Responsabilidad social del emprendedor Fotografía de elaboración propia |
La responsabilidad social del emprendedor se refiere a aquellos actos que no van destinados a aumentar su beneficio sino a mejorar la calidad de vida de la sociedad en la que se encuentra, actuando según ciertos valores éticos.
Con todo lo que has leído, ya tendrás claro que ni mucho menos el emprendedor está aislado. Éste tiene una importante actividad social, mucho más de la que pueda tener como persona física. Ahora hay más grupos de personas afectados directamente por él (trabajadores, clientes, proveedores, empresas competidoras, etc.) y por tanto su responsabilidad va más allá de la de crear puestos de trabajo.
Una componente que ha cobrado importancia en los últimos años, es la responsabilidad medioambiental. En las últimas décadas se ha pasado del desarrollo sostenido al llamado desarrollo sostenible, que pueda permitir a futuras generaciones disfrutar de toda la riqueza natural que aún conservamos.
En Andalucía existe una legislación para que el comportamiento de todos los agentes sociales y económicos sean lo más respetuosos posible con el medio ambiente. Anteriores problemas como el agujero en la capa de ozono se solventaron gracias a ello. Hoy, el gran reto se llama cambio climático. Son muchos los emprendedores que van más allá de lo estrictamente obligatorio y convierten a sus empresas en puntas de lanza a favor del medio ambiente.
Tendrás claro que cuidar el medio ambiente es un beneficio, para el propio emprendedor como para su entorno. Pero esto tiene un coste. Si relacionamos los costes con los beneficios en un documento, obtendríamos el balance social. Así pues, el balance social es un documento donde se recopilan los resultados favorables y desfavorables y en este caso, las actuaciones efectuadas por el emprendedor, permitiendo además evaluar el cumplimiento de su responsabilidad social. Este paso no es en absoluto obligatorio, pero siempre es positivo su realización.
Lo deseable será que el balance social sea positivo.