2.1. La obra civil y los templos
Templo de Ramsés III en Medinat Habu.
Imagen de Steve F-E-Cameron en Wikimedia Commons. Licencia CC
El culto a los dioses se daba en los templos, ya fuese en los grandes festivales o a diario. Los templos podían ser de muchos tipos, pero algunos de los que han llegado a nosotros son grandiosos. Dedicados al culto a los dioses, también eran los lugares apropiados para las manifestaciones públicas del faraón. Los templos, que estaban al cuidado de los sacerdotes, muy numerosos, eran a veces lugar de almacenamiento de las cosechas (lo cual daba poder a los sacerdotes, especialmente a los del dios Amón).
Se cuidaban las estatuas de los dioses y se les hacían ofrendas (generalmente comida). Se procuraba así que los dioses fueran benevolentes con los hombres, pues de los dioses dependían desde la crecida del Nilo—indispensable para el cultivo—hasta la maduración del grano en la espiga. Hep (también llamado Hapi) se encargaba de lo primero mientras para lo segundo tenemos a Hepu (o Apis). En determinadas épocas se hacían procesiones—incluso entre diferentes santuarios—en las que las imágenes de los dioses eran portadas de un lugar a otro.
La gente hacía ofrendas, acudía a los templos para rezar, hacía preguntas a los dioses en los oráculos, portaban amuletos, se hacían momificar e incluso momificaban a algunos de sus animales. Puede decirse que la religiosidad empapaba toda la vida de los egipcios y que no había una ruptura entre la vida cotidiana y la religión, pues todo formaba parte de la misma unidad.
Los palacios eran los lugares donde residían los faraones; pero a diferencia de las grandes construcciones de índole estrictamente religiosa hechas de piedra, estaban hechos de adobe, madera y otros materiales perecederos; es decir, se usaban en la construcción de los palacios los mismos materiales que en las viviendas. En general puede decirse que el palacio egipcio debía asemejarse a otros palacios del Antiguo Oriente: una serie de pabellones en torno a un jardín; una muralla rodeaba todo el conjunto. Sin embargo, los restos que han quedado y lo que conocemos por otras fuentes (por ejemplo, por su representación en algunos sarcófagos) nos informan que estaban ricamente decorados, especialmente en el espacio dedicado a recibir, llamado salón de recepciones, donde el faraón debía mostrar su magnificencia. La decoración solía representar escenas de la naturaleza o el poder del faraón en la guerra. Cabe mencionar también la ventana de las apariciones, especie de balcón abierto al exterior en el que el faraón—no olvidemos que era un dios—se mostraba al pueblo en determinadas ocasiones. Además de las habitaciones para la familia del faraón, los palacios tenían otras para los sacerdotes (que oficiaban el culto ordinario al dios Amón), para miembros de la corte y para la servidumbre.
Podemos establecer como características generales de los templos egipcios (hemos dicho ya que son muy variados, aunque desde la dinastía XVIII—en el siglo XVI a. C.—se puede entender que estamos en la época clásica) las siguientes:
Planta del templo de Horus en Edfú.
Imagen en Wikipedia Commons:. Licencia CC
- una largo pasillo (dromos) flanqueado de estatuas de dioses (Amón) o de los faraones reinantes;
- pilono: muro alto y ancho en forma de trapecio que hacía propiamente de entrada al templo;
- peristilo, que era una especie de patio rodeado de columnas (por lo cual se llama también sala híptera) al que se podía acceder libremente para hacer ofrendas a los dioses;
- sala hipóstila: el corazón del templo. Se trataba de una sala—en general más elevada que el resto del templo—con columnas que sostenían una cubierta arquitrabada. Por lo general las tres filas centrales de columnas eran más altas, permitiendo de este modo la entrada de la luz en el edificio;
- sala de la barca, que era el lugar en el que se encontraba la barca para transportar al dios en las procesiones;
- santuario o sancta santorum (“santo de los santos”): era la dependencia donde residía el dios al que el templo estaba dedicado.
Alrededor del santuario podía haber una serie de habitaciones más pequeñas dedicadas a deambulatorio, a guardar los objetos necesarios para los ritos… Y en la entrada podían encontrarse los mamisi (pequeñas edificaciones junto a los pilonos), el lago, los obeliscos… Los templos estaban rodeados por un muro para protegerlos.
Curiosidad
¿Sabías que se hacían una especie de "romerías" con las imágenes de los dioses? Esto nos recuerda no sólo nuestra cultura, sino también las procesiones rituales que se realizan con algunos dioses de la India.
Comprueba lo aprendido
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Importante
- Los templos estaban dedicados al culto a los dioses.
- Estos edificios estaban al cuidado de los sacerdotes y muchas veces se utilizaban para guardar las cosechas.
- La mayoría de ellos contaban con varias estancias: pasillo, pilono, peristilo, sala hipóstila...
- Los palacios eran los edificios donde vivían los faraones y estaban ricamente decorados.