mientras que en categorías femeninas han experimentado un notable crecimiento. La mujer participa ya de manera masiva en el deporte competitivo, sin distinguir modalidades, teniendo en cuenta que la práctica deportiva femenina sigue siendo muy minoritaria en relación con la masculina. Muchas chicas participan y compiten en fútbol, rugby, baloncesto, balonmano, bádminton, voleibol, waterpolo, golf, esquí, snowboard, windsurf, remo, piragüismo, tenis, pádel, atletismo y natación como deportes más relevantes.
No obstante al alto rendimiento, son pocas las que se incorporan si no han tenido una formación deportiva en etapas iniciales. Por lo tanto es esencial acercar el deporte a las chicas en edades tempranas, creando un hábito y cultura deportiva.
Hay que seguir fomentando la incorporación de la mujer a todas las disciplinas deportivas, sin prejuicios sexistas, pero sobre todo, hay que evitar el abandono que se sigue produciendo de manera importante cuando las chicas llegan a la adolescencia, en el que se produce un cese de la actividad deportiva de la mujer de manera considerable.
Alto rendimiento.