1. Influencias y críticas

Como en otras de las corrientes estudiadas de la filosofía contemporánea, al hablar de la filosofía posmoderna nos referimos a un amplio abanico de autores y tendencias, a la vez que a una multiplicidad de influencias propia de una época caracterizada por la diversidad y la intensa comunicación mantenida entre unos y otros autores. 

En general, el pensamiento posmoderno pretende ser el reflejo de la crisis de pensamiento filosófico propia de nuestro tiempo, afianzada a partir de la mitad del siglo XX, momento en el que se fragua esta corriente. Entronca con la idea de la muerte de la metafísica, sostenida por una diversidad de corrientes en la filosofía contemporánea, pero es también escéptico con un ideal de conocimiento de base empirista, como el que se pretende en el seno del neopositivismo y la filosofía analítica.

Toma influencias de movimientos como la fenomenología y el existencialismo, propuesta contraria a una visión esencialista de la realidad y acorde con una interpretación indeterminada de la realidad humana, y entronca críticamente con problemas tratados por el estructuralismo y el posestructuralismo referidos a las estructuras sociales y su dinamismo. También se encuentra en estrecha relación con la Escuela de Frankfurt y sus propias raíces marxistas y freudianas y, en concreto, con la teoría crítica sostenida en el seno de la misma, reforzando el aspecto irracional de la acción humana y ahondando en la brecha abierta respecto a los ideales de la Ilustración.   

Movimientos asociados: Postestructuralismo, Deconstrucción: Foucault y Derrida.