La actividad económica y su organización: Historia Inicial

Sandra Pérez tiene unos ahorros que quiere invertir. Además, acaba de heredar un terreno que hasta ahora estaba destinado al cultivo de la vid. Estas circunstancias han despertado en ella un espíritu emprendedor y se ha estado informando sobre las distintas posibilidades que tiene, llegando a la conclusión de que son viables diversos proyectos:

  • En primer lugar, por las condiciones climáticas del entorno y la posible existencia de subvenciones, cabe estudiar la viabilidad de la instalación de un pequeño parque eólico generador de electricidad, o bien un huerto solar con el mismo fin.
  • Otra alternativa es construir una explotación ganadera para proveer a unas industrias cárnicas de la región con las que ya ha tenido una entrevista informal.
  • También contempla la perspectiva de ser ella quien elabore embutidos comprando la carne a ganaderos de la zona.
  • Igualmente le atrae la ocasión de continuar el cultivo actual de la vid en el terreno.

 

LOS NEGOCIOS EN LOS QUE PIENSA SANDRA
Banco de imágenes ITE
Licencia Creative Commons
Icono de iDevice

Galería de imágenes

Mostrar la imagen Parque eólico
Parque eólico
Mostrar la imagen Explotación ganadera
Explotación ganadera
Mostrar la imagen Fábrica de embutidos
Fábrica de embutidos
Mostrar la imagen Vid
Vid
En torno a estos dos últimos proyectos, Sandra tiene una idea, más o menos clara, de las líneas por donde deberían desarrollarse: Sabe que tendrá que modernizar las explotaciones y esforzarse en la distinción de sus productos de los de la competencia, aprovechando las distintas calidades y características que da la zona, tanto a los embutidos como al vino.

 

Imagen del pueblo
Banco de imágenes ITE
Licencia Creative Commons

Sandra, por otra parte, se siente muy vinculada a su tierra, y por eso, y porque es una emprendedora que mira al futuro, también se siente atraída por los nuevos avances de las energías alternativas.

En la región, y especialmente en su pueblo, la emigración es desde hace tiempo una realidad presente que pesa sobre la economía. Desde hace decenas de años la gente joven se marcha a trabajar a la capital o a los pueblos de la costa, sólo algunos vuelven por el verano.

Pero ahora han venido tiempos más difíciles y el retorno de las familias se está haciendo notar más de lo normal. La razón es evidente: los pequeños ahorros y el seguro de desempleo dan para más en el pueblo.

 

Diversas posibilidades...
Banco de imágenes ITE
Licencia Creative Commons

Sandra, interesada en todo lo que supone avance y desarrollo de su entorno, comenta a menudo la situación con los vecinos y el alcalde, y es este último el que ha hecho que se interese por la posibilidad de un parque eólico o una planta solar:

  - Tenemos una situación geográfica y unas condiciones climáticas idóneas y tus tierras son las mejor localizadas, no vas a sacar mejor renta de ese monte -le dice-.

- Por ahora -comenta otro vecino, dueño de la tienda de comestibles-, la gente va tirando con el subsidio del paro y lo poco que tienen ahorrado, pero hay que mirar hacia adelante, esta gente no puede estar sin hacer nada, es malo para ellos y terminará siendo malo para todos.

- Es posible -reflexiona el alcalde-, que se puedan encontrar subvenciones. El ayuntamiento, desde luego, lleva tiempo empeñado en montar una escuela de capacitación o de formación profesional, de ahí podrían salir los especialistas necesarios para la instalación y el mantenimiento.

- Además de esas ayudas necesitaremos financiación -añade su amiga Sara-, esas instalaciones son cosa de mucho dinero: los aerogeneradores o los paneles, la infraestructura básica, la conexión a la red... Por otro lado están los problemas de los permisos y licencias y las garantías y controles para poder entrar en el mercado.

-Pero -insiste el alcalde-, si todo va bien esta zona cambiaría y podríamos mirar al futuro con confianza. Esta empresa podría ser un importante empujón para relanzar toda la comarca.

-Todos tenemos bombillas y aparatos eléctricos en casa -comenta el comerciante-, y las fábricas no funcionan sin energía, incluso cuando las cosas van mal lo último que se apaga es la luz.

-Claro -puntualiza Sara-, es evidente que, de poderse hacer, sería una fuente segura y constante de ingresos para las familias y eso cambiaría muchas cosas. Sin embargo si no conseguimos financiación, si no encontramos dinero...

-Si no hay dinero -sentencia el alcalde- , aún tendremos la tierra dispuesta y la gente con ganas de trabajar y lo uno sin lo otro no sirve; la electricidad se va a necesitar siempre y no creo que el dinero solo sea capaz de producir ni una chispa.

- Sí, eso está claro, alcalde -interviene Sara con tono tranquilizador- , pero lo importante es saber cómo organizarlo, cómo conectarlo todo para que el proyecto pueda echar a andar.

Esta ha sido la conversación de esta tarde. Otras veces, con otra gente, Sandra maneja el proyecto de la explotación ganadera, en concreto una granja de porcino. Es, junto con la vid, una de las actividades económicas tradicionales de la zona y eso le da una cierta seguridad.

Analizando el asunto en detalle se da cuenta que también la puesta en marcha de este proyecto necesita de la intervención y coordinación de muchas personas e instituciones. Por ejemplo, tendrá que tratar con distintas administraciones públicas, no sólo para obtener los permisos de construcción y apertura, sino también para estudiar las posibles subvenciones a la instalación, por la creación de empleo y por el arranque de las vides. Posteriormente, una vez que esté funcionando, deberá intervenir la administración sanitaria y, por supuesto, Hacienda.

Necesitará, además, contactar con empresas para la construcción y remodelación de la granja, contratar empleados especialistas en este tipo de empresas, comerciales del sector, proveedores de maquinaria, piensos y herramientas, etcétera.