3.3. Claridad, aceptación y cumplimiento de roles individuales

Un rol es un conjunto de expectativas para la conducta de un individuo que ocupa una posición específica en el grupo. Por ejemplo, el rol de entrenador dentro de un equipo (de un entrenador se esperan conductas de enseñanza, de organización, de entrenamiento, etc.).

Es importante discernir entre roles formales e informales. Los roles formales son establecidos directamente por el grupo u organización, mientras que los roles informales surgen en el equipo como resultado de las interacciones entre sus miembros.

Claridad del rol: los deportistas han de entender claramente lo que se espera de ellos. Esto supone una exigencia mayor en los roles formales que en los informales. Es importante evitar la existencia de roles confusos y poco claros; el entrenador debe aclarar inmediatamente esta confusión, puesto que un equipo no jugará bien si dos de sus jugadores creen estar desempeñando el mismo rol, porque creará carencias en otras facetas.

Aceptación del rol: es otro de los requisitos para asegurar la eficacia del equipo y para desempeñar los roles de forma adecuada. Es un requisito indispensable para la estructura del equipo. Para el buen desempeño del rol, los jugadores deben aceptar el rol que se les ha asignado.

Tanto la claridad del rol como la aceptación del mismo por parte de los individuos que lo integran son imprescindibles para el cumplimiento de estos, y por consiguiente para la consecución de los objetivos comunes del equipo (Martín Portugués, 2005).

Conjunto de expectativas para la conducta de un individuo que ocupa una posición específica en el grupo.