1.3 Venationes

Era otro de los espectáculos que se desarrollaban en el anfiteatro. Aunque se conocen como luchas entre animales, lo cierto es que incluía todos los espectáculos con fieras. Formaba parte de los munera gladiatoria, así que solían ser incluidos en sus programas. Se desarrollaban por la mañana, antes de que se celebraran los combates de gladiadores por la tarde.
Podían presentarse al público con tres formatos diferentes: como exhibición de fieras extrañas y exóticas, luchando unas fieras contra otras o luchando hombres contra fieras.
Las primeras eran exhibiciones en las que se mostraban a las fieras haciendo algo extraordinario, similar a lo que hoy día veríamos en el circo. Para poder presentar tantas fieras de clases tan dispares, en las diferentes regiones del Imperio se organizaban cacerías en las que participaban miles de profesionales especializados y debidamente equipados; recorrían amplios territorios capturando con redes y trampas cuantos animales les era posible.

Las fieras se transportaban por tierra y por mar en barcos, en jaulas de madera y sin ningún tipo de sedación. Era habitual que las vicisitudes del viaje y el cambio de entorno o de temperatura fueran, entre otras causas, el motivo de que muchos de estos animales murieran o llegaran en mal estado. Algunos de los que tenemos documentados en textos son los hipopótamos, leones, elefantes, jirafas, cocodrilos, osos, jabalíes, avestruces, tigres, leopardos, liebres, cabras, toros, rinocerontes, monos, focas, búfalos o bisontes.

 



Animales. Mosaico de la Villa Casale de Piazza Armerina, Sicilia

Si sobrevivían al viaje, eran albergados en unos espacios junto al anfiteatro, en los que se les alimentaba y entrenaba. Como su mantenimiento era muy costoso, normalmente, cuando acababa el espectáculo, los que sobrevivían eran vendidos a otro editor (promotor del espectáculo) mientras que los que morían eran ofrecidos como comida para el público. Sólo el emperador y algunos domadores ambulantes disponían permanentemente de fieras para exhibiciones: el primero las vendía o regalaba para venationes, mientras los segundos las criaban y cuidaban para alquilarlas a editores.

Escena de transporte de animales por tierra y por mar.
Detalle de los muchos hombres que participaban en el traslado de las fieras.

 

El segundo, la lucha a muerte de unos animales contra otros, era un espectáculo al que se destinaban aquellas fieras difíciles de domesticar, como el tigre, y otros con los que no se quería perder el tiempo. Su ferocidad despertaba tal curiosidad entre el público que incluso se las incitaba, atándolas a corta distancia a otra bestia (para que lucharan entre ellas), azuzándolas con aguijones y con fuego o arrojándoles muñecos de tela roja (pilae). Entre el público provocaba una fuerte emoción el instinto de supervivencia de las fieras: ver cómo atacaban y cómo se defendían hasta que una de ellas moría.

El tercero, la venatio o cacería, estaba protagonizado por los bestiarii y los venatores. Los primeros eran luchadores considerados socialmente como los gladiadores y armados con lazo, cuchillo o venablo; a menudo se trataba, incluso, de auténticos gladiadores, condenados a las fieras o, simplemente, individuos deseosos de mostrar gratuitamente su valentía. Los segundos eran cazadores que disfrutaban de una mejor posición que los anteriores. El espectáculo consistía en la caza de las fieras en la arena por parte de éstos, solos o en grupo, y ayudados por perros de caza. La función de los perros era cansar al animal para que fuera más fácil herirlo y derribarlo con una flecha o lanza. Aunque esto en sí ya era un espectáculo, los momentos de mayor emoción para el público se producían cuando el cazador conseguía derribar a animales feroces, como osos o leones.

Lucha contra fieras
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Escenas de lucha de contra un animal. Mosaicos del Museo Arqueológico de Mérida y de la Villa Casale de Piazza Armerina, Sicilia

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El gusto por la lucha de animales ya desataba pasiones en Grecia con las peleas de gallos, usadas para aleccionar a los jóvenes sobre cómo debían luchar hasta el final sin rendirse. Estos enfrentamientos entre gallos adiestrados para la lucha y a menudo armados con espolones, movían grandes apuestas entre los espectadores. Seguro que en alguna ocasión has oído denunciar esta práctica en algún informativo: ¿no te parece curioso cómo este tipo de diversión tan antigua ha pervivido tal cual hasta hoy día, aunque sea dentro de la ilegalidad?

Los romanos también eran aficionados a tener en casa animales domesticados, cuanto más raros, mejor. Llegó a suponer un capricho tan peligroso que las autoridades se vieron obligadas a tomar precauciones con un decreto que prohibía tener ciertos animales (leones, jabalíes, panteras o lobos) en casa o lugares de paso.

 


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¿Cuándo tenían lugar las venationes?
  
Por la mañana.
Por la tarde.
Por la noche.

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¿Qué espectáculos están englobados en las venationes?
  
Las cacerías y exhibiciones de fieras extrañas y exóticas.
La lucha de fieras entre ellas y las pilae.
La exhibición de fieras extrañas y exóticas, la lucha de unas fieras contra otras y la lucha de hombres contra fieras.

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¿Qué hacían con las fieras difíciles de domesticar?
  
Las sacrificaban con unos rituales específicos.
Se las comían en banquetes como manjares exquisitos.
Se empleaban para espectáculos en los que luchaban entre ellas.

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¿Quiénes eran los venatores?
  
Los dueños de las fieras.
Los cazadores de las fieras.
El público que asistía a este tipo de espectáculo.