3.4. Confianza en función del compromiso

Dentro de un equipo existe por parte de los deportistas una necesidad de libertad y una necesidad de responsabilidad. Estas necesidades solo pueden darse adecuadamente en un clima de confianza. Para que sea real, esta confianza ha de ser recíproca entre todos los integrantes del equipo (deportistas, entrenadores, directivos, etc.).

El compromiso de un deportista con su equipo está estrechamente relacionado con los vínculos que unen al entrenador con su equipo, y estos vínculos dependen en gran medida del modo de ser de este. Este modo de ser deben percibirlo los jugadores como una incitación al compromiso… Si la libertad exige un clima de confianza, la confianza consiste también en admitir los errores que pueden cometer los jugadores.

La necesidad de progresión, la necesidad de amistad, la confianza en el otro y la trascendencia del proyecto constituyen una única y misma realidad, que da a la acción colectiva su sentido y su unidad y permite al equipo afirmar su voluntad de ser cada vez más coherente, cada vez más eficaz.

Si la competición favorece un auténtico intercambio entre los jugadores en busca de los valores en que se basa su compromiso, la acción colectiva se convierte en acción formativa (Chappuis y Thomas, 1988).

El compromiso deportivo dentro de un equipo podría pronosticar la capacidad de adaptación a una situación, o por el contrario la aparición de diferentes sintomatologías como el burnout, depresión o cualquier otro trastorno (Tutte y Suero, 2009).