2. - El mundo funerario romano
Es probable que en alguna ocasión, al visitar una ciudad romana, hayamos visitado su necrópolis, con sus tumbas y monumentos funerarios. El nombre de necrópolis, que se corresponde a nuestro cementerio, deriva del griego necrós (muerto) y polis (ciudad), es decir, "ciudad de los muertos".
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Necrópolis de Pompeya (Italia) - Pueden apreciarse los monumentos funerario a ambos lados de la calzada | Necrópolis de Mérida (Badajoz) - Detalle de algunos monumentos funerarios |
Los romanos tenían bien clara la separación entre el espacio de los vivos y el de los muertos, principalmente por razones de tipo jurídico y sanitario; por ello, no se podían enterrar a los difuntos en la ciudad de los vivos, sino fuera del recinto urbano, un área ubicada extramuros, normalmente cercana a una calzada. Gracias a las excavaciones arqueológicas, hoy en día podemos visitar los restos de estos cementerios, constituidos algunas veces por simples tumbas y, en otros casos, por auténticos mausoleos. Pero antes de llegar a este punto, es conveniente dar un paso atrás para conocer los rituales funerarios seguidos habitualmente por los romanos.

