1. Influencias y críticas
Como en otras de las corrientes estudiadas de la filosofía contemporánea, al hablar de la filosofía posmoderna nos referimos a un amplio abanico de autores y tendencias, a la vez que a una multiplicidad de influencias propia de una época caracterizada por la diversidad y la intensa comunicación mantenida entre unos y otros autores.
En general, el pensamiento posmoderno pretende ser el reflejo de la crisis de pensamiento filosófico propia de nuestro tiempo, afianzada a partir de la mitad del siglo XX, momento en el que se fragua esta corriente. Entronca con la idea de la muerte de la metafísica, sostenida por una diversidad de corrientes en la filosofía contemporánea, pero es también escéptico con un ideal de conocimiento de base empirista, como el que se pretende en el seno del neopositivismo y la filosofía analítica.
Toma influencias de movimientos como la fenomenología y el existencialismo, propuesta contraria a una visión esencialista de la realidad y acorde con una interpretación indeterminada de la realidad humana, y entronca críticamente con problemas tratados por el estructuralismo y el posestructuralismo referidos a las estructuras sociales y su dinamismo. También se encuentra en estrecha relación con la Escuela de Frankfurt y sus propias raíces marxistas y freudianas y, en concreto, con la teoría crítica sostenida en el seno de la misma, reforzando el aspecto irracional de la acción humana y ahondando en la brecha abierta respecto a los ideales de la Ilustración.
Movimientos asociados: Postestructuralismo, Deconstrucción: Foucault y Derrida.
Estructuralismo y postestructuralismo.
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Michel Foucault Imagen en Filosofía, ciencia y técnica. Licencia CC |
El estructuralismo es un movimiento que comparte un enfoque de investigación en el seno de las ciencias sociales basado fundamentalmente en el concepto de estructura. Tuvo una gran relevancia a partir de mediados de los años 50 aplicando su método a productos humanos como el lenguaje o la sociedad. Según los planteamientos estructuralistas, son las estructuras sociales y no en sí los individuos los que determinan los significados o las formas de pensar, conocer o comunicar. Mediante el concepto de estructura se trata de subrayar la disposición interna que guardan entre sí un conjunto de elementos, que constituyen relaciones distintas a la mera yuxtaposición.
El post estructuralismo trata de evitar un reduccionismo de la realidad social en base a un conjunto de estructuras, otorgando mayor protagonismo al sujeto en el devenir histórico. Existiría para ellos una interrelación entre el sujeto y las estructuras, existiendo un continuo devenir y cambio a partir de la práctica social.
Dentro del postestructuralismo podemos destacar la figura de Michel Foucault. Para Foucault, la identidad moderna es el fruto de una serie de circunstancias históricas. Estas podrían variar y, con ello, dar lugar una nueva forma de interpretar la realidad personal. La noción de hombre que manejamos es el fruto de una invención y muestra el proceso de construcción de nuestro pensamiento, pero este podría indicar también su próximo fin. Esa nueva interpretación vendría a ser lo que él denomina la muerte del sujeto.
Deconstrucción
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Jacques Derrida |
El término deconstrucción fue acuñado por el filósofo francés Jaques Derrida, un autor que entronca con el postestructuralismo y conecta ocasionalmente con posiciones propias del posmodernismo.
Se inspira en el método propuesto por Martin Heidegger para el análisis etimológico de los conceptos empleados en el seno de la Filosofía a lo largo de su Historia, empleándolo para el análisis de los textos en general, rastreando su proceso de construcción y descomponiendo sus estructuras (tema, contenido, significado, contexto, etc.). En su caso, la aplicación del concepto de deconstrucción a la Historia del pensamiento supone una negación del esquema tradicional según el cual esta expresaría el desarrollo de la racionalidad misma, un conocimiento cada vez más completo de lo real y pleno de sentido. La deconstrucción implica un análisis crítico de las palabras y los conceptos empleados en una obra escrita. Según el concepto de deconstrucción, todo texto se resuelve en su exterioridad retórica, sin que resulte posible su aprehensión global y la captación de su significado objetivo. Ninguna lectura permite una interpretación de su recto sentido.