5.2. Curiosidades

Pre-conocimiento
El meridiano que marca la longitud cero grados también pasa por España, ya que determinados territorios de nuestro país se encuentran en la misma longitud que Greenwich. En concreto, esa línea de demarcación atraviesa la Comunidad de Aragón por un punto de la autovía AP - 2 entre Madrid y Barcelona. También pasa por la ciudad de Castellón, como puedes comprobar en los ejemplos que te mostramos en estas imágenes.
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Meridiano de Greenwich en Londres Imagen en Wikimedia Commons de Ævar Arnfjörð bajo CC |
Arco que señala el lugar por donde pasa el meridiano 0º en la AP-2
Imagen en Wikimedia Commons de Muro de Aguas bajo CC |

Curiosidad
Antípodas significa en lengua griega "lo contrario a nuestros pies". Es decir, lo que se sitúa justo en el extremo opuesto de la Tierra al lugar en el que actualmente nos encontramos. Por decirlo de una forma muy gráfica, si excavásemos un agujero profundísimo debajo de nuestros pies y lo continuáramos hasta pasar por el centro de la Tierra (si esto fuera posible, cosa que ciertamente no lo es), acabaríamos saliendo al lugar más alejado del que ahora mismo nos encontramos tras perforar más de 12.000 kilómetros en el interior de la Tierra.
Ese lugar se encuentra situado, lógicamente, en el hemisferio sur, y corresponde con la isla de Nueva Zelanda, a unos 20.000 kilómetros de distancia en línea recta de España. Este país es, por tanto, nuestras antípodas.
Y como curiosidad, te contaremos que aunque esas islas están situadas a una latitud idéntica a la de España, tanto su clima como su medio físico son bastante diferentes del que tenemos en nuestro país, al menos en la zona Mediterránea. Si quieres conocer cómo es el paisaje en esas latitudes, es conveniente que te recordemos que las películas sobre la obra de Tolkien, tituladas El señor de los anillos fueron rodadas en esos lugares.
Publicado en Educaplus de Jesús Peñas bajo CC
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Pre-conocimiento
![]() Imagen en Flickr de Bryan Thatche bajo CC |
Una triste vivencia para comprender las distintas horas en el mundo.
Hace algo más de diez años, tuvo lugar un acontecimiento del que, en función de tu edad, es posible que todavía te acuerdes. Cuando buena parte de los europeos estábamos almorzando, las imágenes de televisión mostraron el impacto de varios aviones estrellándose con las Torres Gemelas en Nueva York y contra el Pentágono en Washington.
Aquello sucedió, aproximadamente, a las tres menos cuarto de la tarde hora española. Sin embargo, en la costa atlántica de Norteamérica era mucho más temprano, en concreto eran las nueve menos cuarto de la mañana. Esto te puede indicar que entre la hora oficial que tenemos en nuestro país y la del este de Estados Unidos hay seis horas de diferencia. Allí siempre es más temprano que aquí..., o más tarde, según se mire.

Pre-conocimiento
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Los solsticios y los equinoccios
La posición que el Sol ocupa sobre el planeta da lugar a dos momentos de iluminación que reciben el nombre de solsticios y equinoccios.
La palabra solsticio procede del latín Sol Stat, que quiere decir "el Sol se para". Los astrónomos antiguos ya se dieron cuenta que el Sol en su recorrido a lo largo del año, llega un momento en que deja de avanzar hacia las latitudes más septentrionales y, a partir de una determinada fecha, emprende de nuevo su regreso hacia las latitudes más meridionales.
Esto ocurre el 20 o el 21 de junio, dando lugar en el hemisferio norte al día más largo del año, y el 22 o el 23 de diciembre, en que, por el contrario, el día tiene una menor duración y la noche es la más larga del año.
Ambas fechas están relacionadas con ciertas festividades que es conveniente conocer. Así la primera coincide con la noche de San Juan, en la que la costumbre tipica es la de encender hogueras, de ahí que también se le llame la noche de la Candelaria. En la tradición pagana, encender hogueras esa noche significaba el deseo de que los días siguieran siendo largos, y era una forma de intentar evitar el inevitable declinar del día y el aumento de las horas de oscuridad.
El solsticio de invierno está unido a otra celebración mucho más conocida. Es la Navidad, aunque no coincide exactamente con ese solsticio invernal. Los cristianos, a comienzos de nuestra era, decidieron celebrar el nacimiento del niño Jesús haciéndolo coincidir con la noche más larga del año. Esto se debió a que al día siguiente los días comenzaban a ser más largos, lo que en aquella época simbolizaba el renacer de la vida al dar el Sol más luz y más calor, por lo que las cosechas eran más abundantes y las personas y los animales dejaban de pasar tanto frío. Esa celebración festiva se consideró adecuada para hacer coincidir con ella la noche más importante que celebra la religión cristiana.