1. Organismos unicelulares y pluricelulares
Una de las características que comparten todos los seres vivos es que están formados por células. Si bien los seres vivos que nos resultan más familiares están formados por muchas de ellas, los más abundantes son los que están formados por una sola célula. A estos, que son bacterias, protozoos y la mayoría de las algas y los mohos, les llamamos organismos unicelulares.
Todas las células procariotas forman organismos unicelulares, pero también muchas eucariotas lo hacen. Sea de una u otra forma, la compleja estructura celular permite a estos organismos cumplir con todas las funciones que necesitan para mantenerse vivos por un tiempo, es decir, intercambiar con el medio materia y energía que permita crear y renovar sus moléculas, ser sensible de alguna manera a los cambios que hay en su medio y así evitar peligros y encontrar en él lo que necesitan, y poder generar nuevos individuos a partir de ellos que continúen su estirpe. En otras palabras, estos organismos también pueden nutrirse, relacionarse y reproducirse.
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Escherichia coli, una bacteria común en nuestro intestino |
Diatomeas, algas unicelulares del fitoplancton Imagen en Wikimedia Commons de Gordon T. Taylor bajo Dominio Público |
Sus formas son variadas, pero todos los seres unicelulares tienen en común una cosa: su tamaño microscópico. Es la única manera de que la superficie celular, la que está en contacto con el medio y absorbe lo que la célula necesita, sea lo suficientemente grande en relación al volumen de la célula como para poder cubrir sus necesidades. No obstante a veces algunos seres unicelulares se asocian en colonias y así parecen mayores, pero en realidad cada célula hace sus funciones por separado y de hecho, si se separa, puede vivir perfectamente.
Esto, vivir separadas de otras células, es algo que no pueden hacer aquellas que forman los organismos pluricelulares. En los animales, las plantas y muchos hongos y algas, las células se especializan en determinadas funciones y todas juntas crean el organismo. Con ello, estos organismos alcanzan en gran número el tamaño macroscópico que los hace visibles a nuestros ojos, pero esta organización pluricelular les trae algunos problemas que tienen que resolver. Por ejemplo, hay que hacer llegar a todas y cada una de los millones de células que lo componen los nutrientes que necesitan, retirarles los desechos, hacer que todas trabajen de forma coordinada y sostener el peso de todas ellas e incluso moverlo en el caso de los animales. La diferenciación celular debe aportar la solución a todo esto.