1. Justificación de la práctica deportiva de las personas con discapacidad como factor clave de su bienestar y calidad de vida
En la actualidad, la práctica de actividad físico-deportiva juega un importante papel para las personas con alguna discapacidad. Según Valbona (2003), si los beneficios de la actividad física para el bienestar y la calidad de vida de la población general están plenamente consensuados, en el caso de las personas con discapacidad estos beneficios son aún más relevantes, puesto que gran parte de la independencia funcional que pueden alcanzar dependerá de su acondicionamiento físico.
1.1. Fundamentación legislativa sobre el derecho de las personas con discapacidad a la práctica deportiva
En España, la norma rectora del deporte es la Ley 10/1990, de 15 de octubre, del Deporte, cuyo texto consolidado y última modificación data del 1 de mayo de 2015. Algunos aspectos más reseñables son la ordenación del deporte atendiendo a las funciones y competencias de las diferentes Administraciones, y el concepto de la práctica libre y voluntaria como factor fundamental en la formación y el desarrollo integral de la persona.
La Ley del Deporte confiere a la Administración del Estado la competencia de “fomentar la práctica del deporte para las personas con discapacidades físicas, sensoriales, psíquicas y mixtas, al objeto de contribuir a su plena integración social”. La programación general de la enseñanza ha de incluir la educación física en centros educativos y la práctica del deporte.
Por otro lado, la norma también indica que el deporte de alto nivel se considera de interés para el Estado, así, la Administración en colaboración con las comunidades autónomas, cuando proceda, procurará los medios necesarios para la preparación técnica y el apoyo científico y médico de los deportistas de alto nivel, así como su incorporación al sistema educativo y su plena integración social y profesional. A su vez, cabe destacar el papel determinante que esta ley atribuye al deporte a nivel social, educativo y de salud.
Más allá de la Ley del Deporte, existen en España algunas normas que regulan las actividades deportivas y en las que se hace alguna mención a las personas con discapacidad, como son la Ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte —donde se persiguen los actos que amenacen, insulten o vejen a las personas por razón de discapacidad— o el Real Decreto sobre deportistas de alto nivel y alto rendimiento, de 2007, en el que por primera vez se abrió la puerta a que los deportistas con discapacidad fueran considerados como deportistas de alto nivel, aunque bien es cierto que con unos criterios mucho más restrictivos que los que se aplican a los deportistas sin discapacidad, ya sean de disciplinas olímpicas o no olímpicas.
Por otro lado, y de acuerdo con la Constitución Española, las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias en materia deportiva y cada una de ellas ha desarrollado su propia ley que, por supuesto, está en consonancia con la ley inmediatamente superior, la ley estatal.
1.2. Beneficios de la práctica deportiva según discapacidad
1.2.1. Relativos a su discapacidad
En la sociedad actual está comúnmente aceptado el valor esencial que el deporte representa en el desarrollo integral de las personas, tanto a nivel físico como psico-social.
En general, los beneficios de la práctica de actividad físico-deportiva para las personas con discapacidad se refieren a la mejora de la condición física, de la salud mental y de las habilidades para la vida diaria, siendo las propias características de cada tipo de discapacidad las que van a determinar qué tipo de práctica es más adecuada a cada persona.
En el caso de las personas afectadas por algún tipo de discapacidad (motora, intelectual o sensorial), este valor y sus efectos son aún más claros y evidentes.
Importante
Así, dentro de la discapacidad motora, la práctica de actividad física posibilita la readaptación física, constituyendo dicha práctica la forma más natural de llevar a cabo sus ejercicios de rehabilitación de forma más agradable, lúdica y menos monótona.
Referido a la discapacidad intelectual, la práctica deportiva constituye la posibilidad de relacionarse con sus iguales y con el entorno social que le rodea, incidiendo positivamente en la sociabilidad. Incentiva la capacidad de decisión y favorece la adquisición de habilidades para la vida independiente (hábitos de higiene, responsabilidad sobre el material, vestimenta…).
Por último, para la discapacidad sensorial, la práctica deportiva constituye una forma de obtener información, captar, aprender y dominar el entorno que le rodea.
1.2.2. Físicos
Importante
- Compensar o mejorar las alteraciones anatómicas/ fisiológicas.
- Desarrollar las cualidades perceptivo-motrices, las habilidades motrices básicas y las cualidades físicas básicas.
- Evitar el sedentarismo y la atrofia muscular consecuente.
- Abandono del sedentarismo.
- No incremento de la obesidad.
1.2.3. Psicológicos
Importante
- Mejorar el autoconcepto y la autoestima.
- Conocimiento y aceptación de los límites personales.
- Mejorar la capacidad de atención, memoria y concentración.
- Función hedonista.
- Control del estrés y la ansiedad.
- Incremento de la capacidad de toma de decisiones.
1.2.4. Sociales
Importante
- Mejorar la socialización.
- Respetar las reglas y normas.
- Desarrollar actitudes de colaboración.
- Ocupar el tiempo libre y de ocio.
- Oportunidad para integración y participación.
- Desarrollo de la capacidad de relación (afectivo-social).
Deporte para todos, ejercicio de igualdad.
Video publicado por Down España alojado en Youtube