Como decíamos en la introducción, el patrimonio documental es quizá el gran desconocido por parte del gran público. Es posible que se deba a que su uso y manipulación parecen limitarse a especialistas, tanto investigadores como conservadores, y que más allá de ello, este tipo de patrimonio tiene poco uso.
Sin embargo, lo cierto es que los documentos históricos o aquellos que ofrecen información sobre nuestro pasado o sobre nuestras formas de vida y que, en sus diferentes formatos, forman parte del patrimonio documental, forman parte de nuestro día a día más de lo que creemos. En realidad, para ello, basta con leer la prensa y veremos que, a menudo, forman parte de las noticias con las que desayunamos.
Aquí tienes un ejemplo: la inauguración de una exposición que habla del inicio de la Guerra Civil en Sevilla y que tiene como base, la información que ofrecen los documentos conservados y descubiertos. Sin duda estamos ante algo de gran interés y que no se limita, como decíamos antes, a especialistas y técnicos, sino a cualquier ciudadano interesado en la historia, la cultura o la sociedad con la que convive.